El fallecimiento del Papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano y argentino, deja un profundo vacío en el corazón de la Iglesia universal. En una emotiva entrevista concedida a ADN Celam, monseñor Raúl Pizarro, secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina, expresó el sentir del episcopado argentino ante la pérdida de quien no solo fue un Papa, sino también un hermano y un referente.
“Francisco puso la misericordia en el centro”, afirmó el también obispo auxiliar de San Isidro. “Un Dios que abraza, que da lugar a todos (…) que nadie quede afuera de la casa del Señor”. Así lo vivió el Papa argentino desde sus raíces en las periferias del mundo, llevando el rostro latinoamericano a Roma, y haciendo visible el compromiso de la Iglesia con los pobres, los débiles y el cuidado de la creación.
Un pontificado que alentó la esperanza
Monseñor Pizarro confesó que, para muchos sacerdotes argentinos, el ascenso de Jorge Mario Bergoglio al pontificado significó una validación de prácticas pastorales ya vividas en el territorio. “Nos sentimos habilitados, confirmados, relanzados”, expresó. “Con su mirada de párroco y su cercanía con el pueblo, nos devolvió la alegría del ministerio”.
La propuesta de una Iglesia “en salida”, misionera, comprometida con la gente y atenta a las periferias existenciales, no solo se convirtió en un faro para el clero, sino también para el pueblo creyente. “Creo que nos fue como dando esperanza y alegría también del ministerio y de la entrega pastoral de cada uno de nosotros. Eso nos hizo mucho bien y hasta el día de hoy nos ha atrapado enormemente”.
- Fotos: La Nación
Una Iglesia para todos: misión, laicado y fraternidad
El legado de Francisco es amplio y desafiante. Según monseñor Pizarro, “nos deja caminos abiertos, procesos que debemos continuar”. Entre ellos, menciona la promoción del laicado, el papel de la mujer en la Iglesia y el impulso de una pastoral del anuncio: un kerigma alegre, compasivo, cercano.
El impacto de sus encíclicas Laudato Si’ y Fratelli Tutti se percibe como un llamado permanente al cuidado del planeta, la paz, el diálogo interreligioso y la construcción de fraternidad. “Las preocupaciones expresadas en estos documentos, fueron temas que el Papa fue marcando y dejando huella, sobre todo también aquí en la Argentina”.
- Fotos: La Nación
El dolor de un pueblo y la gratitud de una Iglesia
Aunque el Papa Francisco nunca realizó una visita pastoral a su Argentina natal, el cariño hacia su pueblo fue siempre evidente. “Ha sido un párroco, un sacerdote cercano (…) amó profundamente a los pobres, a los débiles, a los no creyentes”, remarcó Pizarro. En su modo de ser, el Papa supo hablar más allá de los templos, “con un mensaje compasivo, transparente, luminoso”.
Hoy la Iglesia argentina transita el dolor por su partida, pero también se siente animada a continuar con esperanza. “Como él mismo decía, no nos quedemos en el pasado. Sigamos los caminos que abrió”, exhortó el obispo.
Pascua de Francisco: un legado que sigue caminando
Monseñor Pizarro concluyó con una reflexión profunda: “Francisco hizo su propia Pascua. Y en este tiempo pascual, su vida y su obra nos invitan a mirar hacia adelante, a seguir construyendo una Iglesia más humana y misericordiosa”.
El pueblo argentino despide con dolor a su Papa, pero lo honra con gratitud. Su voz, su sencillez y su entrega permanecerán como faro en el corazón de la Iglesia del sur, y del mundo entero.
Le puede interesar: El legado teológico de Francisco: Iglesia pueblo de Dios y sinodalidad
Suscríbete gratis por a nuestro canal de Whatsapp https://bit.ly/4hbWWN0
Participa en los cursos y diplomados del Centro de Formación Cebitepal https://bit.ly/cebitepal_24
Escucha el Himno del Jubileo en su versión latinoamericana y caribeña https://bit.ly/41l312P
Post a comment