Jésed es una comunidad de discípulos al servicio de la Iglesia, para lograr ese objetivo cuenta con distintas misiones, una de ellas es el ministerio de música que tiene el mismo nombre.
Jésed es una de las agrupaciones que estará presente este 23 de diciembre en el Concierto de Navidad «Jesús entra en tu casa», un evento virtual que organiza el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño. Una oportunidad para disfrutar algo de la trayectoria de este grupo reconocido en todo el continente.
Federico Carranza es uno de los integrantes de Jésed. Pertenece al ministerio de música desde 1982. Un año antes el 13 de mayo, llegó a la comunidad, fecha que no olvida. “Yo era un estudiante foráneo, estaba muy lejos de Dios y la Iglesia. Ese día, nunca se me va a olvidar, porque fue la fecha del atentado contra el Papa Juan Pablo II y sentí en mi corazón, el deseo de regresar a la iglesia a través de la vida en comunidad”.
Al servicio de los demás
Inspirados en el documento de Aparecida, Jésed no se aparta del llamado a ser discípulos misioneros que anuncian el Evangelio más allá de los falsos heroísmos. “No somos rambo, el llanero solitario o Batman. Somos una comunidad, entendemos que la misión es posible, porque unimos los talentos que Dios nos da y creo que eso es lo ideal, porque como dice San Pablo, cada uno con los dones que ha recibido, debe ponerse al servicio de los demás”.
Tomando ese principio como punto de referencia, Jésed valora y promueve esos talentos que Dios ha entregado a cada uno, lo que permite complementarse para alcanzar metas comunes. “Tenemos hermanos que tienen dones para componer, cantar y organizar eventos, otros para hacer diseño gráfico, videos en fin… Así nos complementamos entre todos. En la comunidad, lo más importante no es el quehacer, sino el ser. Es decir, somos hermanos, amigos, miembros del cuerpo místico de Cristo que es la Iglesia y concretamente nuestra vocación es la música”, afirma.
Jésed ya tiene un camino que supera los 30 años de apostolado gratuito, produciendo además de música, conciertos, retiros espirituales y contenidos audiovisuales. Federico Carranza habla de su opción por el arte con cariño y convencimiento. “Para mí cantarle a Dios es un anticipo de la eternidad, un pedacito de cielo, algo así como estar con los ángeles y los santos, tal y como dice se dice en la misa. Además es una vocación universal porque en el cielo todos vamos a cantarle a Dios”, comenta.
Si bien es consciente de que hay vocaciones diversas en cuanto a los servicios que se pueden dar en la iglesia, en sus palabras, cantar es participar de lo que vamos a hacer eternamente.
La música y un secuestro
Federico lleva más de 40 años como parte de Jésed y son muchas las experiencias vividas, no obstante hay un recuerdo que no se pierde en su memoria y evoca con gratitud.
“En 1997, tuvimos un concierto en San Miguel de Allende y de ahí por cuestiones de trabajo tuve que irme a ciudad de México. Allí fuí víctima de un secuestro express, fue algo muy doloroso para mí, pero a la vez una experiencia de Dios. Me retuvieron, me vendaron los ojos, a mi lado izquierdo uno de los ladrones me quería quitar la argolla de matrimonio, el anillo de la alianza. Al lado derecho, otro ladrón se puso a escuchar un cassette de Jésed que llevaba conmigo. Me empezó a preguntar, incluso sobre cómo me sentía.
Empecé a hablarle sobre el pasaje del buen ladrón y su diálogo con Jesús al decirle…’Hoy estarás conmigo en el paraíso’. Entonces, el secuestrador me pidió que rezara por él. Nunca se me va a olvidar eso, porque me contó que llevaba a su abuela a misa y tenía poco tiempo haciendo secuestros. Quería que Dios le diera un trabajo; entonces le pedí al Señor por él y sus necesidades. Con eso, sentí que nosotros también podemos ser instrumentos de la misericordia de Dios, que una gracia puede venir con un dolor, pero como dijo Santa Isabel sobre la Trinidad: “El sufrimiento también es una de las cuerdas de la lira con la que Dios toca las melodías más hermosas para hacer su obra de redención”.
Para Federico Carranza, dentro de las mayores tentaciones que enfrentan los músicos católicos está llevar una doble vida, ser incongruentes con lo que se canta y dejarse contagiar por la soberbia, esto “cuando se piensa que la gente nos aplaude solo a nosotros, olvidando que Dios es la verdadera belleza y solo somos instrumentos en sus manos, cuando le cantamos a Él”.
Presentes en el continente digital
Esta es la historia de uno de los integrantes de Jésed, el ministerio de música que desde México se unirá al concierto de Navidad “Jesús entra a tu casa”, iniciativa del Celam que Carranza saluda.
“Quiero felicitarlos por esta labor maravillosa, comunicar la buena nueva del señor como lo hace el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño, uniendo las diferentes Conferencias Episcopales de los países, porque su rol de comunicadores es llevar la presencia de Dios al continente digital cómo dice el Papa Francisco. Podemos evangelizar a todas las naciones a través de estas herramientas”, actividad que destaca como parte de la misión del organismo.
Al pensar en el concierto de Navidad asegura que “nuestro único deseo es que a través de la música y el canto, las personas reciban la gracia y la bendición del Señor, generándose muchos frutos para ellos en este hermoso momento del año”, concluye Federico Carranza.
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