Desde hoy 15 de julio por la tarde, la arquidiócesis de Buenos Aires (Argentina) —la sede de quien hoy es nuestro papa Francisco— tiene nuevo arzobispo: monseñor Jorge Ignacio García Cuerva, sucesor inmediato del cardenal Mario Poli quien cesó en su cargo por límite de edad.
En la Catedral porteña, sus escalinatas y alrededores se vivió una verdadera fiesta del pueblo de Dios. Bombos, redoblantes y murgas fueron llegando con su ritmo contagioso y alegre. Si decimos que la misa fue un encuentro y reencuentro de amigos no exageramos.
Tres Papas, dos tangos y Aparecida
En su homilía, el nuevo arzobispo habló con palabras sencillas que anclaron en los corazones: citó dos tangos y una canción folklórica. Evocó a tres Papas: Juan Pablo I, Benedicto XVI y Francisco. Y el Documento de Aparecida. Todos signos indicadores de “por dónde va la cosa” para García Cuerva cuando recién se está dando a conocer para el pueblo de Buenos Aires.
Sus palabras giraron en torno a conceptos como “siempre hay lugar para uno más en la mesa”, “soñemos con una ciudad sin excluidos”, “las personas que están lastimadas en su esperanza”, prefiere la palabra “herida” a la palabra “grieta” que actualmente y desde hace tantos años divide al pueblo argentino, invitó a “unir nuestras manos para acercar su unción a los caídos, a los rotos, a los solos, a los más pobres; a los paralizados por la droga, la prostitución y los diferentes tipos de explotación; a quiénes por la crisis económica y por tantas otras pandemias de nuestro siglo XXI han sido contaminados en su diario vivir”.
Arrancó varios aplausos y sonrisas ya que en dos ocasiones compartió pequeñas pero significativas anécdotas personales que reforzaron aún más esa cercanía que se fue generando entre la asamblea y el pastor.
Antes de dar la bendición final hizo un pedido especial: “No dejen que me traicione; que como dice Francisco, no me comporte como un príncipe de la Iglesia, porque lo estaría traicionando a Dios que me llamó, a la Iglesia que me confía esta misión, y a los más pobres, a esos rostros concretos que necesitan un padre y hermano, y que me enseñaron que Cristo vive entre nosotros”.
Sus trabajos pastorales en barrios populares, en cárceles y adicciones lo preceden con información concreta, quizás anticipando algo de su agenda de esta primera semana. Es un modo de abarcar distintas realidades que coexisten en la arquidiócesis porteña, entre ellas, hará una visita al Cementerio de Chacarita, donde rezará responsos y celebrará una misa con una intención especial: los fallecidos en tiempo de pandemia.
Es bueno mirar hacia adelante en el pastoreo de García Cuerva y atado al deseo expresado por el cardenal Poli cuando le obsequió a su sucesor las palabras de monseñor Fernando Carlos Maletti, queridísimo obispo argentino fallecido el 8 de marzo de 2022: “Te deseamos lo mejor, lo que Dios quiere, porque no hay nada mejor que lo que Dios quiere para cada uno de nosotros”.
Su lema de ordenación episcopal es una declaración de principios: «No apartes tu rostro del pobre».
Que así sea.
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Monseñor García Cuerva es:
- 27° Obispo de Buenos Aires. Buenos Aires fue creada Diócesis en 1620.
- 13° Arzobispo de Buenos Aires. La Diócesis fue elevada a Arquidiócesis Metropolitana en 1865.
- 8° Primado de la República Argentina, Buenos Aires es Sede Primada de la República Argentina desde 1936.
- 6° Gran Canciller de la Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires (UCA).
- 5° Moderador de los Tribunales Eclesiásticos: Interdiocesano, Bonaerense y Nacional de Segunda Instancia.
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