Concluyó en Costa Rica el III Congreso Nacional de Prevención de Abusos en Ambientes Eclesiales organizado por la Comisión Nacional de Prevención de Abusos y Protección de Menores y Adultos Vulnerables (Conaprome), de la Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR).
Al evento que se realizó de manera híbrida, participaron más de 150 personas, entre miembros de las comisiones diocesanas de prevención, agentes de pastoral, el clero, religiosas y personas interesadas en el tema.
Fue un espacio de disertación y diálogo, guiado por las ponencias: Delitos sexuales en el derecho penal costarricense, a cargo de los abogados penalistas Lic. Alfonso Ruiz Ugalde y Lic. Alberto Delgado Artavia del bufete RBD; Abuso de conciencia desde el derecho canónico, del religioso Oscar Mario Ugalde Vargas; así como también se ofreció el panel: Comunicación ante situaciones de abuso eclesial.
El último día, 24 de agosto, el Congreso se realizó de manera presencial y fue monseñor José Manuel Garita Herrera, obispo de Ciudad Quesada y presidente de Conaprome, quien compartió sobre la labor de prevención que está adelantando actualmente la Comisión, integrada por un equipo interdisciplinar constituido desde CECOR.
Ser capaces de reconocer nuestra vulnerabilidad
Tomando las palabras del Papa Francisco “Dios nos llama a un cambio de mentalidad absoluto”, el prelado expuso la prevención de la cultura del cuidado que desde Conaprome se ejecuta, advirtiendo que, muchas veces los abusos sexuales son causados por abusos de poder y -agregó- “es ahí donde está la raíz de los abusos, estamos llamados a pasar de una cultura autoritaria donde el poder no es entendido como servicio, a una cultura del cuidado y del buen trato”.
Recordó que, el Papa los había invitado a soñar con un mundo nuevo y a ver este cambio cultural también como un camino hacia la paz, pero advirtiendo que este requería de humildad y coraje, donde se revisaran las actitudes, estructuras y forma de relacionarse, es decir -indicó- “ser capaces de reconocer nuestra vulnerabilidad, tanto a nivel personal como institucional”.
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Dar un paso hacia la coherencia
En este sentido, expuso que desde Conaprome que fue creada para responder al problema y prevención del abuso sexual a menores y adultos en vulnerabilidad por parte de miembros de la Iglesia católica, quiere acogerse al llamado que insistentemente hace el Papa Francisco y trabajar por este cambio cultural que entre todos se debe hacer. “Tenemos que dar el paso hacia la coherencia y desechar relaciones humanas o institucionales pervertidas por el mal uso del poder y el egoísmo”.
Concluyó su intervención exhortando a todos los presentes, para que, así como la Conferencia Episcopal costarricense asumió en serio esta tarea de la cultura del cuidado, así también lo asuman como un verdadero apostolado todos aquellos que tienen esta responsabilidad, advirtiendo que no es tarea fácil, pero que hay que iniciarla.
“El tema incluso es complicado, pero es necesario si queremos verdaderamente una Iglesia sinodal. Reitero mi agradecimiento a los miembros de la comisión nacional, a todos los ponentes que nos han acompañado estos días y a ustedes, a quienes pido ayudarnos a llevar adelante este apostolado”, puntualizó.
Trabajar desde la prevención
A continuación, al cierre del evento, la argentina María Inés Franck, directora del Centro de Investigación y Formación Interdisciplinar para la protección del menor (Ceprome) y miembro del Pontificio Consejo de Protección de Menores, intervino con la ponencia sobre abuso de poder.
En su disertación, la especialista en Doctrina Social de la Iglesia y licenciada en Derecho canónico, expuso que el poder es bueno, pero requiere hacer un buen uso del mismo ya que este puede corromper, por lo que advirtió que demanda una gran responsabilidad de parte de quien lo ejerce. Apuntó, además, que para evitar este tipo de abuso es necesario hacer una selección correcta de los líderes y utilizar mecanismos correctores. Marcando la diferencia entre poder (se refiere más a una posición) y autoridad (tiene relación más con la moral y la sabiduría).
Hizo la reflexión, sobre el significado del abuso desde la conciencia y lo espiritual para plantear que estos parten también de un abuso de poder que puede anteceder a los abusos sexuales, a esto, insistió, se debe trabajar desde la prevención para erradicarlos desde la raíz.
Al cierre de la actividad, las psicólogas Roxana Fonseca y Maricela Jiménez, presentaron la propuesta para un manual psicoeducativo de prevención del abuso sexual en el ámbito eclesiástico, un proyecto que fue su tesis universitaria pero que también fue hecha pensando en apoyar los esfuerzos de prevención en la diócesis de Alajuela y que ahora comparten con todo el país costarricense.
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