Este 6 de diciembre falleció, a sus 86 años, el padre Marino Bonh, uno de los referentes de Cáritas no sólo en Brasil, sino en toda América Latina y el Caribe.
Según información preliminar el sacerdote sufrió un infarto y fue encontrado sin signos vitales en su residencia en Cidade da Orquídeas, donde ya jubilado servía como párroco en Mato Leitao.
En Cáritas Brasil fue director ejecutivo de la regional 5 en 1986 y entre 1996 a 2004 se desempeñó como secretario ejecutivo de Cáritas Latinoamérica y el Caribe. Desde allí logró la creación de varias regiones que ampliaron el rendimiento de esta red.
“Su viaje terrenal estuvo marcado por un compromiso incesante con la misión de servir a los más necesitados, siendo un faro de amor y solidaridad”, apuntaron en Cáritas brasileña.
Buen pastor
En la diócesis de Santa Cruz do Sul, en Río Grande do Sul, en la que estaba sirviendo, ha expresado su pesar por el sensible fallecimiento. Indicaron que fue “un hombre de inmensa y profunda espiritualidad, con una mirada amorosa hacia los enfermos y necesitados”.
Sostienen que el presbítero siempre se preocupó por promover la solidaridad, ser un ejemplo de bondad y carisma. “Será recordado por su sabiduría e historias. Fue a encontrarse con ‘papá y mamá’, como se refería cuando hablaba de sus padres, y a quienes invocaba en sus propios momentos de fragilidad”, han dicho.
Además resaltaron que era un pastor que llevaba y celebraba la Eucaristía “a partir de la realidad del pueblo que sufre, para promover la vida en abundancia. Celoso en vivir el Sacramento del Perdón, buscó estar presente en la vida de las personas, guiando a todos a abrir el camino del Padre misericordioso”.
Cercanía de los obispos
La Conferencia de Obispos de Brasil, de la región 5, también ha expresado su pésame a familias, amigos y clero diocesano de Santa Cruz do Sul, en una nota dirigida monseñor Aloisio Alberto Dilli, titular de esta jurisdicción.
“Una persona muy amable, acogedora y abierta. Con un inmenso compromiso con los más pobres. Un sacerdote que, desde su vocación sirvió a la Iglesia con dedicación y pasión por el Reino”, apostillaron.
Los Obispos de esta región elevan sus oraciones por el eterno descanso del sacerdote toda vez que “dejó a todos los que lo conocieron un testimonio de profunda espiritualidad y celo por la Iglesia, procurando celebrar dignamente los Sacramentos, reconfortando y consolando a sus fieles, animándolos a tener un encuentro personal, con el Cristo resucitado”.
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