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7. ͣ Asamblea Clamor y Migrared cierran con eucaristía en la Catedral primada de Bogotá

Ha culminado el itinerario de la 7.ª asamblea general de la Red Clamor y el encuentro internacional Migrared este 29 de septiembre con una eucaristía de acción de gracias en la Catedral primada de Bogotá, presidida por el cardenal Álvaro Ramazzini, obispo emérito de Huehuetenango (Guatemala) y presidente de Clamor.

También han celebrado la 110.ª  Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, que este año se ha erigido bajo el lema ‘Dios camina con su pueblo’.

“Y esto es verdad y, sobre todo, es verdad cuando vemos en los emigrantes de nuestro tiempo como en los de todas las épocas una imagen viva del pueblo de Dios en camino hacia la patria eterna”, dijo el cardenal.

Recordó el reciente viaje a Bélgica del Papa Francisco, como de sus viajes a Asia y Oceanía, que “nos recuerdan que nosotros somos ciudadanos del cielo y esperamos ardientemente que venga de allí como Salvador el señor Jesucristo”.

Éxodo de hoy

El cardenal Ramazzini recordó dos imágenes en el marco de esta 110.a Jornada mundial: el pueblo de Israel que sale de Egipto, el Éxodo, y la de los migrantes que el Papa ha recordado que guardan ciertas semejanzas.

“Los migrantes huyen a menudo de situaciones de opresión de abusos de inseguridad de discriminación de falta de proyectos de desarrollo y así como los hebreos en el desierto encontraron obstáculos. También hoy los emigrantes encuentran obstáculos”, apuntó.

Por eso, cuando “se tiene la oportunidad de platicar con migrantes que han salido de países de América Central, América del Sur o África, la comunicación se hace cercana, se da uno cuenta en las historias que ellos narran todas las penurias y todos los sacrificios”.

Ellos son víctimas de situaciones de violencia, obligados a salir con una sola intención: “lograr llegar a Estados Unidos, para mejorar su vida, para mejorar sus condiciones económicas y uno platica con ellos tantas historias de dolor de pena de penuria”.

Dios, compañero de viaje

Son muchas las penurias por las que pasan los migrantes, quienes “probados por la sed, el hambre se agotan por el trabajo y la enfermedad se ven tentados por la desesperación”.

“Y no solamente se trata de pasar hambre, de pasar sed, sino que también se trata de enfermedades, sobre todo, ahora con todo este drama de atravesar por el tapón del Darién, cuántas situaciones de gente herida en sus pies o tal vez mordidas por serpientes y todo eso desespera”, añadió.

Recordó que el mensaje del Papa recuerda ese “Dios camina con su pueblo”, porque “Él nunca deja de acompañar el caminar de su pueblo y de todos sus hijos en cualquier tiempo y en cualquier lugar”.

Con ello, el Papa aseguró que “la presencia de Dios en medio del pueblo es una certeza de la historia de la salvación, una certeza que el señor, tu Dios, te acompaña y él no te abandonará ni te dejará desamparado y así es”.

“Dios se hace compañero de viaje, de guía, de fuerza para quienes antes de partir se encomiendan a Él y a Él van buscándolo en situaciones de necesidad, el consuelo en los momentos de desesperación”, ha dicho.

Comunidades de acogida

El purpurado ha invitado a “las comunidades cristianas por las que pasan los migrantes” a ser comunidades abiertas para “darles hospedaje, para darles apoyo, para darles comida, para animarlos, para que la esperanza de ellos en la Providencia de Dios tenga esa manifestación de la solidaridad”.

Es que Dios no solo “camina con su pueblo, sino que camina en su pueblo”. ¿Por qué? “Porque se identifica con los hombres y las mujeres que van caminando en la historia especialmente con los pobres, con los marginados, con los migrantes, con los abandonados”.

Por tanto, es preciso destacar – comentó Ramazzini – el pasaje evangélico de Mateo: “Yo tuve hambre y tú me diste de comer, yo tenía sed y tú me diste de beber, yo era un forastero, un migrante y tú me acogiste, yo estaba desnudo y tú me vestiste, yo estaba enfermo, en la cárcel en la cárcel me visitaste”.

Todos esos rostros sufrientes de los migrantes son el mismo rostro de Jesús, que te dice “yo no era un migrante, yo era Jesús que pasaba por tu puerta tocando la puerta de tu corazón para verificar si de veras me amas, para verificar si de veras crees en mí”.

Para el cardenal “en la hermana o en el hermano que necesita nuestra ayuda está presente Jesús. Estas palabras del Papa que voy a decir ahora son también fuertes: ‘Los pobres nos salvan’ y yo añadiría que los migrantes nos salvan. Porque nos permiten encontrarnos con el rostro del Señor”.

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