13 países de América Latina y el Caribe se reunieron de manera presencial en el 2.° encuentro de la Red Eclesial de Justicia y Paz de la patria grande, realizado en Bogotá, del 17 al 19 de septiembre. En un balance, varios de los participantes coincidieron en que fue un espacio de esperanza ante la crisis política, medioambiental y de Derechos Humanos que atraviesa el continente.
Nicaragua, Paraguay, Uruguay y Venezuela también participaron de manera telemática y han reflexionado sobre las problemáticas de los países y uniéndose en una sola voz con el compromiso de caminar juntos en el fortalecimiento la patria grande.
Esperanza para América Latina y el Caribe
Fray Marcio Matute, de la Comisión de Justicia y Paz de Honduras, afirmó que este espacio fue un motivo de esperanza, “en la medida en que podemos comulgar y caminar en sinodalidad hacia metas comunes”.
Fray Matute también hizo un homenaje a Juan López, asegurando que es “un mártir hondureño”: “Traemos en el corazón, en la carne, en la experiencia, el testimonio de nuestro hermano Juan, que ha sido martirizado injustamente porque vivimos en Honduras, como en todo Latinoamérica, una realidad triste de opresión, de violencia, especialmente contra aquellos hermanos y hermanas que están haciendo trabajos magníficos de cuidado de la casa común y en defensa de los derechos ambientales de los pueblos y de las comunidades”.
“Le llevo el cariño a Juan, que decía en uno de sus poemas preciosos ‘querer es curar’, me llevo esta virtud, que como cristianos y como seres humanos tenemos la posibilidad de amar, en primer lugar”, concluyó fray Matute.
Desafíos y compromisos
Silvia Alayo Dávilas, secretaria ejecutiva de la comisión episcopal de acción social CEAS de Perú, habló sobre los desafíos y compromisos que se presentan para la hermandad de la patria grande, y en el trabajo por la justicia y la paz en la región.
Alayo compartió que se trabajaron tres ejes principales, entre los que mencionó la crisis política, donde se tiene un grave riesgo para la democracia y los Derechos Humanos; el cambio climático y la situación de la casa común, donde se debe oír “los gritos de nuestros pueblos, de nuestras comunidades amazónicas y andinas, para poder construir el buen vivir”; y como tercer eje, el trabajo digno, “una necesidad en una patria como la del Perú, con un nivel de informalidad en el empleo llegando al 80%”.
Silvia Ayalo señaló que estos ejes desafían a mirar caminos juntos “para seguir trabajando y construyendo los grandes compromisos por la dignidad y los Derechos Humanos”, pero también, tener presente que estos desafíos y compromisos no son tarea de “uno solo”, sino que se enfrenta con la alegría de estar juntos como un mismo cuerpo, con una misma misión: “Enfrentamos todas las grandes problemáticas en nuestro país, pero lo hacemos juntos, y estamos construyendo y aportando al fortalecimiento de nuestra patria grande”.
Al servicio de las comunidades más empobrecidas
María Constanza Arango, religiosa salesiana hija de María Auxiliadora, secretaria ejecutiva de la Red Justicia, Paz e Integridad de la Creación de la conferencia de religiosos de Colombia, manifestó que el encuentro permitió compartir las experiencias y aprender de ellas: “Como decía Carmen Donoso, ‘es como un muelle al que atracamos para alimentarnos, para poder llegar con nueva visión, con nuevas energías a nuestros trabajos cotidianos de animación de las redes en nuestro país’”.
Como representante de Justicia, Paz e Integridad de la Creación, la religiosa dijo que el aporte más significativo es la “sinergia, que significa, el ponernos en red las distintas comunidades religiosas, en un trabajo por la justicia y la paz”. Desde ahí, se abordan temas relacionados al empoderamiento de la mujer, el compromiso por Laudato si’, por el cuidado de la creación, la trata y la atención a los migrantes, sirviendo al pueblo y las comunidades más empobrecidas.
Indicó que, ante el desborde de situaciones de violencia, el crecimiento del narcotráfico, y realidad que golpean al país, se busca focalizar el trabajo a objetivos concretos y de manera articulada con los movimientos populares, “que son esos movimientos que trabajan en torno a las cuatro ‘T’: Tierra, Trabajo, Techo, y agregamos Tecnología”, señaló en un esfuerzo por continuar profundizando en tareas concretas por la justicia y la paz.
Trabajando en red por la justicia y la paz
Carmen Donoso, representante de la red en Chile, hasta ahora coordinadora de la Red Justicia y Paz de la patria grande, manifestó que, durante el encuentro, se ratificó la misión y visión de la Red, y se decidió continuar el trabajo de su articulación, en conexión con las redes del Celam, especialmente con Plataforma de Paz, Democracia y Derechos Humanos del Celam y la Comisión de Ecología Integral de Latinoamérica y el Caribe (Ceilac).
Al finalizar el encuentro, se eligió una nueva directiva, integrada por de Daniel Seidel, secretario ejecutivo de la Comisión Brasileña de Justicia y Paz, como coordinador; Manuela Isabel Urbina Ramírez, secretaria ejecutiva del movimiento JPIC de Bolivia, como coordinadora alterna; y cuatro integrantes adicionales que son: Silvia Alayo de Perú, Karina Rivas del Salvador, Cristina Fuentes de Guatemala y Martha Arriola de Argentina. Quedando los expresidentes, Carmen Donoso y Humberto Podetti, como parte del Consejo Asesor.
“Lo fundamental es continuar nuestro trabajo, es justicia y paz con énfasis en el cuidado de la madre tierra. Nos sumamos a la “Ruta Laudate Deum”, y, por otra parte, quedamos en el estudio de la “Ruta Fratelli Tutti”, expresó Donoso, remarcando que la propuesta de la “Ruta Fratelli Tutti”, será un espacio para tratar temas de Derechos Humanos, buena política y diálogo social.
Nuevo coordinador de la Red
Daniel Seidel, nuevo coordinador de la Red, manifestó que este segundo encuentro tuvo el objetivo de dar una respuesta a la Iglesia en Salida, en sintonía con el magisterio del Papa Francisco. Entre los principales desafíos subrayó: el desafío de la integridad de la creación, “cómo hacer que la ecología integral sea mucho más que la defensa de la naturaleza, que sea la defensa de la vida”.
En segunda instancia, el trabajo digno, “para mirar hacia el futuro, pensando en el contexto del impacto de la tecnología”. Y, en tercer lugar, la democracia en América Latina, ya que, según explicó, “los países están marcados por narcoestado y la gente vinculada al crimen y narcotráfico, por eso hay un desafío de una democracia más fuerte que se puede fortalecer con comunidades organizadas”.
“Queremos continuar el trabajo de escuchar a los pueblos, ayudarlos en sus procesos organizativos para desde el lugar social, lugar teológico, tener la esperanza”, sostuvo y afirmó: “En Latinoamérica aprendemos con la Madre de Guadalupe, que necesitamos hablar en comprensión y en acogida, a los pueblos y a nuestra gente”, finalizó.
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