Por Edson Damian, obispo de São Gabriel da Cachoeira
Estaba en una visita pastoral a las lejanas comunidades indígenas, sin comunicación. Al regresar a la sede de la diócesis, el séptimo día, recibí con lágrimas la noticia de la muerte de Dom Cláudio Hummes, maestro y amigo de muchos años.
Había conocido a Cláudio en 1968. Acababa de regresar de Fráncfort, donde hizo su doctorado en filosofía. Fue un excelente profesor de filosofía en el seminario de Viamão, en Rio Grande do Sul. Después de las motivadoras lecciones teóricas nos llevaba a la biblioteca para leer textos originales de Max Scheler, Immanuel Kant y Karl Marx. Eran los tiempos de plomo de la dictadura militar.
Poco después, san Pablo VI lo nombró obispo de Santo André. Durante las huelgas de los metalúrgicos autorizó que se abrieran las puertas de las iglesias para acoger a los trabajadores perseguidos por la violenta represión policial.
Invitado a participar en una mesa de negociación de los líderes sindicales con los jefes de la fábrica, se sentó junto a los trabajadores. Al ser interrogado por los jefes, que también decían ser cristianos, respondió: “Por fidelidad al Evangelio, debo ponerme del lado de los más débiles que son perseguidos”. Fue durante estas huelgas cuando conoció a Luiz Inácio Lula da Silva y se hizo amigo suyo.
Descarga gratis la revista Misión Celam y continúa leyendo DESCARGA AQUÍ
Post a comment