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Manuel Cotelo: “El más pequeño es el más poderoso. Sé pequeño, esa es la Eucaristía”

El Congreso Eucarístico Internacional que se celebra por estos días en la ciudad de Quito, inició con la exposición de Juan Manuel Cotelo, director y guionista de películas, quien ofreció la conferencia: “Un mundo herido”. El cineasta insistió que en la Iglesia se necesitan santos, en un mundo herido.

Ante un auditorio de más de 6 mil personas, el director de cine se planteó la pregunta ¿Realmente Dios puede hacer algo por el mundo?, respondiéndose que, si la respuesta de cada uno es sí, ya se tiene lo cristiano. Agregó que, las respuestas de Dios al mundo nunca son teóricas, siempre exigen de cada uno un pasito, es decir pasar a la acción.

“El demonio no tiene una duda de fe, el demonio es doctor en teología, no tiene un argumento que no sepa, que no lo conozca, conoce perfectamente la presencia de Cristo en la Eucaristía y nosotros podríamos ser teóricos de la fe y teóricos del amor, pero no se nos pide que seamos teóricos, se nos pide dar el paso”, expuso.

La Eucaristía como un acto de fe

Asimismo, observó que, si queremos que la Eucaristía sea salvación para el mundo, hay que tomarla como un acto de fe, no participar de ella sin tomarla con el valor que esta significa. Advirtiendo que, el vivirla debe dejar un efecto en cada persona, si no hay un cambio, -agregó- “es porque hay algo que está fallando y no permite ver a nuestro alrededor lo que pasa a los demás, al pobre, al más vulnerables de la sociedad”.

Recordó además que la Eucaristía ayuda a encontrar a Jesús en el hermano que sufre. “Si somos capaces de ver a Cristo en la Eucaristía con los ojos de la fe, tal vez seamos capaces de ver a Cristo en la apariencia de la persona pecadora”, sostuvo.

“El más pequeño es el más poderoso, se pequeño. Esa es la eucaristía”, expresó el cineasta español, agregando que eso es lo que cada uno de nosotros podemos ser si queremos ser eficaces, “ser pequeños para qué, para poder decir ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí”.

Pasar de la oración a la acción

Copelo, se refirió igualmente a la invitación que el Papa Francisco hace constantemente “hacer lío”, a esto observó que, cuando uno está con ganas de salir de la zona de confort, esto ya es buena señal, pues es Dios quien lo va jalonando de a poquito, él es quien siembra la inquietud. De ahí, expuso, viene la parte peligrosa que consiste en analizar el plan y -agregó- “la razón le dice que no lo haga porque va a salir mal, es ahí cuando debe consultarlo con Dios, pero si luego de consultarlo con él le queda una pequeña cosquilla en el corazón que te dice que sí podrías hacerlo, es mejor arriesgarse y no perder la paz”

Indicó además que, los líos en la Iglesia son fértiles, pues la iniciativa fue de Dios que metió en el lío a alguien y esa persona solo tuvo que hacer una cosa fácil y es la de obedecer esa voz. “Nuestro éxito es obedecer, a qué, a lo que Dios te va pidiendo sin calcular si va a salir bien o mal, si va a salir rápido o lento, si va a estar solo o con más gente, siempre hay que dar pasos para avanzar, sin pensar en los resultados, si se fracasó no importa, al menos se intentó”.

Igualmente explicó que, para este lío que se tiene armado, es importante también la oración para no desfallecer, pero hay que dar un paso más, indicó que, se hace necesario pasar de la oración a la acción, es decir arriesgarse así las cosas no salgan como se tenían planeadas.

Si pasa a la acción y sale mal, bendito sea Dios, salió mal fenomenal al menos lo hemos hecho, pero quedar siempre pensando a ver si sale bien, es el mejor modo a hacer nada. Así que meteros en líos haciendo cosas que salgan mal y a lo mejor os lleváis la sorpresa de que sale fenomenal”, apuntó.

No tener miedo de arriesgar

Continuando con su reflexión, aseveró que quienes se llamen seguidores de Jesús debían y deben estar preparados para el rechazo. Jesús les dijo: “Os envío como ovejas en medio de lobos”. Por lo que animó a no tener miedo, mencionando que “la paz y la presencia de Jesús están con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.

Finalmente, destacó la importancia de que los católicos tengamos un acto de fe en medio de las dificultades: “Ese pequeño acto de fe, de confiar en Jesús en medio de la tormenta, es lo que nos pide. Aunque nos pongamos nerviosos y pensemos que todo va mal, debemos recordar que la falta de paz revela nuestra falta de fe. Jesús nos pregunta: ‘¿Por qué habéis dudado?’”.

Sobre el Congreso

«Fraternidad para sanar el mundo»: este es el tema del 53º Congreso Eucarístico Internacional (IEC2024) que tiene lugar en la ciudad de Quito, Ecuador y congrega a más de 6 mil personas de 53 países de los continentes. Inició este lunes 8 y se extenderá hasta el 15 de septiembre de 2024. Terminando con la celebración de una Statio Orbis, es decir, un momento de oración especial que une en comunión a toda la Iglesia en torno a la hostia que hace presente a Jesús en medio de su pueblo.

Dicho Congreso en Quito está inspirado en las palabras evangélicas «Ustedes son todos hermanos» (Mt 23,8) y recuerda la actual experiencia sinodal de la Iglesia, llamada a convertirse en un lugar fraterno de inclusión, pertenencia compartida y profunda hospitalidad.

 

Fotos: Cortesía oficina de comunicaciones del Congreso Eucarístico Internacional

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