El 98% de las 114 Conferencias Episcopales del mundo designaron una persona de contacto o equipo sinodal. Hasta la fecha se han recibido 100 documentos de síntesis y siguen llegando. Estas cifras permiten constatar que “la Iglesia está en sínodo”. Así lo declaró el Cardenal Jean-Claude Hollerich relator del sínodo de la sinodalidad, durante la rueda de prensa que mostró los resultados de la primera fase y anunció los desafíos de la fase continental.
El también arzobispo de Luxemburgo, explicó que los documentos de síntesis recibidos por la Secretaría General del Sínodo hasta el 25 de agosto; se pueden clasificar en cinco categorías de acuerdo con la procedencia de los aportes. En primer lugar están las Conferencias Episcopales, seguidas de las Iglesias católicas orientales, la Unión de Superiores Generales, los Dicasterios vaticanos y el denominado grupo de “Observación”.
Las Conferencias Episcopales
El prelado confirmó que además de las Conferencias Episcopales se invitaron a las Iglesias católicas orientales individuales, esto con el propósito de conocer sus síntesis específicas. Aclarando que los territorios de rito tradicionalmente latino y las eparquías de la zona, también enviaron su propia contribución a sus respectivas Conferencias Episcopales.
Refiriéndose a la Unión Internacional de Superiores Generales, confirmó que enviaron su aporte específico a partir de las contribuciones hechas por las Congregaciones Religiosas tanto masculinas como femeninas, lo mismo sucedió con los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, por lo que el cardenal Hollerich expresó su agradecimiento a estas instituciones por su generosa participación. “Estas comunidades tienen un patrimonio ‘sinodal’ que ofrecer a toda la Iglesia, y el proceso sinodal nos lo ha recordado,” agregó.
El compromiso de los Dicasterios Vaticanos
Frente a los Dicasterios del Vaticano el Cardenal Jean-Claude Hollerich indicó que algunos de ellos también se les encomendó la tarea de recoger las síntesis de instancias eclesiales específicas, como es el caso del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica que recogió y elaboró, las síntesis de un nuevo camino de discernimiento al interior de las Congregaciones Religiosas, Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica.
Por su parte, el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida se encargó de recoger y trabajar las síntesis de las asociaciones y movimientos eclesiales. Sin olvidar que este Dicasterio también se ocupó de la creación de una síntesis a partir del proceso de escucha y discernimiento de las instancias que se ocupan de la pastoral específica para las personas con discapacidad.
En el caso del Dicasterio para la Comunicación explicó que se hizo un camino interno de escucha y discernimiento que además contempló la implementación del proyecto piloto denominado ‘La Iglesia te escucha‘, una labor iniciada por la Red Informática de la Iglesia en América Latina (RIIAL) en colaboración con la organización Imission. Actividad que se realizó a través de las redes sociales, bajo la orientación de un grupo de influencers.
Proyecto logró recoger 110.000 respuestas alcanzando una cobertura de por lo menos 20 millones de personas. Además desde la Secretaría de Estado se realizó, por primera vez, una síntesis que escuchó a los Nuncios Apostólicos.
Periferias activas
Hablando del ultimo grupo, es decir, el denominado grupo de observación indicó que se recolectaron más de mil contribuciones de creyentes individuales o grupos de iglesias no reconocidas oficialmente por la autoridad de la iglesia local. Para estos últimos en particular, se trata de realidades que se sienten “en la periferia o en los márgenes” de la vida de la Iglesia. Contribuciones que fueron enviadas a los respectivos ordinarios locales.
«Por todos estos datos, estoy convencido de que estamos ante un diálogo eclesial sin precedentes en la historia de la Iglesia,» afirmó no sólo por la cantidad de respuestas recibidas o el número de personas implicadas, sino por la calidad de las participaciones. Reconociendo que el proceso de escucha y discernimiento no fue perfecto, el prelado destacó el empeño de acercarse a la imagen de la Iglesia sinodal, lo que también ha permitido aprender de estos errores.
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Un testimonio
Finalmente cerró su intervención con el testimonio de un sacerdote, el Padre Michael G. Ryan, párroco de la Catedral de St. James en Seattle – Estados Unidos, quien resume bien el proceso del sínodo y que compartimos con nuestros lectores:
«Al leer los informes y reflexionar sobre ellos, me encontré pensando en lo bendecido que soy de ser párroco de una parroquia que está llena de personas que aman tanto a la Iglesia, que la abrazan, la afirman, la celebran y agradecen a Dios por ella; pero al mismo tiempo no tienen miedo de criticarlo, desafiarlo, cuestionarlo y expresar enojo, decepción y frustración con él.
El evangelio nos dice que “Con Dios todo es posible”. ¡No puedo decir que lo mismo es cierto para la Iglesia! Tenemos que ser realistas en nuestras expectativas. Pero, ¿no es maravilloso que el Papa Francisco esté decidido a escuchar a toda la Iglesia y no solo a la jerarquía?
La idea es revolucionaria. Que yo sepa, la Iglesia nunca ha emprendido un esfuerzo de este tipo y en esta escala, ni siquiera en sus primeros días cuando los números eran modestos. Y el Papa Francisco no solo quiere escuchar a toda la Iglesia, quiere que nosotros, que somos la Iglesia, nos escuchemos unos a otros. Y eso es precisamente lo que sucedió durante el proceso sinodal de nuestra parroquia. Y está claro que aquellos de ustedes que aceptaron la invitación y se reunieron para escucharse unos a otros en diálogos orantes y respetuosos, quedaron sorprendidos por lo que sucedió, encantados por lo que sucedió, cambiados por lo que sucedió. Creo que, como resultado, nuestra parroquia nunca podrá volver a ser la misma, y estoy dispuesto a apostar que lo mismo es cierto para toda la Iglesia«.
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