La Conferencia Episcopal Puertorriqueña ha emitido un mensaje de Adviento y Navidad, invitando al pueblo que peregrina en Puerto Rico a vivir este tiempo litúrgico como una oportunidad para renovar la esperanza en medio de las adversidades.
Inspirado en las palabras de San Pablo: “Que el Dios de la esperanza los llenos de toda alegría y paz en la fe” (Romanos 15,13), el documento recuerda que la virtud de la esperanza radica en confiar en que Dios tiene la última palabra sobre la historia.
Los obispos reconocen los desafíos que enfrenta el país, como el aumento de la violencia, la pobreza, las deficiencias en salud y educación, el abandono de los adultos mayores, la corrupción, el narcotráfico, y las secuelas de la pandemia y el dengue. Asimismo, destaca la preocupación global por los conflictos bélicos, la crisis climática y las migraciones, donde los puertorriqueños también se cuentan. En este contexto, manifiestan que el amor misericordioso de Dios, que “es eterno” (Salmo 136), sostiene a los fieles con una “esperanza que no defrauda” (Romanos 5,5).
La esperanza, una luz en medio de las dificultades
Citando al Papa Benedicto XVI expresan: “En la esperanza fuimos salvados” (Romanos 8,24), afirmando que “la esperanza, unida a la fe, nos da la certeza de que no vivimos abandonados a nuestra suerte, sino que la redención en Cristo nos salva y nos transmite una esperanza capaz de transformar nuestras vidas”.
Inspirados por el próximo año jubilar en 2025, convocados por el Papa Francisco, los prelados exhortan que este tiempo sea de restauración para el alma colectiva de la nación: “Pedimos a Dios que ese don se derrame abundantemente sobre nuestro pueblo y que sea tiempo de restauración de nuestra alma colectiva”.
El mensaje pone hincapié en la necesidad de construir el bien común tras las recientes elecciones democráticas: “Urgimos a las autoridades a completar cuanto antes los procesos que conduzcan a dar certeza y confiabilidad al pueblo sobre los resultados de las elecciones, y a corregir cuanto antes los notables defectos que han tenido los procesos de inscripción de votantes y del conteo de votos. Es parte de la afirmación de esperanza que necesitamos los puertorriqueños de cara al futuro”.
Instan a al pueblo a contribuir a la reconstrucción del tejido social con solidaridad y altos valores de convivencia: “Por parte del pueblo, nos toca ahora afianzar el empeño por construir entre todos y todas el bien común, aportando lo mejor de cada persona y partido o movimiento político para reconstruir el tejido social y afianzar los valores más altos de convivencia y solidaridad. Es nuestra contribución a la esperanza que se forja al interior de nuestro proceso nacional”.
Un Adviento y Navidad para encender el corazón boricua
Los obispos invitan a vivir este Adviento y Navidad como un tiempo de reflexión y fortalecimiento de la esperanza, recordando que “Cristo es nuestra esperanza” (1 Timoteo 1,1). Exhortan a las familias y comunidades a caminar bajo la luz de Cristo, quien, incluso en medio de la oscuridad, concede “una alegría que nadie nos pueda quitar” (Juan 16,22).
El mensaje, firmado por los obispos puertorriqueños en Aibonito el 4 de diciembre de 2024, concluye con el deseo de un futuro esperanzador y pleno de gracia.
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