La Iglesia de Francisco es una Iglesia que va a diferentes lugares para escuchar, para aprender, para discernir. Alguien que ha encarnado ese modo de ser del actual pontífice es el cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, que ha llegado a Manaos para participar de la Asamblea de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), de 8 a 11 de agosto, pero que antes de iniciar la Asamblea, pocas horas después de aterrizar en plena selva amazónica ha querido adentrarse en la realidad local.
Acompañar y traer una palabra de esperanza del Papa
Cecilia Barja trabaja en la Sección de Diálogo y Escucha del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y acompaña a la CEAMA y a las Redes Eclesiales Territoriales, entre ellas la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), que actualmente tiene su sede en Manaos, y que fue pionera en una experiencia eclesial que se ha expandido por todos los continentes. La asesora dice haber llegado a Manaos junto con el prefecto del Dicasterio “para saber como desde el Desarrollo Humano Integral y desde el Vaticano hacemos un mejor acompañamiento, así como traer una palabra de esperanza del Santo Padre el Papa Francisco”.
Su primera toma de contacto con la realidad local ha sido una reunión con el arzobispo, el cardenal Leonardo Steiner, el obispo auxiliar, Mons. Tadeu Canavarros, y miembros de Cáritas, de la Facultad Católica del Amazonas, de la Coordinación de Pastoral, y otros agentes de pastoral. Un encuentro en el que según Cecilia Barja han querido escuchar y en el que dice haber aprendido “cosas fundamentales, cuáles son sus esperanzas, por ejemplo, trabajar en el tema de la dignidad humana, de todos, migrantes, indígenas, mujeres, niños, y al mismo tiempo atender sus sufrimientos, que lastimosamente hoy están marcados por la explotación sexual y la negligencia de las autoridades”.
Entre los aprendizajes destaca el que “se puede trabajar en alianza, en red, con el gobierno local, con el gobierno estadual, trabajando muchísimo en formación de derechos humanos y atención adecuada a los casos para que se dé justicia, pero fuertemente también trabajando en prevención de abusos a menores de edad o personas vulnerables. Hemos aprendido mucho y hemos establecido formas de comunicación para poder seguir trabajando juntos”.
Una Iglesia dinámica y con espíritu misionero
En este primer encuentro, según el cardenal Steiner, «pudimos presentar un poco la realidad de nuestra Arquidiócesis, su dinamismo, su espíritu misionero«, algo expresado por los líderes presentes. Junto a ello, «también pudimos expresar nuestras tensiones, nuestras dificultades», mostrando así «lo que como Iglesia tenemos que afrontar» en la realidad social.
El arzobispo de Manaos destacó la importancia del diálogo y «la muy buena conciencia de nuestra presencia como Iglesia, nuestra Iglesia católica presente buscando ir al encuentro de las personas más necesitadas, teniendo en cuenta la hermenéutica que hace el Papa Francisco en Querida Amazonía, no dejando nada de lado, pensando en las cuestiones sociales, en las cuestiones culturales, en las cuestiones ambientales y en nuestra vida como Iglesia que tiene en cuenta toda esta realidad», insistiendo en que «fue un momento muy fructífero, muy bueno».
Conocer la vida de las comunidades de la periferia
El cardenal Czerny quiso conocer el caminar de las comunidades de la periferia de Manaos, y lo hizo en compañía de su arzobispo, encontrándose con miembros de la Área Misionera San Juan Pablo II, formada por las comunidades urbanas Cristo Rey, Santa Clara, Santa Lucía, Santísima Trinidad y San Pablo Apóstol, y junto con ellas las comunidades de San Francisco, Santa Julia, Sagrada Familia, de la zona rural, y Nuestra Señora Aparecida y Nuestra Señora del Carmen, que son comunicades de ocupación.
El cardenal Steiner señaló que la Iglesia de Manaos es una Iglesia liderada por mujeres, insistiendo en que son “mujeres que dan una gran contribución a nuestras comunidades”, destacando igualmente la presencia de los diáconos permanentes y de la Vida Religiosa, siendo 49 las religiosas que trabajan directamente en la pastoral en las comunidades, resaltando “la disponibilidad de todos para trabajar por el Reino de Dios”. Algo que hace, según el arzobispo, que “las comunidades se sientan animadas al ver que las hermanas, los padres, los diáconos están próximos y todos trabajando para servir”.
Escuchar y caminar juntos
Al final del encuentro con estas comunidades el cardenal Czerny dijo estar muy contento, porque en él “he aprendido cómo están afrontando los desafíos como pueblo y caminando con esperanza, con fe en Jesús y con el deseo de compartir la vida en abundancia con los que necesitan”.
En sus palabras, el prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral insistió en que en estos encuentros, que acostumbra a realizar en sus visitas a diferentes países, la primera cosa es escuchar, algo que ve como “fundamental, sobre todo a la persona que está en dificultades, que está sufriendo”, lo que ayuda a “tratar sobre los grandes problemas, los obstáculos al desarrollo, los obstáculos a la vida en abundancia”, resaltando que eso “no es para lamentarse, no es para vivir tristes, sino para escuchar a los sufrientes y buscar cómo caminar juntos con los que sufren”.
Comunidades que viven el amor al vecino
Un encuentro en el que el cardenal Czerny ha destacado la diversidad de los participantes, desde los ancianos hasta los niños y jóvenes. El prefecto del dicasterio resaltó entre las cosas aprendidas en el encuentro el “no tener miedo de escuchar, y después de haber escuchado caminar juntos y no tener problema en ayudarnos”, agradeciendo por el intercambio llevado a cabo y el buen ejemplo de las comunidades presentes en “aquello que Jesús nos pide, que es amar a nuestro vecino”.
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El cardenal Steiner definió el encuentro como muy bonito, destacando que «el cardenal quedó sorprendido por la presencia de todos, por la lucidez en las colocaciones, comunidades diversas que forman un Área Misionera con una conciencia muy grande de la importancia de la presencia de la Iglesia, de la presencia del Evangelio». El arzobispo de Manaos destacó el hecho de que «mucha gente habló, mucha gente expuso la realidad», algo en lo que «podemos darnos cuenta de lo atentas que están nuestras comunidades, de lo misioneras que son nuestras comunidades«. Finalmente se refirió al énfasis del cardenal Czerny en el espíritu misionero de los discursos y en la necesidad de que cada uno sea misionero. Algo que demuestra el compromiso con la formación presente en estas comunidades, muchas de las cuales están dirigidas por mujeres.
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