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«Desde la escucha brota el servicio. Es una actitud contemplativa que nos mueve, nos desinstala«. Fue uno de los mensajes de Monseñor Jorge Lozano, secretario general del Celam a los asistentes al VII Simposio de Teología India que se desarrolla del 3 al 8 de octubre en Panamá.

El evento que coincidió en su etapa inicial con la fiesta San Francisco de Asís y el cierre del tiempo de la creación, permitió al arzobispo argentino recordar que «escuchar y servir son dos actitudes que no se contradicen ni contraponen, sino que se abrazan para la alegría de la diaconía según el estilo de Jesús». Así lo manifestó al presidir una de las celebraciones eucarísticas que marcaron la agenda del evento.

Tomando como base el pasaje del evangelio de San Lucas, el prelado recuerda que la Sagrada Escritura nos lleva a Betania, un lugar ampliamente conocido y valorado por Jesús, lo que plantea un escenario, el de la amistad entre Marta, María y Lázaro. Un espacio de descanso caracterizado por un clima de confianza en el que advierte el prelado «Marta recibe a Jesús como dueña de casa. María, unida a ella con vínculo de sangre, le recibe en calidad de discípula» ocasión que plantea otra enseñanza clara si miramos el rol de cada una de ellas.

Salir del molde

Para Monseñor Lozano, la actitud de María y de Jesús contradicen los comportamientos clásicos de su tiempo. “Ningún maestro hubiera permitido que una mujer se sentara de ese modo a sus pies. Ni tampoco lo hubieran aceptado otros discípulos,» advierte. Sin embargo, María está dispuesta a escuchar, el Evangelio no aclara que estaba haciendo Jesús pero es posible imaginar «un momento de comunión y encuentro entre ambos,» aquí asegura Monseñor Lozano, son claves las palabras y la mirada para lograr ese seguimiento.

Así dentro de las enseñanzas de este momento está la solicitud implícita a no quedarnos en los moldes preestablecidos para dejar de lado el “siempre se hizo así,» actitud de vital importancia en el VII Simposio de Teología India si pensamos en la urgencia de avanzar con audacia en el camino de la evangelización y el diálogo con las culturas.

Refiriéndose al rol de Marta quien comparte un conflicto de un modo improcedente, por un lado, el prelado advierte sobre su queja hacia Jesús a quien juzga porque cree que no le importa su dificultad y María que la deja sola con el trabajo y termina pidiéndole que de forma imperativa se le diga que ayude. Situación en la cual recuerda el prelado, Jesús emplea dos verbos para corregir su actitud «preocupar» y «agitar«.

La preocupación que se relaciona con la tensión que produce el resultado de la actividad y el agitar que nos lleva a pensar en la gran cantidad de cosas que deben hacerse en un tiempo insuficiente. Verbos que explica Monseñor Lozano, están vinculados con el «servicio«. Estas palabras no son indiferentes porque en el Evangelio el término diaconía se usaba entre los primeros cristianos para hablar del servicio eclesial.

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Lo importante y no lo urgente

Una escena que advierte el arzobispo argentino, tiene otra clave para ser interpretada, se refiere a la pérdida de la alegría y el abrumarse con tareas sin vivir un verdadero encuentro con Jesús, esto ciertamente puede generar mal humor y autorreferencialidad. El peligro es que la diaconía se transforme en preocupación y agitación, una carga pesada que en el fondo no ofrece ningún tipo de plenitud.

En ese caso la invitación es a ponderar los más importante antes que lo más urgente. Puede ser que ambas cosas sean necesarias e incluso insustituibles pero es necesario ponderarlas en forma adecuada «Es necesario discernir lo permanente de lo efímero, lo trascendente de lo circunstancial«. En este sentido el prelado insistió en que la escucha del Maestro es lo primero y lo permanente, no como una etapa que abre y se cierra para recibir otro momento.

Por el contrario, se trata de comprender que desde la escucha brota el servicio y esta actitud contemplativa siempre nos mueve, nos desinstala. «Escuchar y servir no se contraponen ni se contradicen, sino que se abrazan para la alegría de la diaconía según el estilo de Jesús». Finalmente, recordó a San Francisco de Asís a quien pidió su intercesión para que el VII simposio ayude a percibir la presencia del Espíritu Santo en los pueblos originarios y todas las culturas.

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