En una mesa redonda celebrada durante el Congreso de Universidades Iberoamericanas en la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro, destacados economistas y rectores debatieron sobre el vínculo entre deuda financiera, crisis ecológica y justicia social, proponiendo caminos de cara a la COP30 en Belém.
La mesa redonda titulada “El camino a seguir: de Río a Belém”, moderada por Luis Gonzales (Boston College, EE.UU.), y con la participación de Carlos Greco (Universidad Nacional de San Martín, Argentina) y Juliano Assunção (PUC-Río, Brasil), dialogaron sobre las deudas financieras, ecológicas y climáticas, y su incidencia directa en los procesos de desarrollo y equidad en América Latina.
La reflexión se enmarcó en la ruta hacia la COP30, que tendrá lugar en Belém do Pará en 2025, y fue inspirada por los mensajes del Papa Francisco y del Papa León XIV, quienes han insistido en que la crisis climática y la pobreza deben ser abordadas de manera conjunta.
Carlos Greco: Transformar el círculo vicioso en uno virtuoso
Carlos Greco, rector de la UNSAM y presidente de la Red de Macrouniversidades de América Latina y el Caribe, ofreció una lectura de las relaciones entre la deuda soberana y los pasivos ecológicos, señalando que “las deudas públicas se han vuelto una trampa para el desarrollo de nuestros países”.
“Los recursos que deberían destinarse al gasto social, como la educación o la salud, están siendo absorbidos por el pago de intereses de deudas contraídas bajo condiciones cuestionables. Es un círculo vicioso donde crece la desigualdad y se debilita la democracia”, dijo.
Greco propuso un esquema de compensación entre deuda financiera y deuda ecológica, donde los países del Sur, históricamente saqueados de sus recursos naturales, puedan ver reconocida la deuda ambiental que los países del Norte han acumulado. “Los deudores financieros son a menudo acreedores ecológicos, y esa compensación es una cuestión de justicia”, sentenció.
En ese contexto, sugirió una remisión o condonación parcial de la deuda externa, condicionada a la inversión directa en educación superior, investigación y tecnología soberana, priorizando el desarrollo humano integral. “El capital intelectual que nace de nuestras universidades puede ser el motor del desarrollo regional”, remarcó.
Juliano Assunção: La deuda climática es real y exige respuestas
Desde una perspectiva económica y ambiental, el profesor Juliano Assunção, del Departamento de Economía de la PUC-Río, respaldó la interconexión entre deuda financiera y crisis climática, y propuso mecanismos concretos de renegociación.
“La crisis climática fue causada por los países ricos, pero la están pagando los pobres”, señaló, recordando que Estados Unidos y Europa, que concentran apenas el 10% de la población mundial, son responsables del 30% de los gases acumulados en la atmósfera.
Assunção presentó una propuesta en desarrollo por parte del equipo económico vinculado a la presidencia de la COP30, que busca renegociar las deudas públicas de países altamente endeudados a cambio de inversiones en adaptación climática. Esta propuesta, según explicó, “liberaría presupuestos para acciones concretas de mitigación, con contrapartidas claras y controladas, asegurando que los recursos no se diluyan en clientelismos o corrupción”.
Citando a la ministra Marina Silva, recordó que “no hay perdón sin responsabilidad”, insistiendo en que cualquier condonación de deuda debe estar acompañada de instrumentos de transparencia y rendición de cuentas.
Compromiso desde la academia
Ambos ponentes coincidieron en que las universidades tienen un rol decisivo en este proceso, como centros de formación y como espacios de producción de conocimiento, ética pública y liderazgo regional.
“El desarrollo tecnológico no puede quedar en manos del capital financiero global. Tiene que ser estratégico y liderado por las universidades, si queremos que responda al bien común”, recalcó Greco.
El encuentro concluyó con un pedido a articular una propuesta interinstitucional de cara a la COP30, que integre los temas de deuda, justicia climática, inversión en educación y transición ecológica justa, como expresión de un nuevo pacto global entre el Norte y el Sur.
De Río a Belém: un itinerario de esperanza y justicia
La mesa redonda planteó diagnósticos urgentes y ofreció alternativas viables y éticamente fundamentadas, en línea con las enseñanzas del Papa Francisco y la Doctrina Social de la Iglesia, especialmente en lo que refiere a la responsabilidad compartida por la casa común.
A lo largo del Congreso, se reiteró que la ruta de Río a Belém, más que un trayecto geográfico, es una oportunidad para reconstruir el pacto global sobre bases de equidad, sostenibilidad y dignidad humana.
“Tenemos que caminar con cabeza, corazón, manos… y también pies, para saltar los obstáculos del camino”, aseguró Assunção.
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