La teóloga argentina María José Caram* forma parte del cuerpo de profesores de la Diplomatura Espiritualidad desde los mártires, raíces de la Asamblea Eclesial que se inicia el 31 de julio (hubo cambio de fecha) y está organizada por el Cebitepal y Amerindia. Conversamos con ella para ADN Celam y sus reflexiones nos dejan el dulce perfume de la fe encarnada en nuestro suelo americano.
¿En qué consiste su participación en el Diplomado Espiritualidad desde los mártires, raíces de la Asamblea eclesial? ¿Qué temas aborda?
Mi aporte estará enfocado en el testimonio a partir de la vida cotidiana en estos tiempos. Trabajaré particularmente la importancia de la espiritualidad encarnada como fuente de nuestra fe porque es ahí donde arraiga la disponibilidad para darlo todo, incluso la propia vida, por amor, si el Señor así lo dispone. Recordemos que el martirio, expresión máxima de la vida cristiana es un don, una gracia que corona un camino de discipulado misionero emprendido por aquellos varones y mujeres a los que hoy honramos con el título de mártires. Sus entregas inspiran otras entregas y sus vidas fructifican en otras vidas. Particularmente en América Latina se trata de gente que ha vivido a fondo su relación con el Señor y su compromiso con los demás, día tras día, con cuestionamientos, con errores y con aciertos, pero con una profunda sinceridad. Y en esta situación los sorprendió el martirio.
Creo que la Asamblea eclesial, así como también el camino sinodal que estamos aprendiendo a recorrer, tienen sus fundamentos en el seguimiento de Jesús en la vida cotidiana, donde realidades muy dolorosas y desconcertantes nos atraviesan, tanto a creyentes como a no creyentes, y nos ponen ante la necesidad de discernir y de actuar juntos si no queremos quedar atrapados en una perplejidad estéril.
¿Qué implica la dimensión profética martirial?
Sencillamente creo que es una dimensión que nos lleva al compromiso con los demás, en especial con los que viven en las periferias geográficas y existenciales de nuestro mundo. Pienso que en el magisterio social del papa Francisco encontramos líneas maestras que no podemos dejar pasar y que tienen que ver con la grave crisis socioambiental, el compromiso político, las migraciones, las nuevas y crueles formas de esclavitud, las juventudes, las nuevas formas de pobreza. Solo podremos anunciar el Evangelio en estas situaciones, si caminamos juntos, si nos escuchamos de verdad y desde la profundidad espiritual unos a otros. En este caminar sinodal damos testimonio como comunidad de discípulos y discípulas. Y el fruto de este andar juntos apostando por la vida es, muchas veces, el martirio.
¿Cómo se han ido asumiendo los martirios en América Latina y El Caribe? Los más remotos, los más recientes.
El testimonio de los que han derramado su sangre a causa de su compromiso con el anuncio del Reino de Dios siempre nos conmueve. Estas vidas entregadas inspiran a muchos/as, dentro y fuera de la Iglesia ayer, hoy, siempre… Cada mártir es testigo en el contexto de su época. En América Latina la característica es que se trata de testimonios de la fe que obra por la justicia y el amor. Son aquellas/os cuyas vidas no cuentan, personas con sus derechos vulnerados. Como Jesús, los mártires cargan sobre sí el sufrimiento ajeno, con su testimonio, sostenido a lo largo de sus vidas muestran su compromiso. Su sangre derramada es un sello de la verdad. Sus gestos de perdón ante sus victimarios son conmovedores, luces que nos enseñan a vivir como el Maestro Jesús.
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Espiritualidad Andina: Incluyendo a las mujeres
De su obra inspirada en el mundo andino, quisiera contarnos algo de “¿Por qué las mujeres no? Espiritualidad de las peregrinas al Santuario de Qoyllur Rit’i”. El título ya suena interpelante.
Este libro es el fruto de un trabajo que realicé con el objetivo de conocer el espíritu de las personas andinas con quienes había empezado a trabajar pastoralmente. Unos amigos me sugirieron enfocar mi investigación en la vivencia espiritual de las mujeres que peregrinan al santuario de Qoyllur Rit’i, donde tiene lugar, quizás, la mayor expresión de la mística popular del mundo quechua cusqueño. “¿Por qué las mujeres no?” es la expresión de una mujer en una entrevista en la que ella me contaba su dolor por sentirse excluida de la Hermandad por el hecho de ser mujer. Hermandad, que es una institución muy importante en la organización de la fiesta. Otras también me dijeron que deseaban honrar al Señor de las nieves con sus danzas, espacio del que también se sentían excluidas. En los espacios de las fiestas religiosas populares suelen reflejarse las aspiraciones de los que participan en ellas. Lo que me dijo esta mujer es un ejemplo claro de ello. El machismo y afirmación de la superioridad masculina atraviesa todos los espacios de la vida. Pero cuando despierta la conciencia las cosas comienzan a cambiar. No es fácil, pero van surgiendo cosas nuevas.
*Nació en Tucumán el 19 de marzo de 1960. Reside en Córdoba (Argentina). Doctora en Teología por la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de Valencia (España), 2008. Es Profesora de Teología y Pensamiento Social Cristiano en el Departamento de Formación de la Universidad Católica de Córdoba (UCC). Es Profesora en Facultad de Teología de la UCC. Fue Directora Investigadora del Proyecto: “La hospitalidad como expresión de la justicia relacional en el fenómeno de las migraciones” (2016-2019). Fue Coordinadora del Grupo de Justicia y Teología de la Red multidisciplinar de Investigación sobre perspectivas de la Justicia del IIH. (2015-2019).
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