La Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB) acaba de publicar su Documento 112, que lleva por título “Criterios e itinerarios para la Institución del Ministerio del Catequista”. Se trata de un documento aprobado en la 59ª Asamblea General de la CNBB, realizada del 28 de agosto al 2 de septiembre de este año, elaborado por la Comisión para la Animación Bíblico-Catequética, donde se ofrecen las consideraciones y criterios a ser puestos en práctica en la Iglesia de Brasil, tras la indicación del Papa Francisco para conferir este ministerio.
Importancia del ser catequista
Cabe resaltar que éste es un documento que tiene carácter experimental, como la propia Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil ha dado señalado, siendo enriquecido y perfeccionado a partir de las diversas experiencias. Un texto en el que se propone una formación inmediata para los que ya trabajan como catequistas, así como una formación más larga para los que desean ser catequistas.
Como se recoge en la presentación del Documento 112 de la CNBB, “la institución de un servicio como Ministerio por parte de la Iglesia es una acción que pone de relieve su importancia. La institución del ministerio del catequista es la confirmación del reconocimiento de la misión del discípulo misionero que responde con alegría a la llamada del Señor a anunciar y testimoniar con su vida su gran amor. Para fortalecer este camino, el Santo Padre Francisco ha indicado la posibilidad de que se confiera el ministerio de catequista, siendo las Conferencias Episcopales las encargadas de indicar los criterios y el itinerario formativo. Es lo que ahora tenemos aquí, tras el diligente trabajo de la Comisión Episcopal Pastoral de Animación Bíblico-Catequética”.
Un motivo más de unidad y comunión
Un Documento que dice: «esperamos que la institución del Ministerio de la Catequesis sea, para la Iglesia, un motivo más de unidad y comunión, en la diversidad de dones y ministerios que se ponen al servicio de la comunidad eclesial para su maduración y crecimiento”. Desde ahí se insiste en que ser instituido catequista significa hacer posible para todos la confirmación de su sí para un servicio importante, que requiere mucha dedicación y esfuerzo, testimoniar con la propia vida la fe, la esperanza y el amor.
Se busca que este documento ayude a entender la institución del ministerio del catequista como la confirmación del reconocimiento de la misión del «discípulo misionero», que responde con alegría a la llamada del Señor a anunciar y testimoniar con su vida su gran amor.
Renovación de la catequesis
En la misma línea se puede considerar un documento similar elaborado por los obispos argentinos con el que busca dar vida al ministerio del catequista en las comunidades y parroquias, en una tentativa de ir configurando progresivamente la renovación de la catequesis.
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Desde ahí se ha llamado en una carta a los catequistas a recordar que la Iglesia “mira con profundo respeto y gratitud todo lo que hacemos, y en este momento histórico nos ofrece el ministerio del catequista como un don y un servicio al que todos estamos llamados”. El escrito insiste en el testimonio conciliador y fraterno para emprender caminos de diálogo entre hermanos, desde donde se exhorta a “renovar el camino de la formación en el que las dimensiones del ser, del saber, del saber hacer y del saber estar con los demás fortalezcan la perspectiva misionera que debe caracterizar nuestro papel en la comunidad”.
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