Con el cierre de su 48 Junta directiva, realizada del 2 al 5 de junio, en Lima (Perú), en la que han reunido Presidentes y Delegados de 19 Conferencias Nacionales, 16 Secretarías y el Equipo de Teólogos (ETAP), la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos (CLAR), ha enviado un mensaje final.
Reiteraron que como discípulos de Jesús “nos sentimos interpelados a ser una Iglesia samaritana de los caídos al costado del camino, víctimas de los mecanismos de un sistema que excluye; a cuidar de tantas/os vulnerados y a apostar fuertemente por iniciativas y procesos de defensa de los derechos humanos y de reconstrucción del tejido social”.
Por supuesto, hicieron un balance de la realidad “vimos, escuchamos, percibimos la creciente y escandalosa inequidad profundizada por las consecuencias de la pandemia de Covid; la agitación política y social en varios países del Continente; la fragilidad del planeta y el cambio climático”.
A ello agregaron “la violencia y los abusos profundamente arraigados en las entretelas de nuestras sociedades y en las relaciones interpersonales, especialmente contra las mujeres, las/os niños y las personas mayores; el tráfico y trata de personas; el narcotráfico y el crimen organizado. Y como trasfondo, la corrupción en muchos ámbitos y la calidad de la democracia disminuida amenazando incluso la continuidad de varios sistemas democráticos”.
Frente a esta compleja realidad “percibimos el resplandor del Resucitado en situaciones en que tantas hermanas y hermanos entregan vida, experticia y corazón en el servicio a los migrantes; en organizaciones defensoras del Planeta; en la mayor conciencia de la dignidad de la mujer y la valoración de las culturas originarias; en políticos comprometidos con el bien común”.
“Se alumbra nuevamente nuestra noche con el testimonio de mujeres y varones que siembran su vida hasta el final por el Reino de Dios, gente del Espíritu como nuestro hermano Víctor Codina, de quien hemos hecho memoria agradecida especialmente en este encuentro”, han dicho.
Abrir el corazón a Dios
Asimismo han lamentado que los hermanos y hermanas de Haití y Nicaragua no pudieron participar “en razón de las situaciones sociopolíticas y de inseguridad que padecen esos queridos pueblos y la misma Vida Religiosa”.
Informaron que “nos acompañaron invitados especiales: el nuevo Consejo de Economía de la CLAR y representantes de la Conferencia de Religiosas de Estados Unidos (LCWR), Global Sisters Report y la Fundación Porticus”.
Además aseguran que “nos adentramos en el encuentro buscando abrir los sentidos y el corazón a la presencia de Dios, sabiduría encantadora que nos acompaña y nos convoca. Con las Mujeres del Alba enfrentamos la noche de nuestros contextos”.
Han reiterado su compromiso de seguir profundizando “la formación en la pastoral de la prevención, el cuidado y la protección ante abusos de poder, sexuales, de conciencia, espirituales y económicos cometidos dentro de las comunidades eclesiales, incluidas las de Vida Religiosa” como de “empeñarnos en los procesos de reparación integral de las víctimas”.
Tiempo de conversión
En tiempos de sinodalidad, la Vida religiosa, animada por la CLAR, tiene el reto de “impulsar, de imaginar reformas sinodales en las mentalidades, actitudes, prácticas, relaciones y estructuras eclesiales, desde la comunión y una novedosa participación comunitaria, orgánica, dinámica y espiritual”.
También consideran que debe haber una conversión en la dimensión económica de modo que “caminemos hacia un manejo cada vez más adulto, transparente, corresponsable y solidario de nuestros bienes. Frente al consumismo, el paradigma tecnocrático y la cultura del descarte, queremos asumir el clamor de la tierra y de los pobres como criterio para construir una economía al servicio de la misión”.
“Urgidas/os por la ternura y el coraje de las Mujeres del Alba volvimos a encontrar la losa removida, y el encuentro con el Crucificado Resucitado renovó nuestra certeza del camino que la Ruah Divina nos mostró en el proceso de discernimiento y construcción del Horizonte Inspirador. Estos días volvimos a visitar juntas/os los ocho Movimientos y a reencantarnos con su dinamismo y sus siempre nuevas posibilidades”, expresaron.
Compromisos asumidos
A partir de los ocho movimientos de su horizonte inspirador, se han propuesto asumir las prioridades propuestas por la Presidencia para este 2o año del trienio. Entre estas:
• Revestidos de esperanza, mantener la memoria de lo esencial: el Reino y la centralidad en Jesús.
• Fortalecer la animación de la Vida Religiosa.
• Generar procesos y dinámicas de discernimiento en las que se privilegie la escucha, la contemplación de la realidad y el cuidado de la vida.
• Impulsar una Vida Religiosa en misión: intercultural, intercongregacional, intergeneracional e itinerante.
• Promover y consolidar el proceso sinodal, desde la experiencia de la comunión, la vinculación a redes y el propósito de caminar con otros.
“La XLVIII Junta de la CLAR se despide de Lima, pero llevamos en nuestro corazón la alegría de una Vida Religiosa enamorada de Jesús y de su Reino que busca siempre ser mística, profética y misionera”, finalizaron.
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