Inició auspicioso el Diplomado “Desafíos para una Misión Digital en Salida”, con la participación especial del Prefecto del Dicasterio para la Comunicación, el Doctor Paolo Ruffini, quien alentó a los misioneros digitales a ser instrumentos eficaces en la evangelización y recordar que “todos somos discípulos misioneros”.
También se contó con las intervenciones de Monseñor Lucio Adrián Ruiz, Secretario del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano; Monseñor Lizardo Estrada, obispo auxiliar del Cusco (Perú) y secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam); padre Pedro Brassesco. secretario general adjunto del Celam y más de 300 misioneros digitales de 23 países.
El encuentro inició con un video del Papa Francisco recordando el ser de este diplomado, donde el Pontífice se dirige a los jóvenes reunidos en el Encuentro Internacional de Evangelizadores Digitales, en México el año 2022: “Es necesario encontrar nuevos caminos para anunciar el corazón del Evangelio a cuantos todavía no han encontrado a Cristo. Y esto presupone una creatividad pastoral para llegar a las personas allá donde viven, no esperando que vengan, allá donde viven, descubriendo ocasiones de escucha, de diálogo y de encuentro”.
Vayan a samaritanear
“No tengan miedo. No tengan miedo de equivocarse”, les repite el Santo Padre en su mensaje: “Prefiero una Iglesia lastimada porque sale a las periferias existenciales del mundo, que una Iglesia enferma porque se queda encerrada en sus pequeñas seguridades. El Señor golpea la puerta para entrar en nosotros, pero cuántas veces golpea la puerta de dentro para que lo dejemos salir”.
“Que la misión que llevan adelante en los espacios digitales esté llena de humanidad. Vayan a “samaritanear” esos ambientes, para que la cultura contemporánea pueda conocer a Dios sintiéndolo en ustedes; vayan y lleven la esperanza de Jesús, especialmente con los más alejados, dándoles razones de su esperanza”, con estas palabras llamaba el Papa a los jóvenes evangelizadores, y motiva ahora, a los misioneros digitales.
Además, este corto mensaje es también un llamado a hacer presente a Jesús en la cultura digital: “Que las palabras vayan acompañadas de la caridad, y que la virtualidad fortalezca la presencialidad, para que la red genere comunión que haga presente a Jesús en su cultura. ¡Queridos misioneros, les mando mi bendición. Y no se olviden de rezar por mí!”.
Testigos de Cristo
Este diplomado es una colaboración entre Cebitepal, el Dicasterio para la Comunicación y el proyecto “La Iglesia te Escucha”. La consagrada del Regnum Christi y evangelizadora digital, Verónica Brunkow, moderó la sesión, remarcando la relevancia del diplomado y agradeciendo la presencia de los misioneros conectados.
El Padre Fabio Antunes Do Nascimento, director del Cebitepal, ofreció un mensaje de motivación a los misioneros: “La formación de estos días nos ayudará a adentrarnos más profundamente en este ambiente de evangelización, donde somos desafiados a ser testigos de Cristo, visionarios de la alegría y de la esperanza”.
En la oportunidad, el Padre Pedro Brassesco, acentuó la naturaleza del llamado misionero en el contexto digital, invitando a los participantes a sentirse enviados y a construir vínculos sólidos dentro de una Iglesia misionera: “Este curso nos sirva mucho para poder construir y recrear vínculos que nos hagan sentir parte de una Iglesia que nos envía a anunciar la Buena Noticia en los ambientes digitales”.
Instrumentos eficaces en la misión digital
Durante la inauguración del diplomado, monseñor Lizardo Estrada expresó su gratitud hacia el Dicasterio para la Comunicación y Cebitepal por su compromiso en impulsar iniciativas de formación en el ámbito digital.
“Queremos estar con ustedes. Queremos caminar juntos”, dijo y remarcó la necesidad de que la Iglesia camine junta en la construcción del Reino de Dios en todos los espacios, especialmente en el digital: “Hemos hablado mucho estos tres años sobre Sinodalidad, ahora nos toca poner en práctica”.
“Tenemos un llamado hacia la misión, a construir el Reino de Dios en todos los rincones, en todos los ambientes y, sobre todo, en este ambiente digital”, expresó monseñor Estrada, alentando a la formación continua para ser instrumentos eficaces en la evangelización: “Necesitamos todos formarnos, para que siendo formados podamos ser buenos instrumentos misioneros en el lugar donde Dios nos llama; muchas gracias a cada uno de ustedes y sigamos adelante”.
Un nuevo modelo de comunicación
El Prefecto del Dicasterio para la Comunicación, Paolo Ruffini, aportó una reflexión de esperanza y expresó: “La misión siempre ha sido un desafío, ya antes de la era digital, pero en este mundo cada vez más confuso y dividido en nuestro reto es más grande, nos corresponde conectar más según proyectos participativos de forma estable y permanente a todas las Iglesias y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad y crear un nuevo modelo de comunicación”.
Se refirió la necesidad de un nuevo modelo de comunicación que más allá de lo informativo, sea transformador: “De nosotros depende intentar tejer con un universo multimedial del que sentirnos humildemente orgullosos por su libertad, por su apertura, por su capacidad de crear comunidad, sentido de pertenencia, de compartir, por su capacidad de generar acción”.
“A nosotros nos corresponde dar testimonio de vivir y diseñar una nueva forma de comunicar, nueva pero antigua, basada en el don y no en el consumo, en la en la calidad y no en el precio, en el compartir y no en la exclusión; de nosotros depende construir esta red de redes”, sostuvo el prefecto.
