Los Obispos panameños han culminado la edición 218 de su Asamblea anual ordinaria. Han puesto sobre la mesa tres preocupaciones: aumento de la migración, el extractivismo y el aumento de la violencia por el crimen organizado.
A su vez han agradecido a todos aquellos que participaron en el proceso de escucha, “los que han brindado sus reflexiones y recomendaciones que han sido parte importante en el aporte de la Iglesia panameña al Sínodo de la Sinodalidad convocado por el Papa Francisco”.
Así reafirman su compromiso de seguir “caminando en el proceso sinodal, que nos ha hecho madurar en la fe, a desarrollar una escucha atenta, a abrirnos a otras visiones, a caminar juntos y a ser dóciles a las novedades del Espíritu Santo para acompañar al pueblo panameño en los desafíos económicos, políticos, sociales y ambientales, agudizados por la pandemia”.
600% el aumento de la migración
En cuanto al problema de la migración, han mencionado que de 5.000 migrantes en 2022, en lo que va de 2023 la cifra se ha elevado a 30 mil, de los cuales el 20% son niños. Este aumento representa un 600% de aumento.
Advierten que los migrantes cruzan el peligroso tapón de Darién – frontera entre Colombia y Panamá – en precarias condiciones por lo que se exponen a ser víctimas de la explotación y la trata de personas.
Los prelados señalan que ha surgido una nueva realidad con la restricción impuesta por EEUU al no permitir el ingreso de venezolanos y haitianos, hecho que impulsa a muchos “a quedarse en nuestro país”.
Por tanto, “queremos reiterar que estamos llamados todos, especialmente los cristianos a acoger, proteger, asistir e integrar a los migrantes y refugiados, quienes nos necesitan en estas circunstancias tan difíciles de sus vidas”.
El llamado es a las autoridades para “continuar el trabajo de asistencia a los migrantes conforme al respeto de los derechos humanos, y desarrollar las formas legales para la integración de los migrantes a la vida nacional”.
Peligros de la minería
Sobre el extractivismo han mencionado que “nos preocupa el futuro de las comunidades y pueblos donde se desarrolla la extracción minera, cuyos efectos son nocivos para la vida humana y la ecología”.
Activaron una alerta para que “toda gestión o convenio con las empresas mineras deba tener como base el respeto al ordenamiento legal en esta materia, a la justicia social, la protección al medio ambiente y la consulta ciudadana de todos los sectores involucrados”.
Sobre todo garantizar “un desarrollo sostenible, que no ponga en peligro ni a las personas, ni nuestros recursos naturales. No hay dinero en el mundo que pueda compensar el daño que la extracción minera puede causar a corto, mediano y largo plazo”.
Aumento de la violencia
La delincuencia y el crimen organizado azotan a los panameños, cada vez más asesinatos desgarradores y el empoderamiento del bandas criminales “tienen en permanente tensión a comunidades enteras y la sociedad panameña está alarmada”.
Sin embargo, los obispos panameños señalan que “no podemos paralizarnos por el miedo, sino unirnos como sociedad para combatir las raíces de esta problemática como son la pobreza, la corrupción, la desintegración familiar y la falta de oportunidades para una vida digna”.
En especial, cuando soplan vientos pre-electorales “necesitamos hacer un alto para reflexionar y reconocer las causas profundas de nuestros males sociales, sin dejar de mirar las grandes potencialidades que tenemos para progresar unidos”.
Por ello, “es impostergable enfocarnos en un proyecto de desarrollo humano integral, entendiendo que la mejor política no se limita al esfuerzo sólo de los partidos políticos de cara a unas elecciones, ni a la gestión del gobierno de turno, sino al esfuerzo de todos, comprometiéndonos y asumiendo la responsabilidad personal y comunitaria a través de la participación consciente, crítica, activa e incluyente”.
Piden a los candidatos “propuestas concretas y viables, con la capacidad de consolidar las bases de la democracia participativa” y toda vez invitan a toda la sociedad “a excluir todo lenguaje de odio, discriminación, estigmatización o violencia, ya que es contrario al fortalecimiento de la democracia”.
Realidad eclesial
En cuanto a la realidad eclesial, los prelados han expresado su preocupación por la falta de vocaciones sacerdotales, por ello, “en esta tarea, tenemos que empeñarnos todos para que más jóvenes opten por la vida sacerdotal, porque sin sacerdotes no hay Eucaristía y sin Eucaristía no hay Iglesia. Sigamos juntos orando y promoviendo las vocaciones sacerdotales”.
También anunciaron que realizarán una misa el próximo domingo, 5 de marzo, que presidirá el cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga, arzobispo emérito de Tegucigalpa, por los 40 años de la visita de san Juan Pablo II a este país.
Además están en los preparativos de los 100 años de la creación de provincia eclesiástica de Panamá en el 2025, “acontecimiento histórico que ha marcado el caminar de nuestra Iglesia en Panamá. Elaboraremos un itinerario de eventos para esta celebración que daremos a conocer oportunamente”.
“Vivamos con esperanza renovada y confianza plena en Jesucristo, siendo la sal y la luz que necesita nuestra nación”, finalizaron.
Le puede interesar: Este es el ABC de la ‘Fase continental’ del Sínodo de la Sinodalidad
Recibe gratis por WhatsApp y Telegram las noticias de la Iglesia latinoamericana y caribeña https://bit.ly/3HcXLDU
Sigue toda la información sobre la «Fase continental» del Sínodo aquí https://bit.ly/3RguCLO
Descarga el Documento de reflexiones de la Asamblea Eclesial https://bit.ly/3QXoffM
Post a comment