La partida del Papa Francisco ha marcado el corazón de muchas personas, y en especial de quienes lo conocieron de cerca, es el caso de monseñor Roberto González, arzobispo de San Juan de Puerto Rico. En entrevista con el semanario católico El Visitante, compartió sus impresiones tras participar en las honras fúnebres del pontífice y recordó momentos importantes que marcaron su vida junto él.
“Los sentimientos que experimento son encontrados: tristeza y esperanza”, expresó monseñor González. “Tristeza por la pérdida de un Papa que acompañó con ternura a un mundo herido, y esperanza por el legado de misericordia que deja a la Iglesia”.
Para el arzobispo puertorriqueño, Francisco fue el Papa del cambio de época, un líder que no solo mantuvo la doctrina, sino que la encarnó en gestos concretos de cercanía y compasión. “Fue un papado de sanar heridas”, añadió, evocando entre otras acciones, la forma en que el Pontífice sostuvo al mundo entero durante la pandemia con su oración y su ejemplo.
- Fotos: Internet
Un Papa con rostro humano
Monseñor González conoció a Jorge Mario Bergoglio antes de que se convirtiera en Papa. Fue durante el Sínodo de América celebrado en Roma en 1997. Allí mencionó el prelado, fue donde compartieron varias semanas de trabajo en un grupo reducido de obispos.
“En esa ocasión, pasé una hoja para que todos anotaran su dirección y luego les envié una tarjeta de Navidad. El único que respondió fue Bergoglio, con una tarjeta muy bonita y un mensaje personal”, relató con emoción. “Era un hombre de detalles, de gran sensibilidad, con un genuino sentido del acompañamiento”, expuso.
Además, resaltó que ese espíritu de cercanía se mantuvo durante todo su Pontificado, tocando no solo a los líderes de la Iglesia, sino también al pueblo sencillo. “Fuimos testigos en Roma de multitudes que pasaban ante su cuerpo para despedirse. Él tenía ese carisma único de tocar el corazón humano”.
Un canto que unió corazones
Una de las anécdotas más entrañables que recuerda monseñor González, fue la ocurrida en junio de 2015, durante la visita ad limina de los obispos puertorriqueños al Vaticano. En un gesto espontáneo y emotivo, los presentes entonaron la canción “En mi viejo San Juan”, a la que el Papa se unió sin dudar. “Él conocía la canción, que para nosotros es casi como un himno nacional, y vibró con nuestros sentimientos”, concluyó monseñor González.
Le puede interesar: “La Iglesia Particular Evangeliza y Evangelizadora”, camino formativo hacia la sinodalidad misionera
Suscríbete gratis por a nuestro canal de Whatsapp https://bit.ly/4hbWWN0
Participa en los cursos y diplomados del Centro de Formación Cebitepal https://bit.ly/cebitepal_24
Escucha el Himno del Jubileo en su versión latinoamericana y caribeña https://bit.ly/41l312P
Post a comment