Ayudar a diferentes poblaciones del continente para hacer frente a la crisis alimentaria que se agudizó tras la pandemia, además de fortalecer el diálogo de experiencias y conocimientos entre las fuerzas policiales de diferentes nacionalidades, son dos de las prioridades de la misión humanitaria de Moto For Peace en 2023.
Tareas pendientes
El grupo de expolicías europeos que cuenta con más de 20 años de experiencia en la realización de caravanas humanitarias en moto regresa a América Latina maravillado por la que considera es la tierra que perteneció a las civilizaciones más antiguas, la cuna de los grandes imperios y el pulmón del mundo.
Un lugar a donde afirman “agrada volver porque se hizo un buen trabajo y aún queda mucho por hacer,” por eso fortalecer el diálogo de experiencias y conocimientos entre las fuerzas policiales de diferentes nacionalidades, está entre las tareas previstas para este año; además de continuar con la misión humanitaria iniciada en 2020.
«El área de nuestra intervención involucra a las poblaciones que viven en áreas remotas y aldeas rurales, donde el compromiso de los misioneros católicos se enfrenta a realidades afligidas por la pobreza, la escasez de recursos y la inestabilidad social,” afirman. Así Moto For Peace contribuye al desarrollo de proyectos en distintas áreas. Algunos, destinados a mejorar la vida escolar de niños y jóvenes, otros ayudando a garantizar la prestación de servicios médicos con calidad.
Articular esfuerzos
Metas que vienen cumpliéndose con el apoyo de organizaciones pontificias como el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral y el Fondo Populorum Progressio del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) que, de acuerdo con su experiencia y vinculación de antaño al proyecto, en esta oportunidad se encargó de organizar el itinerario previsto para los meses de octubre y noviembre.
Acción que a Moto For Peace le ha permitido descubrir la riqueza de obras sociales en Uruguay, Argentina, Chile y Bolivia que al paso de la caravana son beneficiadas con la entrega de distintas formas de ayuda. Un recorrido de 10.000 kilómetros que de acuerdo con Ricardo Calle responsable del Fondo Populorum Progressio es una buena oportunidad para ofrecer un abrazo de hermandad a los que sufren el abandono, misión que ya adelantaban cuando eran una fundación.
“Ahora nos ocupamos de articular esfuerzos, haciendo la propuesta de las obras o lugares de misión que el proyecto ‘Anónimos de la fe’ de Moto For Peace visitará y les permitirá conocer las diversas formas a través de las cuales los misioneros dan su vida por los más pobres en América Latina”. De acuerdo con lo planeado el equipo de Moto For Peace inició su periplo en la ciudad de Montevideo – Uruguay. Durante este mes viene documentando y apoyando las misiones católicas en medio de la ruta, itinerario que los ha llevado a cruzar la región del norte de Argentina, Chile y Bolivia, donde se encuentran actualmente.
Construir puentes
El equipo de Moto For Peace está integrado por miembros de la Policía Italiana, los carabinieri, la Guardia Di Finanza y representantes otros cuerpos de seguridad en Europa. Es una asociación integrada por miembros de las fuerzas policiales que tras su jubilación desean continuar con su misión de servicio a la comunidad. «Tenemos el orgullo de llevar nuestros uniformes que va acompañado del deseo de ser embajadores de paz y solidaridad en el mundo,» indican.
Para cumplir con estos objetivos viajan acompañados por personal técnico experto en el tema. Cada uno adelanta la misión haciendo uso de sus motos particulares. La caravana está acompañada por dos vehículos de asistencia en donde llevan todo lo necesario para vestir, dormir, comer y reparar las motos en caso de que sea necesario.
«Es un viaje, vamos construyendo puentes hacia el desarrollo, la educación y la sanidad. Es agotador, pues todo está orientado a lograr el máximo resultado y continuidad. Es un viaje real, hecho por personas reales. Es un viaje necesario,» aseguran los expolicías que integran la misión que en 2020 recaudó fondos para las obras más necesitadas de la ruta comprendida entre Chile, Argentina, Paraguay y Bolivia. En esa oportunidad fueron 12 mil kilómetros que se vieron interrumpidos por la pandemia de Covid-19.
Sin embargo, el recorrido logró apoyar proyectos liderados en Chile por la Congregación de los Siervos de Jesús, la fundación Las Rosas y la Fundación Casa Minori del Parola Divino. Igualmente, en Argentina beneficiaron la diócesis de Comodoro Rivadavia y Margherita in Azione, mientras que en Uruguay fueron recibidos por la Fundación Padre Domingo Masi, además de la fundación San Rafael de Paraguay, el seminario de San Jerónimo de Bolivia y la Arquidiócesis de Lima en Perú.
Le puede interesar: La Red Eclesial Ecológica Mesoamericana dice no a la minería en Panamá
Los inicios
La primera expedición «Anónimos de la fe» de Moto For Peace se hizo en el año 2000. Recorrió paises como Austria, Republica Checa, Alemania, Dinamarca, Noruega, Suecia y Finlandia.
Posteriormente trabajó de la mano de la Nunciatura Apostólica de Sudáfrica, Angola y Zimbabwue; ayudando a misiones ubicadas en las localidades de Malanje, Ondjiva, Nyangana, Francistown, Edenvale, Hwange y Gweru del continente africano.
Después de eso Moto For Peace ha hecho por lo menos otras 15 expediciones que han entregado ayudas diversas a hospitales, orfanatos y centros sociales representadas en suministros médicos, asistencia básica para víctimas de desastres naturales, materiales deportivos para niños con discapacidad, medicamentos, insumos para construcción de edificaciones e instrumentos para investigación científica, entre otros.
Recibe gratis por WhatsApp y Telegram las noticias de la Iglesia latinoamericana y caribeña https://bit.ly/3HcXLDU
Sigue toda la información sobre el Sínodo 2021-2024 aquí https://bit.ly/3RguCLO
Descarga la investigación “La misión de la Iglesia en los países de América Latina” https://bit.ly/3FLq8ct
Descarga el Documento de reflexiones de la Asamblea Eclesial https://bit.ly/3QXoffM
Post a comment