Con una celebración litúrgica en la Octava de Navidad, la diócesis de Istmina-Tadó se unió a la Iglesia Universal para conmemorar la Solemnidad de la Sagrada Familia de Jesús, María y José. Además, de dar apertura oficial al Año Jubilar 2025, propuesto por el Papa Francisco con el lema “Peregrinos de la Esperanza”.
Durante la eucaristía presidida por monseñor Mario de Jesús Álvarez Gómez, obispo de esta Jurisdicción, se resaltó la importancia de la familia como “Iglesia doméstica” y marco fundacional de la fe cristiana.
La familia de Nazaret: un modelo eterno de fe y amor
Inspirado en las palabras del Evangelio del día (Lc 2, 51-52), reflexionó destacando a la Sagrada Familia de Nazaret como la escuela donde se aprende el Evangelio y se vive la disciplina espiritual necesaria para ser verdaderos discípulos de Cristo. “Nazaret es la escuela donde empieza a entenderse la vida de Jesús”, señaló el obispo, haciendo eco de las palabras de san Pablo VI.
Citando a san Agustín “Dios se hizo hombre para que el hombre se haga Dios”, destacó la importancia de la familia como pequeña iglesia donde las realidades divinas y humanas se encuentran, logrando con ello ser el reflejo del amor y la unidad de la familia de Nazaret.
La pastoral familiar: columna vertebral de “La Champa Misionera”
Continuando con su reflexión, mencionó el papel fundamental que juega la pastoral familiar, mencionando el Plan de Acción Pastoral diocesano, conocido como “La Champa Misionera”, que sigue esta Iglesia particular. Al respecto explicó que están organizados por pequeñas comunidades eclesiales misioneras (PCEM), cuya tarea es fortalecer a las familias como principales agentes de evangelización y unidad.
Monseñor Álvarez observó que la celebración de la Solemnidad de la Sagrada Familia, será un momento de gracia que se vivirá cada año para bendecir y encomendar a Dios a las familias de la diócesis.
Apertura del Año Santo Jubilar 2025: un camino de esperanza
El prelado señaló que, atendiendo la invitación del Papa Francisco, la diócesis de Istmina-Tadó dio inicio igualmente al Año Santo Jubilar 2025 bajo el lema “La esperanza no defrauda” (Rom 5, 5). “Nos disponemos a peregrinar, como diócesis de Istmina-Tadó, sin desfallecer ante las dificultades, propias de un caminar, cargados de esperanza”, asintió.
A continuación, manifestó que esta jornada marca el comienzo de un año de peregrinación espiritual y renovación, donde los fieles están llamados a fortalecer su fe, corregir errores del pasado y avanzar hacia un futuro lleno de verdad y amor.
Y agregó que, este tiempo de gracia es una invitación a la reconciliación y al perdón. “Vivamos este año de gracia del Señor, con disposiciones del alma que nos permitan pedir y prodigar perdón, reconociendo que todos hemos pecado y estamos urgidos de la indulgencia y misericordia de Dios”.
El inicio del Año Santo Jubilar en esta Jurisdicción se cumplió a tiempo que se celebró en la Catedral y la Con-Catedral, reuniendo a cientos de fieles en un acto de fe y esperanza. “Sin esperanza no podemos avanzar”, añadió Álvarez, instando a quienes hacen parte de esta Iglesia particular a vivir este tiempo con los ojos puestos en el horizonte y el corazón abierto al mensaje del Evangelio para proyectar un futuro deseable en la perspectiva del Reino de Dios.
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