Un acontecimiento muy importante de la Iglesia que peregrina en América Latina que pasó en tono menor, incluso ignorada en muchos ambientes eclesiales, muchas veces por cuestiones externas a la Iglesia. Así ve el cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga la Conferencia de Santo Domingo.
Amenazas previas a Santo Domingo
El arzobispo de Tegucigalpa se refirió a las dificultades previas, a la presencia del secretario de Estado, cardenal Angelo Sodano, y de todos los prefectos o sus secretarios de las Congregaciones vaticanas ante la falsa amenaza de un cisma promovido por el Celam, lo que en realidad era un deseo de acabar con el Celam y sustituirlo por la Comisión para América Latina. Inclusive hizo ver el claro riesgo de que no hubiese un documento final, frente a lo que empeñó Don Luciano Mendes de Almeida, presidente de la Comisión de Redacción.
Al abordar el tema de la Promoción Humana desde Santo Domingo, recordando su trabajo como secretario general del Celam de 1987 a 1991 hizo ver el sondeo que trajo los temas de nueva evangelización y cultura a lo que Juan Pablo II añadió promoción humana y cultura cristina. En ese sentido citando a Pablo VI afirmó que “la evangelización sin promoción humana sería incompleta”, cuestión abordada en el discurso de abertura de la IV Conferencia, que ve la promoción humana en la evangelización algo importante ante las amplias capas de marginación y pobreza en América Latina y llamando a asumir el papel del Buen Samaritano, ideas recogidas por el Papa Francisco en Fratelli tutti.
Lo social esencial del mensaje cristiano
“La preocupación por lo social es parte esencial del mensaje cristiano”, destacó el purpurado hondureño, recordando que en Gaudium et Spes, “el problema de la promoción humana no se puede considerar al margen de la relación con Dios”, y junto con ello que “la genuina promoción humana ha de respetar siempre la verdad sobre Dios y la verdad sobre el hombre”.
Desde ahí se insiste en reparar en el aumento de la pobreza, de la inflación, de la deuda internacional de la que se derivan tremadas consecuencias sociales, el desempleo creciente, situaciones presentes 30 años después, según el cardenal Maradiaga. Desde ahí Juan Pablo II hizo un Llamado a una activa, justa y urgente solidaridad internacional, a globalizar la solidaridad, en Centesimus Annus, una exigencia del bien común universal que ha de ser respetada por todos los integrantes de la familia humana.
Opción preferencial de los pobres
Santo Domingo advierte frente a la injusticia, hoy corrupción institucionalizada, la transgresión de los principios éticos en las funciones administrativas, llamando al cambio de estructuras para superar el abismo entre los países y ciudadanos, a un nuevo ideal de solidaridad frente a la caduca voluntad de dominio, insistió el cardenal. En relación con la opción preferencial de los pobres, algo reafirmado en Santo Domingo como una opción firme e irrevocable, se afirmó el servicio a los pobres como medida privilegiada del seguimiento de Jesucristo.
En Santo Domingo indígenas y afroamericanos son vistos como víctimas principales de la pobreza en el continente, a quienes el Papa Juan Pablo II les dio carta de ciudadanía en la Iglesia, con un mensaje especial de solidaridad y cercanía, creando la fundación Populorum Progressio para beneficiar a los más desprotegidos en América Latina.
Familia y vida fundamentales para la promoción humana
Familia y vida son elementos fundamentales para la promoción humana en Santo Domingo, según el cardenal Rodríguez Maradiaga, que es vista como “expresión privilegiada de la Nueva Evangelización en busca de condiciones más humanas, un canto a la vida en todas sus etapas”. Promoción humana como consecuencia de que Jesús comparte el camino de los seres humanos, se hace camino para ellos, penetra en sus sentimientos y preocupaciones, insistió el purpurado.
Según el arzobispo de Tegucigalpa, “la Iglesia ofrece su participación específica a la promoción humana que es un deber de todos”, señalando temas que no pueden ser ignorados, sobre los que se colocan desafíos y se proponen acciones, temas que han seguido interpelado a los episcopados del continente. En ese sentido, Santo Domingo destacó el llamado a promover un nuevo orden económico, social y político impulsando la justicia y la solidaridad y abriendo para todas las personas horizontes de eternidad. Eso como compromiso de la Iglesia con la promoción humana, lo que procede de la fe y de la caridad, insistió el cardenal.
