A menos de una semana para que se cumpla la histórica jornada electoral que dará un nuevo rumbo a la política mexicana, la Conferencia Episcopal confía en que la participación, la legalidad y la civilidad, sean los pilares de los comicios cuyos resultados se espera puedan aportar a la unidad social y la esperanza en el futuro del país.
«Somos más de 130 millones de mexicanos de los cuales cerca de 99 millones estamos convocados a sufragar, para emitir los votos correspondientes que den rumbo a nuestros próximos seis años», afirman los obispos en el mensaje que desde la humildad y el respeto ofrece una palabra de aliento para que los ciudadanos estén a la altura de las exigencias del acontecimiento.
Anhelos legítimos
Conscientes de la diversidad que constituye a la población mexicana, los prelados aseguran que «en este pluralismo estamos llamados a ser partícipes y custodios de este valioso legado, valorando y respetando nuestras raíces, nuestro mestizaje y nuestro presente tan diversificado». Aspectos que resultan claves para favorecer el desarrollo de sus ciudadanos y el legítimo anhelo de vivir en condiciones de justicia, unidad, solidaridad y veracidad.
Al respecto, los representantes de la Iglesia mexicana presentan un mensaje de fraternidad, fundamentado en las enseñanzas del Evangelio, por lo que plantean una serie de invitaciones o exhortaciones para propiciar el encuentro, el diálogo, el respeto y la reconciliación entre los diversos sectores de la sociedad mexicana. «Como obispos reconocemos el derecho de los ciudadanos a defender sus distintas opciones, pero al mismo tiempo, pedimos conocer y recibir nuestros valores que se basan en el respeto a la vida, la justicia y el bien común».
Votar con libertad
La invitación central es a superar el temor. «No tengamos miedo de salir a votar», recuerdan los obispos en la exhortación dirigida a la ciudadanía, a la que advierten debe estar por encima de cualquier forma de coacción o presión, ya sea para no votar, hacerlo a cambio de dádivas o influenciada por amenazas o presiones de cualquier tipo. «Todos tenemos derecho a votar libremente» insisten y el voto debe ser secreto y respetado. «Salgamos a votar con responsabilidad y convicción: salgamos a ejercer nuestros derechos», afirman.
Dirigiéndose a las autoridades presentes en las mesas de votación y en las denominadas casillas, los obispos abogan por el cumplimiento de su deber; así como su entrega imparcial a la causa de la democracia, lo que se hará evidente en la organización de los comicios, la recepción de los votos y el posterior conteo, lo quen en palabras de los prelados «prueba que los procesos electorales en democracia, deben ser ejercidos por ciudadanos imparciales, serios, honestos y objetivos para darle certidumbre».
En tercer lugar, la solicitud es para los políticos a quienes piden que su talante democrático y su civilidad se demuestre evitando la tentación de moverse al margen de la ley y de la ética política. «Todos los partidos políticos, candidatos y ciudadanos, deben rechazar las prácticas ilegales para no manchar el proceso y poner en riesgo los resultados», declaran.
Imparcialidad por el bien común
Para los prelados es importante que como parte de la democracia seamos capaces de aprender a ganar y perder, por lo que explican que «el talante democrático de los contendores quedará manifiesto al momento de reconocer los resultados». En esta línea también se encuentran los miembros de las autoridades civiles que se hallan próximos a dejar sus cargos, actitud que, de acuerdo con el concepto de la Iglesia, no debe interferir con la violanción de las leyes.
Refiriéndose a las autoridades electorales del país, es decir, el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), los obispos confían en que puedan ejercer sus responsabilidades con profesionalismo, siguiendo las leyes electorales y aplicando la ética, responsabilidad y civilidad que corresponde a su misión. «Aún en medio de las limitaciones en que se encuentran por el acoso de otros poderes, es momento de manifestar su imparcialidad por el bien del país, fortaleciendo la democracia y derrotando todo intento de fraude electoral». Advierten.
Respecto a los medios de comunicación representados en periodistas, analistas y empresarios; la invitación de los obispos está orientada al servicio que deben ofrecer a la nación con veracidad y ética con relación al proceso histórico que vive el país. «Recordemos que el manejo de la información es ya una forma de hacer política», aseguran al tiempo que destacan la pluralidad y variedad de los sistemas informativos en México y que esperan estén marcados por la libertad de opinión y la responsabilidad que a su vez son principios del ejercicio democrático.
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Seguridad y paz social
Por otra parte, está el llamado a las autoridades para que cuiden a ciudadanos, candidatos y puestos de votación para que estén libres de cualquier agresión proveniente del crimen organizado o grupo delincuencial que intenten influir sobre el proceso electoral, ya sea a través de cualquier expresión de violencia como las amenazas o los asesinatos selectivos para favorecer intereses particulares y a quienes «lo único que los detiene es el imperio del Estado de derecho que deben procurar las autoridades civiles».
Igualmente, piden a las fuerzas armadas representadas en la guardia nacional, el ejército y la marina que mantengan su misión según la cual son «parte del pueblo con una alta responsabilidad, depositarios de una encomienda trascendente en favor del pueblo mexicano, especialmente en favor de la construcción de la seguridad nacional».
Para la Conferencia del Episcopado mexicano, el cumplimiento de la legalidad y la conservación de la paz social del proceso dependen, en gran parte, de esta institución nacional porque se trata de la última instancia para limitar las acciones de quienes eventualmente no acepten los resultados de las elecciones. Mensaje que los obispos cierran pidiendo la oración de los creyentes para que María de Guadalupe, interceda para que se derrame la gracia de Dios sobre el país en este momento y hasta que finalice el proceso electoral.
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