Con motivo de la cuarta edición del Concierto Navideño Latinoamericano y Caribeño: “Jesús entra a tu casa”, ADN Celam conversó con el reconocido músico católico Juan Morales Montero, conocido también como “Nuevotrigo”.
El concierto navideño se llevará a cabo el lunes 23 de diciembre de 2024, a las 7:00 p.m. (hora de Colombia), promete ser un viaje musical único a través de las ricas tradiciones navideñas de nuestra región.
Juan Morales Montero, con casi tres décadas dedicadas a la evangelización a través de la música, comparte su historia, su inspiración y cómo su fe y talento lo han llevado a componer más de 700 canciones y publicar 48 producciones musicales. Desde su Ecuador natal, su mensaje de esperanza y alegría ha trascendido fronteras, convirtiéndolo en un embajador de la música católica y de los valores evangélicos.
Conociendo a Nuevotrigo
Pregunta: ¿Cómo comenzó su camino en la música católica?
Respuesta: Mi nombre es Juan Morales Montero, conocido también como Nuevotrigo. Me dedico exclusivamente a la música católica desde el año 2001 en que renuncié a todo trabajo de sueldo fijo para consagrarme a tiempo completo a la misión de evangelizar por medio de la música. Soy Magister en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, en la que también estudié dos años de Teología.
Lo que marcó mi inicio en el camino de la música católica fue un festival vocacional en el que quedé en primer lugar. A partir de entonces me dediqué a componer y componer canciones, con la sorpresa de que cada canción publicada le gustaba mucho a la gente, lo cual me daba luces para saber que iba por buen camino. Fue algo fortuito, como suele ser, casi siempre, el llamado de Dios en todas las vocaciones.
Mensaje Evangélico cien por ciento
P.: ¿cómo describiría su estilo musical y el mensaje que busca transmitir a través de sus canciones?
R.: Por muchas razones de la vida, me eduqué en un internado franciscano durante mi bachillerato e hice con los franciscanos una experiencia vocacional de dos años. Posteriormente, decidí entrar en la Orden Dominicana, donde fui formado por 7 años. Ya cerca de hacer mis votos perpetuos, decidí retirarme de la Orden y dedicarme a mi sueño musical. Digo esto, porque la altísima valoración que ha hecho la Iglesia sobre mi producción musical, ha sido hecha especialmente sobre contenido de mis canciones.
La razón del contenido cristológico, teológico, misionero, arraigado profundamente en el Evangelio está precisamente en mis, por lo menos, 12 años de formación dentro de la Iglesia.
Mis géneros musicales se pueden contener en la palabra “variedad”, pues son muchísimos (balada, litúrgico, rock, pop, latinoamericano, folklórico, texmex, cumbia, tropical, mexicano, reguetón, regae, etc., etc.) Resumiendo: género variado y mensaje evangélico cien por ciento.
El anhelo de un mundo mejor
P.: ¿Qué lo inspira como artista católico y cómo ha sido su experiencia llevando la música desde Ecuador al mundo?
R.: No es fácil, pero es posible, sostenerse en esta vocación superando las adversidades. Lo que siempre me inspira es el deseo de sentir esa alegría incomparable que produce servir a los demás mediante el anuncio cantado del evangelio.
Como todo artista, soy un ingenuo creyente en la posibilidad de un mundo mejor, soy un utópico incorregible, pero apasionado y de entrega total. No sé cuánto he logrado hasta hoy en la construcción de este sueño, pero miles de testimonios de infinitos lugares del planeta me dieron la certeza de saber que todo trabajo, toda entrega, son una siembra que siempre producirá buenos frutos.
Mi anhelo de un mundo mejor me lanza a la aventura, y en ello llevo ya casi 30 años de camino y 48 Producciones musicales publicadas. Algo así como 700 canciones.
Navidad es esperanza
P.: ¿Qué representa la Navidad para usted como músico y como persona de fe?
R.: Siempre he creído que la Navidad es el tiempo de la contradicción más implacable: el dolor y el sufrimiento del mundo que aflora por todas partes, y la alegría en torno al nacimiento del Niño Dios, como un signo de esperanza.
Como músico me he sentido entre la espada y la pared: por un lado, me nace cantar la falta de solidaridad, la injusticia humana con el hermano, las desigualdades, la mercantilización de una fiesta espiritual, la falta de espiritualidad; y, por otro, me nace cantar la belleza de esta época de luz y de esperanza.
