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Desde las Antillas hasta el Vaticano: El testimonio de Lisa Bahan en la peregrinación jubilar - ADN Celam

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Desde las Antillas hasta el Vaticano: El testimonio de Lisa Bahan en la peregrinación jubilar

“Una fresca mañana nublada en Roma marcó el inicio de una experiencia inolvidable para millas de peregrinos que, abrigados contra el frío, se congregaron en Piazza Pia para participar en la peregrinación jubilar hacia la Basílica de San Pedro”, así relata Lisa Bahan, gerente de la estación de televisión Trinity TV de la Arquidiócesis de Puerto España, en Trinidad y Tobago, quien narró con emotividad su vivencia en este especial recorrido de fe.

Era una multitud variada, hablaban diferentes idiomas y algunos deambulaban sin rumbo, buscando a sus grupos. Los voluntarios estaban al tanto, aunque un poco abrumados”, recordó Bahan sobre el ambiente inicial de la peregrinación. En medio de esta diversidad cultural, los peregrinos fueron organizándose, algunos simplemente escuchando las indicaciones: “¡Italiano, francés, inglés!”. Finalmente, el grupo de habla inglesa —compuesto por surcoreanos, nigerianos, indios, polacos, británicos y trinitenses— se unió bajo una bandera del Reino Unido.

Guiados por un folleto de oración proporcionado por el Padre George , un sacerdote nigeriano, los peregrinos comenzaron su camino, cargando una cruz y liderados por hermanas surcoreanas. Rezaron los Misterios Gozosos del Rosario, entonaron las Letanías de los Santos y cantaron himnos que solo las hermanas coreanas conocían. “Esto se ha dispuesto en nombre de Cristo. El camino que conduce al Padre, la verdad que nos hace libres. La vida, que renueva el mundo”, proclamaron mientras avanzaban entre la colonia de pilares y atravesaban los controles de seguridad hacia la Basílica de San Pedro.

Un momento de encuentro espiritual

A medida que el grupo se acercaba a las escaleras de la Basílica, la emoción y anticipación se hicieron palpables. Incluso el Padre George, quien buscaba tomar una foto, quedó envuelto en el momento. Sin embargo, todos optaron por dejar sus cámaras a un lado para vivir plenamente la experiencia: tocar la Puerta Santa, en un gesto de devoción.

Fue una bendición, un encuentro pacífico que llevamos con nosotros en silencio mientras caminábamos por la Basílica para la bendición final”, compartió Lisa Bahan. El recorrido culminó con una liturgia en la que se renovaron las promesas de fe.

La peregrinación jubilar fue un momento para vivir la fe y un espacio de unidad entre personas de diferentes culturas y realidades.

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