Derechos Humanos elemento constitutivo del ser y del hacer la Iglesia
En Santo Domingo aparecen 9 signos de los tiempos en relación con la promoción humana, según el padre Leonidas Ortíz. Para el exsecretario adjunto del Celam el énfasis en los derechos humanos es el eje vertebral de la parte de la promoción humana en el documento de Santo Domingo. Según él, el derecho a la vida es el eje articulador de la Pastoral de los Derechos Humanos, destacando la dimensión profética y social.
En su exposición hizo referencia a los pasos previos a Santo Domingo que ayudaron a profundizar sobre la promoción humana en la IV Conferencia. Allí los derechos humanos fueron presentados como elemento constitutivo del ser y del hacer la Iglesia, colocando la ayuda al necesitado como exigencia de la misión evangelizadora de la Iglesia. Se hace un llamado a defender los derechos individuales y sociales de los más vulnerables, compromiso en la defensa de la vida, participación en espacios de dialogo y mediación, empeñarse en superar toda discriminación y sentimiento de odio, entre otros elementos.
De Santo Domingo surgió un impulso a la Pastoral de Derechos Humanos, lo que se concretó en diferentes congresos a nivel continental y muchas experiencias esparcidas por todo el continente que impulsaron esta dimensión tan importante en la vida de la Iglesia, algunas de las cuales fueron relatadas por el exsecretario adjunto del Celam, destacando la importancia del aterrizaje concreto de una pastoral que nació en América Latina y desde ahí expandiéndose a la Iglesia universal, siendo incorporada en los planes pastorales a todos los niveles como parte del Evangelio y de la vida de la Iglesia.
Doctrina Social de la Iglesia esencial del mensaje cristiano
De Santo Domingo nacen líneas prácticas, algunas de las cuales fueron presentadas por el presbítero Francisco Hernández Rojas. Una de ellas es la enseñanza de la Doctrina Social de la Iglesia como contenido esencial del mensaje cristiano y exigencia clara de la evangelización, que ha dejado de ser vista como algo aislado, aprendiendo a mirar desde la realidad, con la que está en permanente interacción y en mayor articulación continental a la hora de hacer análisis de la realidad y generar estrategias, buscando mayor eficiencia práctica y operativa en la vida de las comunidades.
Santo Domingo puede ser visto como inicio de las propuestas de economía solidaria, de comunión, de participación de bienes, de nuevas economías como es hoy Economía de Francisco, según el coordinador regional de Caritas de América Latina y El Caribe. En ese sentido presentaba los ejemplos de comunidades parroquiales como comunidades de vida que acogen a las personas en situaciones vulnerables que quieren desarrollar sus potencialidades, convirtiendo la comunidad parroquial en comunidad de acogida, lo que es visto como un encarnar la Doctrina Social de la Iglesia desde realidades muy focalizadas.
Empoderamiento social
Desde Santo Domingo, la opción preferencial por los pobres aparece como dinámica para generar servicios y procesos que empoderan y hacen actores de su propio desarrollo e historia a estas capas sociales, generando programas de fortalecimiento a todos los niveles eclesiales, buscando fortalecer la dimensión social de la evangelización sobre todo con los más vulnerables, según el sacerdote costarricense. Desde ahí señala que hemos avanzado en esas propuestas que nacen en Santo Domingo que van siendo una respuesta a la realidad.
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También destacaba el protagonismo de los laicos en Santo Domingo, su presencia en diferentes ámbitos, favoreciendo procesos formativos con gran participación. Del mismo modo la importancia de la creación de redes, inclusive ecuménicas e interreligiosas, algo presente en la reestructuración del Celam, que surgen del llamado al trabajo articulado de Santo Domingo. El Buen Vivir como estilo de desarrollo, algo aprendido de los pueblos originarios, el avance de las mujeres en espacios de decisión de la Pastoral Social, el mundo de los jóvenes, la protección de la niñez, incidencia ciudadana, las migraciones, el mundo de las comunicaciones en la defensa de la vida y los derechos humanos y ayudar a construir un mundo con un rostro más humano, y otros muchos elementos surgidos de la IV Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe, un documento que no se quedó en una biblioteca y que marcó huella y fue fuente de inspiraciones.
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