Aunque la Navidad es para mí el sustento de mi esperanza y de mi fe, no puedo cerrar los ojos ante una realidad que me circunda y en la que encuentro la miseria humana expresada al más alto nivel: egoísmo y superficialidad.
Nace en mí Belén
P.: ¿Cómo se siente representando a Ecuador en este evento?
R.: “Jesús entra a tu casa” tiene un parecido con el nombre de mi CD de Navidad Nace en mí Belén. Mi deseo en esta Navidad es que el pesebre o, como comúnmente se dice por acá, “el Belén”, sea nuestro propio corazón.
En tal medida, felicito al Celam por este evento navideño que nos convoca a algunos cantantes católicos. Me siento agradecido por la invitación y, aunque nunca me he sentido representando a mi país con lo que hago, quiero, sin embargo, con la mayor de todas las alegrías, compartir con el mundo lo que hago desde este pequeño país andino. Espero poder expresar de buena manera el sentir de mis paisanos en torno a la Navidad, para que el mundo lo conozca.
P.: ¿Qué pueden esperar los asistentes de su presentación en esta edición del Concierto Navideño?
R.: Quienes asistan a este concierto navideño y puedan escucharme pueden estar seguros de que mi canción se ajusta a lo que he hablado en las líneas anteriores: mensaje evangélico y una canción con sabor a esta tierra andina. Por las limitaciones en torno a los cortes de energía sufridos den mi país, algunos de hasta 14 horas diarias, pienso que no ha sido fácil hacer el trabajo que he hecho. Sin embargo, he puesto en él todo el amor y la fe para invitar a quienes me escuchen a encontrar y vivir el verdadero sentido de la Navidad.
Un anunciador de Cristo
P.: ¿Qué mensaje le gustaría compartir con quienes descubren su música por primera vez?
No soy de los cantantes que han logrado un importante reconocimiento, porque no he trabajado tanto en la promoción artística de mi nombre o de mi imagen, pero les aseguro que es verdad lo que una vez me dijeron en una gira realizada en Nicaragua: “Tu música no le pide favor a la de los artistas famosos, porque es maravillosa y de contenido profundo. Pero, lo más admirable aún es tu sencillez y tu humildad con la que te manejas”. Y claro, ¿cómo no? Yo soy un anunciador de Cristo, no de mí mismo.
Seguro lo podrán advertir en cada nueva canción mía que puedan escuchar, incluso más allá del Concierto navideño, en mi canal de YouTube Juan Morales Montero.
¿Cómo puede la música ayudar a las comunidades a vivir el espíritu de la sinodalidad?
La música nos une, nos hermana, nos alegra en comunidad. La música es universal, por lo tanto, derriba todas las fronteras. Para ella no hay clases sociales ni nada de distingos. Ella nos lleva a comprender que todos somos hijos de Dios, hermanos y peregrinos que, caminando, construyen una Iglesia de hermanos, sin castas, sin caciques, sin privilegiados ni excluidos. La música nos lleva a alabar juntos a Dios en igualdad de condiciones, en Sinodalidad. Si no es así, no estamos cantando en función del mensaje evangélico ni eclesial.
“Mi propuesta es dar un giro a la vocación”
P.: ¿Qué mensaje le daría a otros músicos católicos para que se unan al llamado sinodal de caminar juntos como Iglesia?
R.: Yo creo que es posible aunar esfuerzos. Con casi 30 años de camino, soy testigo de los males del mundo de la música secular (egoísmo, individualismo, competencia desleal, falta de solidaridad, vanidad, mezquindad) reproducidos en el mundo de la música eclesial.
Personalmente, creo que eso se debe a una comprensión paupérrima por parte de la Iglesia Católica, la Iglesia más institucional, de lo que se puede hacer con la música como medio de evangelización.
Hay pocos espacios de promoción y muchos músicos pugnando por estar dentro de ellos. Yo aprendí que más allá de eventos y escenarios, el mundo de la misión es tan amplio que se cumplen de forma literal las palabras de Jesús escritas en el Evangelio: “La mies es mucha y los obreros son pocos”.
En los escenarios casi siempre hay pugna y pelea, sed de protagonismo, mientras que los territorios de misión están abandonados. Mi propuesta es dar un giro a la vocación de cantantes católicos evangelizadores: buscar menos escenarios en donde aflora la competencia y el egoísmo e ir más, juntos, a la misión. Será diferente.
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