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Francisco en el Ángelus: Alto el fuego en Medio Oriente, liberación de rehenes, basta de atacar inocentes en Haití y Ucrania

Un precioso mediodía soleado en la Plaza San Pedro en el Vaticano para el rezo del Ángelus, junto al Papa Francisco desde su ventana.

En el Evangelio de San Marcos 10, 17-30 que leemos este domingo se relata que en aquel tiempo cuando salía Jesús al camino, se le acercó corriendo un hombre que se había arrodillado ante Él para preguntarle “Maestro bueno, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?”.

Y Jesús le contestó: “¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino solo Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, no cometerás fraudes, honrarás a tu padre y a tu madre”.

Entonces, él le contestó: “Maestro, todo esto lo he cumplido desde muy joven”. Jesús lo miró con amor y le dijo: “Solo una cosa te falta: ve y vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y así tendrás un tesoro en los cielos. Después ven y sígueme”. Pero al oír estas palabras, el hombre se entristeció y se fue apesadumbrado porque tenía muchos bienes.

Dos movimientos

El Papa señala que el hombre al principio corre hacia Jesús y al final se marcha triste: “Detengámonos en esto. Cuando corre pareciera que algo en su corazón lo impulsara. A pesar de tener tantas riquezas se siente insatisfecho. Va en busca de una vida plena. Se postra a los pies del Maestro, necesita ser sanado, Jesús lo mira con amor. Le propone vender todo lo que posee, darlo a los pobres y seguirlo”.

Una conclusión inesperada

“Tan grande e impetuoso ha sido su deseo de conocer a Jesús como fría y rápida ha sido su despedida de Él. También nosotros llevamos una necesidad irreprimible de felicidad y de una vida llena de sentido. Sin embargo, podemos caer en la ilusión de pensar que la respuesta se encuentra en poseer cosas materiales y en las seguridades terrenales. Jesús quiere llevarnos a la verdad de nuestros deseos y que descubramos que lo que anhelamos es a Dios mismo y la vida eterna que Él y solo Él puede darnos”, explicó Francisco.

Francisco pidió el cese de fuego en Medio Oriente

“Sigo con preocupación lo que está sucediendo en Oriente Medio y pido una vez más el alto el fuego inmediato y que se recorran los caminos de la diplomacia y el diálogo para obtener la paz. Estoy cerca de todas las poblaciones implicadas: Palestina, Israel, el Líbano. Pido que se respeten las fuerzas de paz, rezo por todas las víctimas, por los rehenes que espero sean puestos en libertad, que este inútil sufrimiento generado por el odio termine pronto. La guerra es un fracaso, jamás traerá la paz, jamás dará la seguridad, sobre todo para quienes se creen invencibles”, afirmó severamente el Santo Padre, “¡deténganse, por favor!”, imploró.

Ucrania, Haití: basta de matar inocentes

Hizo un llamamiento para que los ucranianos no mueran congelados y cesen los ataques aéreos contra la población civil: “Basta de matar a los inocentes”, suplicó Francisco.

También el Papa dijo que sigue la “dramática situación en Haití, violencia contra la población que se ve obligada a huir, a dejar sus casas, dentro y fuera del país” y pidió a la comunidad internacional se siga trabajando por la paz “respetando la dignidad de los derechos de todos”.

 

Saludos del Papa

Francisco saludó a los romanos y peregrinos, a la Asociación Milicia de la Inmaculada fundada por san Maximiliano Kolbe, a los peregrinos de la parroquia de Ressutano (Caltanissetta), a los atletas paralímpicos italianos.

Y resaltó la iniciativa de la Fundación «Ayuda a la Iglesia Necesitada» que promueve que «Un millón de niños recen el Rosario por la paz en el mundo» el próximo viernes 18 de octubre. “Nos unimos a ellos y encomendamos a la intercesión de la Virgen —de la que hoy se conmemora el aniversario de la última aparición en Fátima— a la intercesión de la Virgen encomendamos a las atormentadas Ucrania, Myanmar, Sudán y a las demás poblaciones que sufren por la guerra y cada forma de violencia y miseria”.

 

 

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