Los obispos de la Conferencia Episcopal peruana hicieron un llamado urgente a sus líderes políticos para que asuman con mayor responsabilidad la coyuntura que afronta el país. Así lo manifestaron en el mensaje titulado «Responsabilidad, estabilidad y respeto por la gobernabilidad en favor del pueblo peruano,« divulgado este 21 de abril.
En el documento la Iglesia invitó al Gobierno a deponer los egoísmos si es que desea lograr las reformas políticas necesarias para mejorar la situación de los peruanos. Entre las que prevalece la necesidad de establecer medidas de carácter radical contra males endémicos como la corrupción. «El poder debe estar al servicio del pueblo y no al servicio de los representantes o de aquellos que se arrogan esta condición,» aseguraron los obispos al confirmar que la débil democracia del país no soporta más la actual situación de inestabilidad.
En un llamado vehemente, los prelados recordaron a sus líderes políticos que es momento de asumir la responsabilidad para la cual fueron elegidos por la gente. Mucho más cuando el país vive un momento que requiere de unión y cooperación, donde la democracia no puede reflejar un enfrentamiento entre los poderes del Estado o posiciones radicales que solo favorecen el actual clima de inestabilidad.
La Iglesia advierte que los políticos no pueden olvidar que «la democracia debe llevarnos a buscar la gobernabilidad y el bien común, así como velar por la libertad de expresión, la independencia de poderes y el respeto a la dignidad humana por excelencia;» más allá de aquello que establece el ordenamiento jurídico y social del país andino.
La recomendación que hace la Iglesia a los miembros de los poderes Ejecutivo y Legislativo es que trabajen en la elección de personas idóneas y de un perfil intachable, pensando en que serán las encargadas de asumir responsabilidades de alto nivel en instituciones y organizaciones pertenecientes al Estado.
Las verdaderas prioridades
Por eso, la Iglesia considera que el gobierno debe enfocar sus acciones en temas como la generación de empleo y el incremento de la productividad; pues las medidas económicas recién implementadas son insuficientes, para paliar los efectos del impacto económico que vive la sociedad peruana tras al pandemia. Si bien, la Iglesia es consciente de la independencia y autonomía de la comunidad política y que su actividad pastoral y espiritual, está lejos de intervenir en las decisiones de este orden, son testigos de la crisis que afecta al país y exhorta tanto a la clase política como a la sociedad civil a buscar soluciones fundamentadas en el diálogo que ha de liderarse con transparencia y honestidad, pensando en el consenso de opiniones como el único horizonte.
Dicho diálogo -asegura la Iglesia-, puede darse en espacios conocidos como el Acuerdo Nacional y otras instituciones equivalentes en el ejercicio de sus funciones y que pueden motivar una mayor corresponsabilidad en las decisiones que terminarán afectando la realidad de millones de personas.
Para los representantes de la Iglesia católica la solución a la que se llegue, debe estar en el marco de la Constitución Política y el Estado de Derecho, «debe llevarnos a una auténtica esperanza, sin polarizaciones, para que el Perú retome el camino del desarrollo integral y sostenible, del progreso, para lograr más empleo y servicios públicos de alimentación, salud y educación de calidad, » afirman.
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Gestión en crisis
La Iglesia peruana ve con preocupación que en nueve meses de gestión, el presidente Pedro Castillo haya estado acompañado por cuatro gabinetes ministeriales distintos, lo que demuestra como una gran ausencia de liderazgo que influye negativamente en el horizonte sociopolítico y económico que determina la realidad de los peruanos.
En ese sentido, los obispos recordaron que de acuerdo con el artículo 110 de la Constitución política del Perú, el presidente de la República debe personificar a la Nación; debe representar a todos los sectores por igual y no a un grupo o los que denominan intereses subalternos, mucho menos estar condicionado a cuotas político-partidarias que limitan su libertad a la hora de tomar decisiones que orientan el futuro inmediato de los ciudadanos.
Así, la reflexión de la Iglesia plantea la necesidad de abandonar posturas particulares que olvidan al pueblo como bien superior, porque además no responden a las necesidades básicas de la población, particularmente con los que sufren las consecuencias de la ausencia de gobernabilidad del país, es decir, los más pobres, situaciones que exigen una solución inmediata.
El pronunciamiento de los obispos peruanos cierra implorando la bendición sobre el país andino para que sea el Señor de los Milagros y su Madre quienes intercedan para que el país camine sinodalmente para construir el Perú que todos desean y se merecen.
Al iniciar su gestión el presidente Pedro Castillo habló de medidas que permitieran un Estado mejor financiado apelando a métodos como la cobranza efectiva de deudas tributarias y de contribuciones a las sobre ganancias relacionadas con actividades extractivas como la minería, la meta era derrotar los efectos de la pandemia y reactivar la economía. Sin embargo, estas medidas han resultado insuficientes y la entrega de bonos y subsidios como parte de las promesas de campaña en medio de la inestabilidad económica también han influido en la profundización de la crisis, decisiones desacertadas que el presidente en intervenciones públicas, asegura hacen parte de su proceso de aprendizaje como primer mandatario de los peruanos.
Comunicado-CEP-21-04-2022
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