Este sábado 1 de junio, en la tercera Cuenta Pública de su gestión —informe anual del primer mandatario ante el Congreso sobre lo realizado y los planes con cara al futuro—, el presidente chileno Gabriel Boric anunció “que el gobierno pondrá urgencia al proyecto de ley de eutanasia que está en el Congreso, e ingresará, durante el segundo semestre de este año, un proyecto de ley sobre aborto legal”.
En este contexto y sobre eutanasia y aborto, el domingo 2 de junio, el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile emitió la declaración “Promover y defender la vida para un futuro compartido como país”.
Sobre el aborto
“Lamentamos profundamente estas iniciativas, que atentan contra el valor sagrado e inviolable de la vida humana. Cuando el país y la misma autoridad están empeñados y haciendo grandes esfuerzos por crear un ambiente de mayor seguridad y de un mejor cuidado de la vida de todos, estas propuestas resultan contradictorias con ese afán”, llevan a la memoria pública los obispos chilenos.
Además, toman del documento Dignitas infinita “que el aborto procurado es la eliminación deliberada y directa de un ser humano en la fase inicial de su existencia, que va desde la concepción al nacimiento”.
Y refuerzan al decir “con claridad que no hay supuestos derechos sexuales y reproductivos de unos, a costa de atentar contra la vida de otros. Como dijimos con ocasión del Proyecto de la Convención Constitucional, no puede sostenerse un derecho a decidir en forma libre y autónoma sobre el propio cuerpo, olvidando y silenciando que en la mujer embarazada hay un segundo cuerpo, otro ser humano único e irrepetible, cuya existencia debe ser resguardada precisamente por su condición de ser humano”.
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Sobre la eutanasia
Nuevamente el Dignitas infinita es apoyo para las expresiones del episcopado de Chile: “Debemos acompañar a la muerte, pero no provocar la muerte (…). La vida es un derecho, no la muerte, que debe ser acogida, no suministrada”. “La vida humana, incluso en su condición dolorosa, es portadora de una dignidad que debe respetarse siempre, por lo que no se puede bajo ninguna circunstancia eliminar la propia vida o la de los demás bajo el peso del sufrimiento”, reflexionaron.
Poniendo el acento en la necesidad de “recuperar el respeto de la vida humana en toda circunstancia” concluyeron que “la defensa de la vida por nacer está íntimamente ligada a la defensa de cualquier derecho humano y supone la convicción de que un ser humano es siempre sagrado e inviolable”. En palabras del Papa Francisco en Evangelii gaudium: “Si esta convicción cae, no quedan fundamentos sólidos y permanentes para defender los derechos humanos, que siempre estarían sometidos a conveniencias circunstanciales de los poderosos de turno”.
Firmaron esta declaración los miembros del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile: +René Rebolledo Salinas, Arzobispo de La Serena, Presidente; +Ignacio Ducasse Medina, Arzobispo de Antofagasta, Vicepresidente; +Fernando Chomali Garib, Arzobispo de Santiago; +Juan Ignacio González Errázuriz, Obispo de San Bernardo; +Sergio Pérez de Arce Arriagada, ss.cc., Arzobispo electo de Concepción, Secretario General.
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