Cardenal Adalberto Martínez Flores, de visita en Buenos Aires: “Paraguay no termina con su geografía, está presente donde haya paraguayos”

En el marco de la Misión de la Pastoral de Migrantes de la Conferencia Episcopal del Paraguay (CEP) y con su paternal cercanía, el cardenal paraguayo Adalberto Martínez Flores respondió nuestras preguntas desde ADN Celam, recién arribado a la Argentina donde tiene previsto un precioso periplo en el que se contactará con la querida y apreciada comunidad paraguaya que vive en el país natal del Papa Francisco y a quienes él tanto valora.

Cardenal Adalberto Martínez Flores (foto de archivo CEP)

Pregunta: ¿Cómo surgió esta oportunidad de visitar la Argentina, recorrer nuestros barrios donde la comunidad paraguaya es tan nutrida y apreciada, quién lo invitó?

Respuesta: La visita a los compatriotas que residen en Buenos Aires se inscribe en el contexto de una misión que la Pastoral de Migrantes o, actualmente, de la Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal Paraguaya, CEP, organiza desde hace muchas décadas. Ha tenido una pausa en los últimos tiempos y que este año 2024 estamos retomando, con alegría. La delegación de misioneros está integrada por sacerdotes, religiosos y religiosas y laicos, acompañados siempre por un obispo de la CEP.

Este año me corresponde acompañar esta misión, aunque la intención de visitar a los compatriotas migrantes en esta gran nación ya estaba en mis planes como pastor. De hecho, para este servidor, el Paraguay no termina dentro de sus límites geográficos, sino que está presente en todos los rincones del mundo, donde haya paraguayos. Tanto es así que ya estuve visitando a los compatriotas en Italia, en Estados Unidos, en Brasil y, este año, pude concretar la venida a Buenos Aires para compartir con la comunidad paraguaya las celebraciones en torno a la fiesta de la Virgen de los Milagros de Caacupé, cuya devoción está profundamente arraigada en la fe de nuestro pueblo y en las expresiones de piedad popular.

«La visita quiere ser un signo de fraternidad y comunión de la Iglesia y del pueblo que peregrina en el Paraguay con la comunidad paraguaya y sus familias, residentes en esta gran ciudad y Provincia de Buenos Aires.» (Cardenal Martínez Flores)

P: Celebrar en guaraní este 8 de diciembre en La Matanza —el partido más populoso del Gran Buenos Aires— cumplirá el sueño de muchos de sus coterráneos que viven en allí, han formado familia y han hecho grande nuestra Patria. ¿Cómo será eso? ¿Habrá traducción simultánea, se explicarán los contenidos centrales, usted presidirá? ¿Qué “condimentos” le pone la tradición litúrgica católica guaraní a esta misa?

R: En Paraguay tenemos dos lenguas oficiales: el guaraní y el español. No se puede comprender plenamente el Paraguay sin el guaraní, pues expresa su historia, su cultura, su cosmovisión, su modo de pensar, de ser y de relacionarse con Dios, con la Casa Común, con los demás.

En la mayoría de los hogares del Paraguay se hablan ambos idiomas, aunque el guaraní predomina y transversaliza todos los estratos sociales. En general, el guaraní es hablado y entendido por la gran mayoría de los paraguayos, desde el presidente de la República, magistrados del poder judicial, legisladores, gobernadores e intendentes, en el ámbito de la Iglesia, de la academia, del deporte, del arte y la cultura, en fin, es parte esencial de nuestra identidad como paraguayos.

En la Iglesia, el guaraní forma parte de la liturgia, ya sea en las lecturas bíblicas, en las plegarias, en las homilías, aunque no es frecuente que toda la misa sea íntegramente en guaraní. En esta ocasión particular del 8 de diciembre, los detalles están a cargo de los encargados de la misión con los responsables de la parroquia. Nosotros pondremos todo nuestro empeño para que la lengua sea un motivo de comunión profunda con nuestros compatriotas que viven aquí y han formado familia arraigándose en esta gran nación que los ha acogido.

P: ¿Se quedará en Buenos Aires hasta la reunión de la Comisión Permanente de nuestro episcopado que será el 10 y 11 de diciembre?

R: Agradezco de corazón el fraternal gesto de comunión de mis hermanos de la Conferencia Episcopal Argentina por el cálido recibimiento y la carta de saludo del episcopado en la misiva que me ha sido entregada con la firma del secretario general de la CEA, Mons. Raúl Pizarro. En la agenda no se contempla una reunión con la Comisión Permanente del episcopado argentino.

Sin embargo, en nuestro primer día de visita, el viernes 6 de diciembre, lo primero que hemos hecho fue visitar al Arzobispo Buenos Aires, Monseñor Jorge García Cuerva, con quien compartimos un momento sobre la realidad de la iglesia local y los grandes desafíos que tienen para pastorear a los fieles de la Arquidiócesis de Buenos Aires. También hemos compartido con el Arzobispo García sus experiencias de Sacerdote Villero, lo que le lleva a tener una gran sensibilidad y aprecio por los pobres y marginados, así como por las personas privadas de su libertad y por los capellanes, como el padre Eusebio Hernández, quien es párroco de la Parroquia Virgen de Caacupé en Caballito y por otros sacerdotes que trabajan en las villas y otras parroquias para acompañar a los muchos migrantes y sus familias.

Parroquia Virgen de los Milagros de Caacupé, en el barrio porteño de Barracas. Mons. Adalberto hablando con niños y, de espaldas, monseñor Pedro Cannavó, obispo auxiliar de Buenos Aires. La foto de tapa fue tomada en la misma ocasión, ayer viernes 6 de diciembre, junto al párroco, padre Lorenzo «Toto» De Vedia.

«Posteriormente, he tenido una breve conversación con el Obispo nombrado para la diócesis de la Plata, S.E.R. Mons. Gustavo Oscar Carrara, hasta ahora Obispo Auxiliar de Buenos Aires. Finalmente, acompañado por el arzobispo y uno de sus obispos auxiliares hemos hecho un recorrido por la espléndida catedral de Buenos Aires dedicada a San Martín de Tours y a Santa María De Los Buenos Aires. Durante el recorrido han compartido conmigo la historia de la Catedral. En la Catedral funciona también como museo de honor al Papa Francisco, ya que desde 1998 y hasta su consagración como Sumo Pontífice el 19 de marzo de 2013, Jorge Mario Bergoglio fue Arzobispo de Buenos Aires y el encargado de conducir la Arquidiócesis», nos contó el cardenal Adalberto, siempre generoso.