El 25 de marzo en el calendario católico recuerda cuando el Ángel Gabriel le anunció a María su embarazo santo que traería al mundo a Jesús. Ya en el siglo XX y casi al borde del XXI, se lo eligió también para poner de relieve la importancia fundamental de defender la vida en el seno materno, a los no nacidos.
En la actualidad, muchas son las iniciativas que se organizan en torno a este empeño sagrado. Uno es el Proyecto Esperanza cuya fundadora y directora, Elizabeth Bunster*, dialogó con ADN Celam para hacer un repaso sobre cómo estamos en la Iglesia de nuestro continente cuidando la vida pequeña, el aborto, el post aborto y el magisterio del Papa Francisco en este tema.
“La Iglesia Católica en América Latina y el Caribe, a través de sus diversas instituciones y organizaciones, promueve activamente la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural así como la protección de la dignidad de todas las personas. Es responsabilidad de todos nosotros como católicos ser parte activa de la promoción de una Cultura de la Vida”, sostiene Bunster y enumera:
“Esta promoción del valor de la vida se lleva a cabo a través de la pastoral Familia y vida con presencia activa en la promoción del valor de la vida; programas de apoyo a mujeres embarazadas en situaciones de vulnerabilidad; centros de consejería y acompañamiento en parroquias; iniciativas de oración y sensibilización; participación en el debate público”.
Una clave: el Celam
En este desarrollo, Bunster señala al Celam: “El Celam desempeña un papel fundamental y de liderazgo en la coordinación de estas iniciativas. En este ámbito podemos señalar que ha significado facilitar el intercambio de experiencias entre los equipos de acompañamiento pastoral de apoyo a embarazadas y madres vulnerables o en dificultades y acogida post aborto o pérdidas gestacionales de los diferentes países para fortalecer el trabajo en Red”.
Pregunta: ¿Qué implica el fortalecimiento de la Red?
Respuesta: Se trata no solo de enriquecer la experiencia entre los equipos, sino derivar casos como para intercambiar materiales, metodologías y facilitar mutuamente recursos que en total significan una mejor y mayor atención a las embarazadas vulnerables y a quienes sufren el dolor por un hijo no nacido. Implica aumentar el eficiencia y eficacia en los objetivos de cada equipo o programa.
Post aborto: almas heridas
Bunster nos habla de post aborto no solo con conocimientos teóricos sino por caminar esa parte de muchas vidas codo a codo con los padecientes: “Respecto de las secuelas post aborto, especialmente provocado, es un tema que ha tomado gran relevancia en los últimos años y en la visita pasada en octubre al Santo Padre por los 25 años del Proyecto Esperanza, nos alentó a seguir adelante destacando la necesidad de hacer difusión y formación en nuestra Iglesia sobre las secuelas post aborto y el tremendo daño y el efecto traumático que tiene. El aborto es una de las experiencias más dramáticas que una persona puede vivir, mujer y varón. El aborto hiere el alma de todos los que están involucrados en él. No solamente destruye la vida del niño no nacido, sino que también deja un sendero de dolor y destrucción, de vidas, familias y relaciones quebrantadas”.
“La experiencia del aborto se ve rodeada de aislamiento y silencio. Como consecuencia, el sufrimiento es vivido en absoluta soledad. El duelo es bloqueado y el dolor pasa a ser ‘enterrado’, pero este busca salir a la luz y aparece en la superficie bajo distintas formas: pesadillas, insomnio, tristeza, enojo, depresión, sensación de vacío, pérdida de sentido de la vida, etc. Se trata de todos aquellos síntomas que nos hablan de la presencia del trauma post aborto”, explica nuestra entrevistada.
P: ¿Qué es el Proyecto Esperanza?
R: Es un programa de acompañamiento para la sanación espiritual y emocional de mujeres y varones que sufren las secuelas post aborto. Somos una red de acompañantes que se preocupa por las otras víctimas del aborto. Nuestra meta es ayudar a elaborar su dolor, con una mirada pastoral, desde el Amor y Misericordia de Dios, pues solo desde allí se podrá alcanzar el perdón y la paz. Este proceso se logra con la ayuda de profesionales capacitados y a través de un enfoque de acogida, comprensión y confidencialidad, que busca facilitar el encuentro de la madre y/o el padre con ese hijo que fue víctima de un aborto. Esta ayuda está presente en casi todos los países de América Latina y el Caribe.
Modo de contacto: www.proesperanza.org
Vaticano, octubre 2024, Proyecto Esperanza con el Papa Francisco
P: ¿Qué dice el Papa Francisco sobre todo esto?
R: El Papa Francisco ha abordado el tema de la defensa de la vida en diversas declaraciones, homilías y documentos pontificios. Uno de los documentos más recientes es la declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe «Dignitas infinita sobre la dignidad humana», en donde se reitera la postura de la Iglesia católica sobre la defensa de la vida. En sus palabras del Papa Francisco:
- «Vale la pena acoger a toda vida, porque cada persona humana vale la sangre de Cristo mismo».
- “El grado de progreso de una civilización se mide precisamente por su capacidad de preservar la vida, especialmente en sus fases más frágiles, más que por la difusión de instrumentos tecnológicos».
Bunster remarca que al leer estas afirmaciones del Santo Padre junto con los datos que maneja, “se refleja la coherencia y la firmeza del Papa Francisco en la defensa de la vida del niño por nacer, así como su llamado a construir una sociedad que valore y proteja la dignidad de toda persona humana”.
“Veamos lo que nos dijo el 30 de octubre del 2024 en su mensaje por los 25 años del Proyecto Esperanza: ‘Me complace recibirlos en esta casa de Pedro y de toda la Iglesia, en la feliz celebración de sus 25 años de servicio a unas personas cuyo sufrimiento es indescriptible’”, citó Bunster.
Un dolor sin tiempo
Al respecto, el Papa Francisco recordó en aquella intervención que la llegada de un recién nacido para cualquier persona, suele ser sinónimo de una alegría que embarga de forma misteriosa, renovando nuestra esperanza. Es difícil de explicar, pero es como si percibiéramos que «cada niño es el anuncio del nacimiento de Jesús en Belén, es el deseo que tiene Dios de hacer morada en nuestros corazones».
Lo contrario, el aborto, es “un dolor sin tiempo del que nunca se habla y que en muchas oportunidades además de las mujeres, también se extiende a los hombres que abandonaron, los que negaron, los que ayudaron a decidir, los que pagaron, los que no fueron consultados o presionaron para lograr el procedimiento «médico»”.
Bunster sigue haciendo memoria de la palabra acogedora de Francisco para Proyecto Esperanza: “Para muchas personas ustedes son como ese ángel y se los agradezco de veras. Confíense en la mano firme de san José para que estos hermanos nuestros, puedan encontrar a Jesús en la desolación, solo con él llegarán al hogar cálido y seguro de Nazaret, en el que podrán vivir el silencio interior y la pacífica dicha de verse acogidos y perdonados en el seno de la Sagrada Familia”.
* Elizabeth Bunster Chacon es chilena, está casada y es mamá de 7 hijos. Trabajadora Social. Diplomada en Trabajo con Familias. Diplomada en Sistemas de protección social y políticas públicas. Magíster en Psicología en mención social comunitaria en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Directora Fundadora de Proyecto Esperanza. Asesora en tema Vida en el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam).
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