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Conversatorio COP 16: «Situación de la Sierra Tarahumara, México. Querida Sierra Tarahumara», concluye con un llamado por el respeto a la biodiversidad

No es válido que los pueblos originarios, garífunas y afrodescendientes luchen para cuidar la vida y la Tierra, mientras otros vienen y la acaban, lo destruyen todo”, afirmó Maudilia López Cardona, representante de pueblos originarios de Guatemala y quien fuera la encargada de moderar el conversatorio: «Situación de la Sierra Tarahumara, México. Querida Sierra Tarahumara».

Este fue un espacio de diálogo y reflexión ofrecido por la Red Eclesial Ecológica Mesoamericana (REMAM), que opera a través de capítulos en diferentes países de Mesoamérica, incluyendo México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica y Panamá, ahora bajo la coordinación del secretario ejecutivo, padre José Noel Ortiz.

Juan Guillermo Palma Aguirre, director de la organización civil servicios integrales EMURI y miembro de la Comisión Pastoral Indígena de la diócesis de Tarahumara, tomó la palabra para compartir la situación que viven los pueblos originarios y en este caso particular la realidad del bosque de la Sierra Tarahumara en el estado de Chihuahua en México.

Dinámicas criminales que afectan los territorios

Inició exponiendo como esta zona de bosque es una región muy rica por su biodiversidad, pero a la vez advirtió, que es un territorio que se ha ido deteriorando por cuenta del extractivismo, donde el comercio internacional tiene sus ojos puestos en esta importante zona, pero con otros intereses particulares. Explicó además como las comunidades de los pueblos de la sierra no buscan irse al lado de las cabeceras municipales, antes bien dice, se congregan en pequeñas poblaciones dispersas.

Según contó, desde los años 80 se inició el tema del cultivo de la droga convirtiéndose en el negocio de la narco-siembra promovido por agentes externos, quince años después el crimen organizado empieza con las dinámicas criminales de la economía y luego 20 años más tarde se presenta la extracción criminal del bosque. Con esta dinámica, señaló, se rompen los tejidos sociales y se afectan los sistemas hidrológicos, trayendo con sigo un conjunto de males que ya no solo afectan a las comunidades asentadas en esos territorios, sino a toda la humanidad.

Al resaltar la riqueza que tiene este bosque en materia de biodiversidad, pero también en fuentes hídricas, dijo que son grandes los desafíos que deben enfrentar los pueblos indígenas y campesinos, con el propósito de hacer ver a los servidores públicos y a todos los actores sociales las medidas que se deben tomar para frenar la devastación del ecosistema.

A esta realidad, hizo una invitación al diálogo y la escucha auténtica, donde se pueda discernir acerca de cuál es el aporte de los pueblos originarios como verdaderos caminos de justicia ambiental, animando al cuidando de la Casa Común desde una ecología integral.

El desarrollo occidental ha traído destrucción

Para Ramón Antonio Turuseachi, del pueblo de la sierra Tarahumara, ingeniero forestal y agricultor, todo esto que está pasando con el bosque hace parte del sustento económico, pero que también toca la cultura, la educación, la salud y la espiritualidad, son factores que indicó son necesarios para entender lo que está pasando en este importante territorio lleno de riqueza natural.

Al resaltar igualmente los elementos de la naturaleza que son esenciales para la vida como el agua, la tierra, el viento, entre otros, dijo que estos se han ido deteriorando y acabando logrando con ello un daño para el ecosistema. Expuso que, en parte esto es culpa del desarrollo occidental, quien ha ido trayendo a estas tierras los megaproyectos, asegurando que hacen estudios previos, pero esto aseguró no ha sido suficiente.

Observó además que muchos de estos mega proyectos que ofrecen a las comunidades no funcionan o funcionan a medias, colocando el ejemplo de la electricidad o las conexiones a redes, es una inversión que no da soluciones definitivas; así también se refirió a la llegada del turismo a los territorios, este en muchos casos ha hecho mucho daño al ecosistema, estas entre otras afectaciones que mencionó no hay traído paz a los territorios.

“En las comunidades existe mucha resistencia y la mejor defensa es seguir siendo quienes somos, aunque vayamos en una escuela, pero nunca hay que dejar de pensar de dónde venimos, aunque a lo mejor ahorita ya no me estoy vistiendo como rarámuri, pero pues nunca he dejado de pensar desde los pueblos y eso ayuda a que no perdamos nuestra identidad”, aseveró.

Concluyó resaltando que, son en últimas los pueblos originarios quienes cuidan mejor las áreas naturales protegidas, porque ellos saben que tan importante es tener esas tierras. Mencionó que uno de los principales retos a seguir en este camino, es lograr que los jóvenes regresen a sus comunidades, así salgan a formarse fuera de sus territorios.

La importancia del cuidar el agua

Este espacio de disertación concluyó con la intervención de Álvaro Salgado Ramírez, chihuahuense, agroecólogo, acompañante de pueblos y comunidades indígenas y campesinas en muchas regiones de México, quien aseguró que el Rarámuri es una de las comunidades indígenas que ha sabido conservar su modo de vivir cuidando de sus territorios, aunque advirtió que el sistema económico se ha ido permeando sobre esos lugares donde hay grandes recursos.

El también miembro de la Comisión Pastoral Indígena de la diócesis de Tarahumara, reflexionó de manera especial sobre la importancia de cuidar el recurso del agua y de la labor que han realizado como pueblos ancestrales en la conservación de este precioso líquido.

“Somos los mayores generadores de agua en el mundo. Nadie puede vivir sin que los pueblos les genere esa cantidad de agua para las ciudades, eso de alguna manera da a entender que el mundo necesita de los pueblos indígenas. porque al final los pueblos indígenas podemos transformarnos en un mundo de pensar, pero también se nos puede educar para integrarnos al desarrollo, pero al mismo tiempo nos hacemos destructores, contaminadores de lo que siempre ha dado vida”.

Aseguró que seguirán cuidando y disfrutando de esos territorios que para sus ancestros eran tan importantes, así como de su dialecto, pero también, añadió, seguirán sufriéndolos porque “es el lugar donde nos tocó vivir, disfrutar no sería nada si no hubiera también algo que sufrir en nuestros territorios”, esto agregó, nos hace amar y respetar no solo al ser humano, sino todo lo que significa seres vivos.

 

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