Con motivo del 1° aniversario de la canonización de Mama Antula —la primera santa argentina que llegó a los altares el 11 de febrero de 2024— el Cardenal primado de la Argentina y arzobispo de Santiago del Estero, monseñor Vicente Bokalic Iglic CM, emitió un mensaje en el que resaltó la envergadura de la persona de la santa junto con la vigencia de su legado espiritual y testimonial, movida tan solo por el amor a Dios.
Descalza hacia las periferias existenciales
“Su vida y su misión trascienden los límites de la Iglesia. Su misión reflejaba su caridad para la santificación del prójimo y para la salvación de las almas. Deseaba llenar de amor de Dios los corazones para transformar la sociedad de aquel momento”, describe el arzobispo santigueño, “han pasado más de doscientos años y su ejemplo continúa dando luz, atrayendo e impulsando a vivir hoy lo que ella vivió con pasión en su tiempo. Prueba de ello es la extensión de conocimiento y devoción de santa Mama Antula en muchas comunidades eclesiales de nuestra Patria”, agregó.
Conocida, reconocida y siempre querida
“María Antonia de San José [tal el nombre completo de Mama Antula] se va metiendo en el corazón de nuestro pueblo creyente y cristiano. Amada por mayores y jóvenes, su vida despierta interés en muchísimos ámbitos, eclesiales y civiles. Podríamos hacer referencia en este aspecto como ejemplo que, por iniciativa de la Pastoral Misionera, la cual elevó oportunamente una solicitud a la Santa Sede, Mama Antula ha sido nombrada mediante decreto del Dicasterio del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Patrona Argentina de las Misiones. Por otro lado, la misma Universidad Nacional de Santiago del Estero, el 28 de septiembre del 2023 la declaró Doctora honoris Causa, por su aporte a la literatura y cultura de la época. En este sentido son cada vez más los ámbitos que buscan conocerla para adoptarla como patrona, inspiradora, modelo de discípula misionera de Jesús”, compartió Bokalic desde su texto que abunda en esos detalles que nos ayudan a componer la imagen de la santa.
En su búsqueda por la conversión de las almas mediante los Ejercicios Espirituales jesuitas, Mama Antula contribuyó en la construcción de “una sociedad más justa, más humana, más fraterna”, se nota su “opción preferencial por los pobres” aunque faltaría mucho tiempo para que hombres y mujeres de la Iglesia proclamaran con esas palabras la merecida justicia para los más indefensos del reino.
Apasionada evangelizadora, la oración tenía un espacio enorme en su vida cotidiana, desarrolló una gran fortaleza y perseverancia “frente a tantos obstáculos por todas partes, con autoridades civiles-políticas como así también eclesiásticas”.
Colaboradora de Dios
“Así son los santos de todas las épocas: sus testimonios iluminan y se actualizan en distintas épocas y situaciones históricas. Cada santo es un regalo de Dios para su tiempo: en la Iglesia y en la sociedad. El que suscita la santidad es Dios —porque Él es Santo— y participa de la santidad a sus hijos. La santidad es obra de Dios, pero debe contar con la colaboración humana. No se impone, se propone en la común vocación a la santidad de todos los cristianos”, afirma el cardenal Vicente.

Cardenal Bokalic en misa en Parroquia Virgen de Lourdes, La Banda, Santiago del Estero, Argentina, con jóvenes en recuperación de adicciones del Hogar de Cristo
Hablemos del terruño y de la fiesta
“Y en aquel pueblito de nuestro Santiago, Silípica: un lugarcito pobre, en medio del monte, desde los pobres y humildes Dios comenzó esta obra extraordinaria Dios hace cosas grandiosas y maravillosas. En Santiago nos gusta recordar, hacer memoria y fiesta volviendo a las fuentes, desatacando momentos fundantes de nuestro ser provinciano y trasmitiendo todo ello a las nuevas generaciones. Nos da una identidad particular: un pueblo que se alegra y recrea en el Encuentro. La canonización ‘regalo de Dios’ conmovió toda la sociedad santiagueña. No sólo a los que pertenecemos a la Iglesia Católica sino a todos los que pertenecemos y habitamos esta tierra empobrecida, humilde, pero con un pueblo que vive y expresa valores humanos y cristianos. Los valores del Reino de Dios que debemos cuidar y trasmitir”, emociona monseñor Bokalic cuando describe con hondura, casi siluetando los corazones del pueblo santiagueño que quiere tanto a su santa.
La despedida de arzobispo a través de su sentido mensaje no fue menos emotiva, deja vibrando la esperanza: “Este ‘regalo’ nos compromete a trabajar por una sociedad más fraterna, justa, humana, reconciliada, donde todos se puedan sentar a la mesa compartiendo los dones que nos regaló la Providencia del Dios de la Vida”.
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