Hace casi 60 años que la Campaña de la Fraternidad acompaña la vida de la Iglesia de Brasil durante la Campaña de la Fraternidad. Un tiempo para reflexionar y encontrar caminos de conversión en torno a realidades presentes en la sociedad brasileña. En 2023, la Campaña de la Fraternidad tiene como tema «Fraternidad y Hambre«, y como lema «Dadles vosotros de comer».
33 millones de personas pasan hambre en Brasil
En Brasil, 33 millones de personas pasan hambre, una realidad que también está presente en la ciudad de Manaos, denunció en rueda de prensa el cardenal Leonardo Steiner. Según el arzobispo de Manaos, esta campaña tiene lugar durante «el tiempo de la conversión, el tiempo de la penitencia, el tiempo del ayuno, el tiempo de la limosna, este intento de profundizar en el Misterio Salvífico de Dios en Jesucristo, en su Pasión, Muerte y Resurrección».
El purpurado insistió en que «la Campaña de la Fraternidad quiere entrar en esta dinámica de conversión, de cambio, de transformación». El Cardenal afirmó que «comer no es un derecho, comer forma parte de lo humano, es más que un derecho. Sin comer el ser humano no subsiste, no vive«. Denunció lo que está ocurriendo con el Pueblo Yanomami, que «por falta de alimentos, por una enorme desnutrición, pierden el espíritu y la capacidad de vivir, pierden las ganas de vivir, pierden las ganas de ser».
Estamos dejando que hermanos y hermanas pasen hambre
El hambre es una realidad preocupante en un país en el que en 2022 sólo el 41,3% de los hogares brasileños tenían a sus residentes en seguridad alimentaria, lo que significa que más del 58% de los hogares brasileños, 125 millones de personas, viven en algún nivel de inseguridad alimentaria, con el 15,5% viviendo con hambre, 33 millones, una cifra repetida tres veces por el Cardenal. Dijo esperar que «esta Campaña de Fraternidad nos despierte», llamando a comprender que «nadie está excluido del amor de Dios«, algo que contrasta con el hecho de que «estamos dejando que hermanos y hermanas pasen hambre».
Una realidad que «es consecuencia de un sistema económico que nos afecta en Brasil, un desprecio por los pobres«, subrayó el cardenal Steiner. Una situación que había sido superada en el pasado, definiendo la situación actual como una muestra de que en Brasil «estamos perdiendo la fraternidad, estamos perdiendo la capacidad humana de ayudarnos unos a otros, de ayudarnos a nosotros mismos, de tener empleo suficiente para todos, de tener un sistema económico que esté a favor de todas las personas y no sólo del sistema de mercado». Ante ello, hizo un llamamiento a la reflexión, pero también a la acción concreta en favor de las personas que pasan hambre.
Un pacto global de la sociedad
Algo que exige «un pacto global en la sociedad, entre instituciones, Iglesia, pero también gobiernos, empresas» para superar el hambre, según el padre Geraldo Bendaham. Insistió en que «hay salida, hay caminos, hay que cambiar«, buscando una economía solidaria donde se comparta. El Coordinador de Pastoral de la Archidiócesis de Manaos relacionó la cuestión del hambre con otras realidades como es el agua, el saneamiento básico, la educación.
El padre Geraldo hizo un llamamiento a la reflexión sobre el desperdicio de alimentos, algo que quiere expresarse en el hecho de que la Archidiócesis de Manaos lanzará la campaña, que tendrá lugar el Miércoles de Ceniza, en torno a la feria, abriendo así las actividades que llevarán a las comunidades a profundizar en esta cuestión a lo largo de la Cuaresma. Junto con esto, denunció que «la sociedad tiene la creatividad, la capacidad de superar el hambre«, exigiendo políticas públicas que ayuden a superar el hambre y hagan desaparecer las desigualdades en Brasil, un país que tiene alimentos, pero donde muchas personas pasan hambre, algo que considera vergonzoso y que debe ser tomado en serio por los gobiernos, «porque se trata de personas, seres humanos, nuestros semejantes».
Abrir los ojos ante la realidad del hambre
Según el diácono Afonso Brito, la Iglesia de Manaos ha llevado a cabo diversas iniciativas para ayudar a superar el hambre. Durante la pandemia, la Archidiócesis ayudó a 100.000 personas a superar el hambre, un trabajo que continúa y que está siendo coordinado por Cáritas Arquidiocesana y las Cáritas Parroquiales. El objetivo es ayudar a las familias que pasan hambre a tener lo mínimo posible, algo que se lleva a cabo con la donación de personas anónimas e instituciones públicas.
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El cardenal Steiner planteó como algo necesario que «discutamos y reflexionemos sobre el sistema económico que ha llevado a tanta gente a este estado de hambre». Destacó otros elementos relacionados con el hambre, como la educación, la salud, la cultura, los espacios de ocio. Manaos es una ciudad donde se siente el hambre, insistió el arzobispo, con situaciones muy difíciles, una realidad que se repite en las periferias de las ciudades brasileñas. Ante esto, dijo esperar que la Campaña de la Fraternidad pueda ayudar a «abrir los ojos de las personas, para que haya más compartir, pero también una reflexión y discusión sobre el propio sistema económico y la falta de políticas públicas que han llevado a esta situación«.
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