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Concluye ‘fase presencial’ del Diplomado de Cuidado y Protección de niños, adolescentes y personas vulnerables

El pasado 19 de septiembre, en la capital colombiana concluyó la fase presencial del Diplomado de Cuidado y Protección de Niñas/os, Adolescentes y Personas Vulnerables, organizado por la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR) y el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), a través del Cebitepal.

Un espacio de formación que inició el 03 de junio de manera hibrida y se extenderá hasta el 31 de octubre de 2024, donde participan 28 personas de 13 países entre ellos: Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, México, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Venezuela y España.

Compromiso para ser promotores del cuidado

El padre Fabio Antunes, director del centro de Cebitepal, celebró que este grupo de estudiantes haya logrado avanzar en esta etapa formativa y expresó su deseo para que, quienes participan de este proceso académico se comprometan en sus países de origen a ser agentes multiplicadores y promotores de esa cultura del cuidado tan necesaria para la Iglesia.

El directivo, extendió el saludo de felicitación a los graduandos, por completar esta etapa del proceso, a la vez agradeció a los profesores y facilitadores quienes han estado acompañando al grupo a lo largo de estos tres meses de manera presencial, ofreciendo sus saberes y proporcionando el crecimiento intelectual y espiritual de los participantes.

Así mismo, al agradecer el apoyo ofrecido por los cuatro centros pastorales del Celam, afirmó que Cebitepal seguirá avanzando en ofrecer nuevas ofertas formativas que preparen agentes especializados en la promoción de la cultura del cuidado en la Iglesia.

Los vulnerados sean mirados con cariño

Otra de las personas presentes al cierre de la fase presencial del Diplomado fue la hermana Daniela Cannavina, secretaria general de la Confederación Latinoamericana de Religiosos (Clar), quien resaltó que este trabajo conjunto con el Celam, dos instituciones al servicio de la Iglesia, busca dar una palabra profética al continente de que el cuidado es una tarea prioritaria de todos.

La religiosa manifestó ver a los estudiantes muy agradecidos y contentos por lo vivido en este espacio académico, “se llevan no solo información sino una experiencia vital, que es la experiencia que promueve el encuentro, la reflexión, el compartir la vida y todo eso suma a poder realmente abrir caminos a nivel continental, cada uno desde el lugar donde está para ser posible estos espacios del cuidado”.

Adicional a esto, expuso que la fase presencial fue muy importante por las experiencias vividas en un trabajo practico y en un compartir de campo, por lo que invitó a los alumnos a poner las mejores energías para el trabajo que viene, para que “no quede solo a nivel de ideas, sino que toque la vida y por sobre todo tenga estas pautas importantes de prevenir y favorecer espacios donde siempre los más vulnerados sean mirados con cariño y las victimas sean lo primero”.

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Misioneros por vacación del cuidado

Por su parte, el hermano Jesús García, coordinador y tutor del espacio formativo durante los últimos cuatro meses, resaltó que una de las cosas más bonitas de este diplomado fue el haber tenido la oportunidad de hacer un camino completo, es decir, primero interactuar de manera virtual y ahora presencial, esto dijo el religioso da la oportunidad de aprender juntos y avanzar en un aprendizaje compartido.

Algo más que destacó fue el sentir de quienes estaban allí presentes en el Diplomado, dijo que realmente lo hicieron por vocación y no participaron por cumplir una tarea más, sino por un llamado de Dios “una misión que queremos cumplirla en nombre de él o con él, con todas las víctimas, con todos aquellos que viven en dificultades, heridas hechas por personas que quizás ya sea con perversión o sin perversión han podido vulnerar los derechos de los niños y de los adultos vulnerables, por eso creemos que va a seguir siendo una oportunidad para implicarnos mucho más en la cultura del cuidado”.

Asimismo, enfatizó que esto no puede quedar solo en un proceso de formación, sino que debe llevar a un compromiso más serio para continuar siendo misioneros del cuidado, lo que implicará, aseguró, fortalecer el encargo ya adquirido con anterioridad con las comisiones nacionales, jurisdicciones o instituciones a las que representan.

“Ahora es con más capacidad, con más decisión y ojalá que sea también con más espíritu y otros que no estaban en comisiones, se sientan implicados a partir de ahora a asumir un compromiso de colaborar con la concientización en todos los ámbitos, que entiendan que esto no es solamente para un rato, sino que es una vocación de por vida, por tanto, creemos que sí es una implicación a largo plazo”, apuntó.

Crear redes de apoyo

Para la psicóloga mexicana, Noemí Escobar, coordinadora del área de psicología en los colegios de las religiosas del Sagrado Corazón y quien participó en este proceso de formación, asintió en decir que valora la formación ofrecida por el Celam y considera que ha sido de gran importancia para ella por los conocimientos adquiridos. Destacó que los espacios, los docentes, la biblioteca y sus compañeros fueron un factor fundamental para la generación del aprendizaje que adquirió.

Enfatizó en la importancia que es para la Iglesia crear ambientes seguros más aún en las áreas escolares, por lo que afirmó que lo aprendido en el diplomado es un proyecto de sensibilización que espera compartir en su trabajo. “Las herramientas prácticas, metodológicas y pedagógicas que nos han ofrecido, estoy segura me permitirán transmitir un conocimiento más sólido y ponerlo en práctica en los colegios que tienen las religiosas del Sagrado Corazón”.

Resaltó el compartir con otros estudiantes, señalando que cuando se estudia solo se aprende mucho, pero cuando se comparte con otros las enseñanzas, los conocimientos y la experiencia se puede generar redes de apoyo, buscando con ello un cambio que favorezca a la Iglesia y a la sociedad.

Aunque el ciclo final del Diplomado será el 31 de octubre de 2024, las directivas del Cebitepal y la Clar, quisieron aprovechar la presencialidad para hacer entrega de los diplomas a cada uno de los estudiantes, en una ceremonia que inició con una eucarística y concluyó luego con un almuerzo especial.

 

 

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