Como desde hace cuatro domingos, el Papa Francisco no está presente en su ventana del Palacio Apostólico rezando el Ángelus. Se encuentra internado desde el 14 de febrero en el Policlínico Gemelli dando batalla a una neumonía bilateral en medio de un cuadro clínico estable que “aún requiere terapia médica hospitalaria, fisioterapia motora y respiratoria”, indica la información oficial actualizada.
En estas circunstancias, la Oficina de Prensa de la Santa Sede comparte con el periodismo el mensaje que, desde el hospital envía Francisco y él prepara, y que desde aquí, compartimos con las audiencias de ADN Celam.
Dice Francisco:
“Queridos hermanos y hermanas, ¡feliz domingo! Hoy, segundo domingo de Cuaresma, el Evangelio nos habla de la Transfiguración de Jesús (Lc 9,28-36). Después de subir a la cima de un monte con Pedro, Santiago y Juan, Jesús se sumerge en la oración y se vuelve radiante de luz. Así muestra a los discípulos lo que se oculta tras los gestos que Él hace en medio de ellos: la luz de su amor infinito”.
Fragilidad, momento de prueba
Unido a los enfermos de mundo, Francisco reflexiona y señala dónde está la esperanza en el momento de prueba: “Comparto con ustedes estos pensamientos mientras estoy atravesando un momento de prueba, y me uno a los tantos hermanos y hermanas enfermos: frágiles, en este momento, como yo. Nuestro físico está débil, pero, incluso así, nada puede impedirnos amar, rezar, entregarnos, estar los unos para los otros, en la fe, señales luminosas de esperanza. ¡Cuánta luz brilla, en este sentido, en los hospitales y en los centros de asistencia! ¡Cuánta atención amorosa ilumina las habitaciones, los pasillos, los ambulatorios, los lugares donde se prestan los servicios más humildes! Por eso, quisiera invitarlos hoy a unirse a mí en las alabanzas al Señor, que nunca nos abandona y que en los momentos de dolor nos pone al lado a personas que reflejan un rayo de su amor”.
Gracias: por rezar, por cuidar, a los niños, por la paz
El Papa Francisco agradeció las oraciones que piden por su salud y a quienes lo cuidan mientras se encuentra hospitalizado: “Sé que rezan por mí muchos niños; algunos de ellos han venido hoy aquí al ‘Gemelli’ en señal de cercanía. ¡Gracias, queridos niños! El Papa los quiere y espera siempre encontrarlos”.
“Sigamos rezando por la paz”, escribió el Santo Padre, “especialmente en los países heridos por la guerra: en la martirizada Ucrania, en Palestina, Israel, Líbano, Myanmar, Sudán, República Democrática del Congo”.
Acompañando el compromiso en el camino sinodal
“Y recemos por la Iglesia, llamada a traducir en decisiones concretas el discernimiento que se ha hecho en la reciente Asamblea Sinodal”, sostuvo el papa Francisco, “agradezco a la Secretaría General del Sínodo, que en los próximos tres años acompañará a las Iglesias locales en este compromiso”.
“Que la Virgen María nos guarde y nos ayude a ser, como Ella, portadores de la luz y de la paz de Cristo”, finalizó.
FOTO: France Press
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