El Papa Francisco, en el texto del Ángelus que ha sido enviado desde el hospital, dirigió un especial llamado a la paz, recordando los conflictos que continúan afectando a distintas regiones del mundo, como Ucrania, Palestina, Israel, Líbano, Myanmar, Sudán y Kivu. “Desde aquí la guerra parece aún más absurda”, lamentó, exhortando a seguir rezando por la paz.
El Santo Padre hizo una reflexión sobre el Evangelio de Lucas (6,39-45), enseñando sobre la mirada fraterna y las palabras honestas en la vida cotidiana.
El Pontífice habló sobre la necesidad de entrenar los ojos para observar el mundo con caridad y sin condena: “Saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en el ojo de tu hermano”, recordó, invitando a los fieles a examinarse antes de juzgar a los demás.
“Siento en el corazón la ‘bendición‘ que se esconde dentro de la fragilidad”
Asimismo, reflexionó sobre las palabras, comparándolas con los frutos de un árbol. “Cada árbol se conoce por su fruto”, expresó, alertando sobre los malos frutos, como las palabras violentas o falsas, y señalando el valor de las palabras justas y honestas que aporten sabor a los diálogos: “¿Mis palabras tienen un buen gusto, o están empapadas de amargura y de vanidad?”, dijo a manera de autoevaluación.
“Hermanas y hermanos, os mando estos pensamientos todavía desde el hospital, donde como sabéis estoy desde hace varios días, acompañado por médicos y trabajadores sanitarios, a quienes doy las gracias por la atención con la que me cuidan”, expresó el Pontífice.
A pesar de su situación de salud, el Papa Francisco manifestó su sentir junto a los que sufren: “Siento en el corazón la ‘bendición’ que se esconde dentro de la fragilidad, porque precisamente en estos momentos aprendemos aún más a confiar en el Señor; al mismo tiempo, doy gracias a Dios porque me da la oportunidad de compartir en el cuerpo y en el espíritu la condición de tantos enfermos y personas que sufren”.
Me siento llevado y sostenido por todo el Pueblo de Dios
“Quisiera daros las gracias por las oraciones, que se elevan al Señor desde el corazón de muchos fieles de muchas partes del mundo: siento todo vuestro afecto y vuestra cercanía y, en este momento particular, me siento como ‘llevado’ y sostenido por todo el Pueblo de Dios. ¡Gracias a todos!”, agradeció el Santo Padre las oraciones de todo el mundo.
“Yo también rezo por vosotros”, manifestó su cercanía, y reiteró los rezos por la paz. Confiando en la intercesión de la Virgen María, el Papa Francisco concluyó su mensaje enviando su bendición y deseos de un feliz domingo a los fieles.
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