Tejer una comunicación que nos una
El doctor Ruffini habló de una “red de redes”, una comunidad global en la que cada miembro, sin importar su posición o formación, es un evangelizador: “La Iglesia era una red mucho antes de que naciera la Internet, desde el principio”, dijo invitando a estar presente donde vive la gente y “es en el mundo digital”.
Paolo Ruffini señaló que el reto es estar plenamente presente en el ambiente digital y buscar siempre una relación verdadera: “Utilizar todos los talentos que tenemos para tejer la comunión que nos une; estamos aquí porque creemos que comunicar la fe nunca es solo transmitir una información es un acto de amistad, es a través de la amistad como pasamos del yo a los otros, es a través de la amistad como experimentamos y profundizamos nuestra pertenencia a la red de la Iglesia”.
“Formar parte de la red de la Iglesia significa ser conscientes de que no existimos por nosotros mismos, sino porque estamos en relación con los demás. Somos miembros los unos de los otros”, aseguró el prefecto, motivando a recodar las palabras del Papa Francisco que invita a “pasar de las comunidades de las redes sociales, de la comunidad humana, a tomar conciencia de que cada uno de nosotros forma parte de algo mucho más grande”.
Todos somos discípulos misioneros
El Dr. Ruffini remarcó el valor del aprendizaje mutuo en la misión de evangelizar en el entorno digital: “Siempre tenemos algo que aprender y nunca tenemos que parar; nuestro desafío es grande, por cual no vendemos un producto, nuestra comunicación no tiene exactamente las mismas reglas que el cine, la televisión, el teatro, espectáculos, la redes sociales diseñadas según las reglas del máximo beneficio económico y no la del máximo reparto del bien”.
Ruffini insistió en que el Sínodo es una llamada a la acción, al testimonio y al aprendizaje constante. Puntualizó que todos son misioneros digitales, “todos somos discípulos misioneros”, agentes activos en la evangelización. “La nueva evangelización debe implicar un nuevo protagonismo de cada uno de los bautizados, esta condición se convierte en un llamado dirigido a cada cristiano”, dijo, y detalló que la experiencia del amor de Dios impulsa a los creyentes a salir a anunciarlo sin necesidad de esperar largas formaciones, “todo cristiano es misionero”.
“Hay millones de católicos en todo el mundo que tienen superpoderes que no estaban disponibles hace 20 o 30 años, que tienen medios para llegar individualmente a millones de personas. Nos corresponde a nosotros implicarnos en esta misión, que no es individual, sino Sinodal”, reiteró el prefecto.
“El propósito ahora es aportar nuestra contribución para intentar transformar el entorno digital en un espacio más saludable”, afirmó Ruffini, recordando que tenemos la responsabilidad compartida de transformar el entorno digital en un espacio más humano.
Construir redes
El prefecto también se refirió a los cuidados que se debe tener cuando se habla de “la comunicación de la fe”, y aseguró que “no estamos aquí para colonizar un nuevo continente… sino que iniciamos procesos, estamos aquí porque creemos que podemos revertir el discurso del odio por un discurso del amor, las Fake News por las formas de construir relaciones, de construir redes”.
Instó a trabajar en redes más pequeñas y auténticas que restablezcan los vínculos sociales esenciales: “En pequeños grupos debemos aprender a hacerle frente a las amenazas globales y, en consecuencia, a nuestra sensación de impotencia. Todos estamos llamados a la misión de fortalecer nuestras conexiones”, resaltó, y asignó la tarea de la unidad y “unir el entorno digital con las calles del mundo”, como dice el Evangelii Gaudium del Papa Francisco.
“Quisiera desear la más fructífera participación en el programa de estas iniciativas que estamos planeando para todos vosotros en beneficio de la Iglesia de hoy. ¡Buen trabajo!”, concluyó.
Samaritanear en las calles digitales
La inauguración finalizó con las palabras de monseñor Lucio Ruiz, quien reafirmó que la misión de la Iglesia no consiste solo en transmitir conocimientos, sino en acompañar y formar a los evangelizadores digitales para que se conviertan en verdaderos agentes de transformación en un mundo cada vez más conectado y en busca de esperanza: “Esperando que sea un camino fecundo y que nos mantenga unidos a todos, llevando a Jesús, ir a misionar los espacios digitales”.
“Tenemos que salir a misionar para encontrar –como dice el Papa Francisco– la carne sufriente de Cristo. Vayamos a samaritanear, seamos los buenos samaritanos en las calles digitales”, alentó la autoridad eclesial, invitando a predicar, como en Pentecostés, en la lengua de quien nos escucha para conocer a Jesús.
Recordó que el Sínodo es un llamado a la misión “escribiendo todo nuestro amor y trabajo en el gran libro misionero de la Iglesia”. Animó a continuar hacia adelante con amor y poner dedicación en todo lo que se haga, aprendiendo y compartiendo para llevar a Jesús es nuestra comunión: “Que este sea un momento fecundo para aumentar nuestro amor, para ser cada día una Iglesia en salida, una Iglesia misionera”.
Monseñor Luis dijo que con el diplomado se quiere cumplir lo que el Sínodo ha pedido, acompañar y ofrecer la presencia del amor de la Iglesia en los espacios digitales: “Queremos estar juntos en llevar por las calles digitales, la ternura y la misericordia de Dios, sientan la misión, vivan la misión, lleven al Señor y encuentren y anúncienlo a todos aquellos que lo buscan, vayan hasta los confines de la tierra”.
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