“¿No debías tú también haber tenido compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?” (Mt 18,33) Para disimular nuestro complejo de inferioridad -o de culpabilidad- necesitamos tener a alguien peor que uno mismo: más pecador, más corrupto, más violento… o, menos capacitado, menos inteligente, menos fiel… La “comparación”…...