Escuchar con el corazón, responder al llamado, optar por un camino con la certeza de haber encontrado a ese alguien que nos ama de verdad y llena de aliento nuestra vida; son algunos de los elementos presentes en la reflexión de Monseñor Jorge Eduardo Lozano en el domingo del Buen Pastor y cierre de la LIX Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones.
Recordando que si bien vivimos rodeados de voces, sonidos y hasta ruidos que nos invitan a elegir con libertad, el secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano nos recuerda que en la Pascua, Dios nos ofrece un mensaje que puede considerarse un fundamento de la paz y la alegría propia de este tiempo: «Te amo hasta dar la vida y quiero estar siempre junto a vos» esa es la esperanza que no declina, la que nos anima a escucharlo y seguirlo con determinación porque como bien dijo Gabriel Marcel, dramaturgo y filósofo francés muerto en 1973: “Amar a alguien es decirle: tú no morirás jamás”.
«Estamos acostumbrados a saltar de un mensaje a otro, sin darnos tiempo al diálogo,» afirma Monseñor Lozano al explicar que cuando hay muchas voces o ruidos en nuestra vida es difícil entender con claridad aquello que se nos quiere decir y escuchar la voz del Pastor requiere decisión; porque Él busca un encuentro, va más allá de su deseo de decirnos algo, porque desea lograr un espacio de comunión con nosotros y así como en el Evangelio de San Juan que se proclama este domingo, Él sabe cuales son nuestros anhelos a profundidad, las búsquedas que nos ocupan y los fracasos que nos siguen doliendo, nos conoce a fondo.
Orar, discernir y decidir
«Jesús nos desinstala y nos pone en camino. Nos saca del tedio y la apatía» asegura el arzobispo argentino al recordar que cuando escuchamos su voz y entramos en amistad con Él, nos sentimos movidos a seguir sus pasos de cerca, seguros de haber hallado al amor verdadero. Al respecto el prelado nos propone tres acciones fundamentales en el camino sinodal que estamos viviendo como Iglesia universal: orar, discernir y decidir.
Orar para escuchar su voz, dialogar con Él, dejarnos interpelar por su Palabra sin perder de vista que el «Espíritu Santo es luz que nos ayuda a mirar lo profundo del corazón de la cultura, los dolores y angustias de nuestro pueblo, las esperanzas y alegrías».
De ahí afirma el obispo se hace necesario pasar al proceso de discernimiento, plantearse interrogantes que nos ayuden a situarnos de cara a lo que estamos viviendo. ¿Qué puedo hacer yo ante esta situación? ¿Qué siento como reclamo? ¿Qué me está diciendo Dios? todo esto nos llevará a entrar en el tercer verbo, decidir cual es el camino que tomaré y voy a encarar más allá de la racionalización de la realidad, involucrando la mente y el corazón.
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Fortalecer la vocación
«Todos tenemos una vocación» insiste Monseñor Lozano y Jesús siempre está a nuestro lado, no nos deja solos nunca, el bautismo es el primer llamado que nos hace Dios a ser sus hijos lo que le da a nuestra vida un nuevo dinamismo, sin importar el camino que más adelante elijamos como destino, por lo que Monseñor Lozano cierra su comentario invitando a renovar nuestra oración por los sacerdotes y diáconos, seminaristas, religiosas y consagradas pues «necesitamos que nos lleven al Encuentro con Jesús que nos habla al corazón«. Concluye.
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