El aporte de la Iglesia amazónica a la XVI Asamblea general del Sínodo de Obispos a través de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (Ceama) como de la Red Eclesial Panamazónica (Repam) fue el tema del bloque de la tarde del 24 de agosto de la 2.ª Asamblea presencial de la Ceama, desde Manaos, al norte de Brasil.
En un panel, liderado por el padre Agenor Brighenti, asesor y perito sinodal, y la hermana Birgit Weiler, consultora de la Secretaría del Sínodo, han compartido en la sus puntos de vista en torno a este acontecimiento de la Iglesia universal, en pleno desarrollo e impulsado por el Papa Francisco.
Dos hitos del Siglo XX
Agenor Brighenti,, asesor del equipo teológico del Celam, perito de la comisión del Sínodo y coordinador del equipo que adelanta el rito amazónico, hizo un balance del proceso de la XVI Asamblea general del Sínodo de Obispos sobre la sinodalidad 2021-2024, bajo el tema “comunión, misión, participación”.
El teólogo brasileño aseguró que “estamos viviendo un momento especial, porque la sinodalidad es constitutiva de la Iglesia, por lo que este Sínodo no pretende ser un evento puntual, sino un estado permanente de todo el ser eclesial”.
Sobre todo en la que haya “una mayor corresponsabilidad de todos los bautizados”, bajo el principio de la Iglesia del primer milenio: “Lo que concierne a todos debe ser discernido y decidido por todos”.
Brighenti, aseguró que el actual Sínodo está “estrechamente vinculado” con dos acontecimientos determinantes para la Iglesia en el último siglo: el primero, el Concilio Vaticano II, que impulsa la renovación de la Iglesia universal para rescatar el concepto de “Iglesia pueblo de Dios al servicio de las Iglesias locales en diálogo al mundo en perspectiva ecuménica”.
Y, por supuesto, la elección de Jorge Mario Bergoglio como el 266 Papa de la Iglesia en 2013, puesto que “se universaliza Aparecida (2007) y reimpulsa el Concilio Vaticano II en la perspectiva de su recepción en Latinoamérica”.
En definitiva, – explicó Brighenti,– el Sínodo sobre la sinodalidad se remite a Episcopalis communio (constitución apostólica promulgada por el Papa Francisco el 15 de septiembre de 2018), el Sínodo panamazónico (2019) y la primera Asamblea Eclesial (2021).
El amor de Dios en la pluralidad
Por su parte, la hermana Birgit Weiler ha destacado que la Sinodalidad “no es una moda, se trata de un verdadero proceso de conversión” que se debe “llevar a la realidad, testimoniar con hechos” y como Ceama “encarnamos la sinodalidad” sabiendo que Jesús resucitado camina con nosotros.
Invitó a superar las visiones autorreferenciales de hacer Iglesia y entender que Dios se manifiesta de diferentes maneras, “podemos experimentar la gran riqueza del amor de Dios, los diferentes modos de vivir la fe”.
La pluralidad da origen al poliedro – impulsado por el propio Papa – que ilustra esas diferentes caras, pero que cada una se interrelaciona “así se escribe la historia de Dios en la humanidad”
Entonces – apuntó la religiosa – “hablamos de un tejido colorido, que se sostienen mutuamente. Un entramado de amor, confianza, capacidad, de asombro, gratitud. En todo ello Dios está presente”.
Con esta imagen ha descrito el concepto de la sinodalidad, porque “en la Amazonía, como Ceama, tenemos la misión de visibilizar la diversidad en medio de una sociedad que busca fragmentarnos”.
Por ello, estamos aprendiendo este kairós, es un momento propicio cuando Dios toca nuestro corazones para generar una renovación, ser una iglesia verdaderamente católica, que católico quiere decir que es unidad, en medio de su diversidad.
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