“Reflexionar sobre expectativas, posibilidades y anhelos, de manera muy especial de la niñez y la juventud costarricense”, es uno de los mensajes que brinda la Comisión Nacional de Cultura y Educación de la Conferencia Episcopal de Costa Rica (CONACE) al inicio del curso lectivo 2024. En una era de incertidumbre para la sociedad costarricense, también dirige la atención hacia los educadores que, con entusiasmo y valentía, asumen la responsabilidad de formar las mentes y los corazones del mañana.
El comunicado que emiten está basado en el llamado del Papa Francisco en el Pacto Educativo Global «Colocar a la persona en el centro de todo el proceso educativo». Este principio, esencial para la formación genuina de nuevas generaciones, emerge como un faro de orientación en medio de los desafíos actuales. En el liderazgo de Monseñor Mario Quirós Quirós, la CONACE nos invita a abrazar este enfoque centrado en la persona, reconociendo que la educación no solo forma mentes, sino que también moldea corazones y construye el tejido social.
Desafíos del proceso educativo
La educación integral, como sostiene la CONACE, es el corazón de este llamado. Su objetivo es abordar todas las dimensiones de la persona, no solo descubriendo el potencial individual, sino explorando la trascendencia ante los desafíos presentes y futuros. Se subraya la importancia de inculcar el “pensamiento crítico, para ver la crisis como una oportunidad y poder dar respuestas siempre esperanzadoras a las situaciones que necesariamente deberá enfrentar en su futuro”.
Según UNICEF, es fundamental asegurar que los adolescentes y jóvenes tengan la oportunidad de finalizar su educación y desarrollar habilidades para el empleo. La Encuesta Continua de Empleo del INEC señala que 125 mil personas jóvenes (de 15 a 24 años) en el país no están estudiando ni trabajando. Es por esta razón que existen iniciativas como ‘Aprendo Pura Vida’, en colaboración con el MEP (Ministerio de Educación Pública) como clave de la estrategia nacional de recuperación educativa que beneficia a 1,2 millones de estudiantes y docentes.
El mensaje de la Comisión Nacional de Cultura y Educación de la Conferencia Episcopal de Costa Rica (CONACE) no solo se dirige a la estructura gubernamental; sino que constituye un llamado a toda la sociedad costarricense. En este llamado se plantean varios retos fundamentales, como el imperativo de colocar a la persona en el centro del proceso educativo. Este enfoque aboga por una educación que se desarrolle «en libertad y para la libertad», donde cada individuo reciba una atención diligente, respondiendo a sus necesidades específicas.
Educación fraterna y solidaria
Además, se destaca la urgencia de promover la fraternidad en los centros educativos, entendiendo que la convivencia fraterna debe ser una responsabilidad compartida, libre de abusos, miedos y discriminación. La comunidad educativa es convocada a ser parte de la solución, reconociendo que cultivar la creatividad, la inteligencia y la solidaridad es esencial para afrontar los desafíos. Asimismo, se presenta el diálogo estrecho entre padres, madres y educadores como un medio para transformar los centros educativos en espacios de «aprendizaje para la vida y modelos de convivencia social».
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Finalmente, se subraya que la educación es un «acto de amor», según lo señala el Papa Francisco, resaltando la importancia de promover valores como la verdad, el respeto, la empatía, la equidad y la justicia. La CONACE concluye su mensaje elevando una oración por la niñez, la juventud y cada persona educadora, buscando la bendición divina para gestar una sociedad donde la convivencia fraterna sea la norma para todos.
Lea el comunicado:
Mensaje de inicio del curso Lectivo 2024 CR
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