En un mundo de desigualdades, violencia estructural y una crisis socioambiental sin precedentes, surge la necesidad urgente de formar líderes que puedan responder con visión, fe y compromiso a los desafíos del presente. El Diplomado en Doctrina Social de la Iglesia: Justicia y Paz, promovido por el Cebitepal del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), ofrece una propuesta formativa integral para líderes eclesiales y sociales que buscan transformar la realidad desde el Evangelio y la riqueza del pensamiento social latinoamericano.
Desde esta convicción, Humberto Podetti, referente en procesos de integración regional, pensamiento político y articulación entre fe y justicia social, comparte sus reflexiones sobre el alcance de este diplomado. En esta entrevista, invita a pensar críticamente la historia y la historia de los pueblos, a la luz de las enseñanzas del magisterio reciente como Evangelii Gaudium, Laudato Si’, Querida Amazonia, Fratelli Tutti, Laudate Deum y Dilexit nos, así como los aportes de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe.
Podetti destaca la necesidad de fortalecer la unidad del continente, recuperar el papel protagónico del pueblo en la construcción democrática, y renovar el compromiso con una Iglesia sinodal, encarnada y misionera. Esta conversación ofrece una mirada lúcida sobre el diplomado, e interpela a todos los discípulos misioneros a ser artesanos de una nueva humanidad desde el sur global.
La construcción de una nueva sociedad
Pregunta: ¿Cuál considera usted que es el principal aporte de este diplomado para los líderes eclesiales y sociales de América Latina y el Caribe?
Respuesta: Reflexionar sobre la grave situación de la humanidad y la naturaleza y particularmente acerca de cómo iniciar o continuar los procesos de construcción de una nueva sociedad humana que garanticen el acceso de todos los habitantes del continente y del planeta a todos los derechos. El Diplomado se propone pensar nuestras comunidades, nuestras patrias hermanas y el mundo desde la luz de Evangelii Gaudium, Laudato Si’, Querida Amazonia, Fratelli Tutti, Laudate Deum, Dilexit nos y los Desafíos de la Asamblea Eclesial de AL y C.
Formar en la unidad del pueblo latinoamericano y en la necesidad de la integración de América Latina y el Caribe como reclama el Desafío 31 de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, que la Red ha establecido como su desafío principal siguiendo las enseñanzas de Gaudium et Spes, 73; Aparecida, 74-75, 504, 520-528, Fratelli tutti, cap. V.
Formar en conocimientos, habilidades y valores para liderar o participar en la creación de trabajo, acceso a la tierra, al techo, a la educación y a la salud, en el desarrollo de una nueva economía y en la restauración o protección de la naturaleza en cada una de las patrias hermanas de AL y C.
Pensamiento social latinoamericano
P.: Se habla sobre la importancia del pensamiento social latinoamericano. ¿De qué manera este curso fomenta una reflexión política desde la fe?
R.: El pensamiento latinoamericano nació en el encuentro de la teología cristiana con las teologías de nuestras grandes civilizaciones y culturas. Este encuentro hizo posible una nueva cosmovisión y desde entonces asoció para los cristianos la reflexión política y la fe.
Basta recordar que fruto de ese encuentro, y por primera vez en la historia, se proclamó que Dios deposita la autoridad en el pueblo, y el pueblo es quien la delega y quien la retira si el gobernante no cumple con la voluntad del pueblo. Es decir, la primera afirmación de la democracia plena como sistema político por excelencia. Y también que todos somos hermanos e iguales ante Dios, cualquiera fuere el color de nuestra piel, la lengua que hablamos o la cultura a la que pertenecemos.
Los sermones de Antón de Montesinos en 1511 en Santo Domingo, expresaron las primeras ideas sociales y políticas del pensamiento latinoamericano y también de la doctrina social de la Iglesia. Es decir, anticiparon en casi tres siglos a la encíclica Rerum Novarum de León XIII en 1891. Desde aquellos orígenes el pensamiento latinoamericano ha expresado desde la fe un fuerte compromiso social y la proposición de políticas para realizar la justicia social.
La misión de la Iglesia
P.: ¿Qué papel puede jugar la Iglesia en la construcción de una nueva forma de convivencia democrática en nuestra región, especialmente ante las crisis institucionales?
R.: Nuestra misión como Iglesia incluye un claro compromiso con el fortalecimiento y profundización de la democracia, tal como lo expresaron los Desafíos de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe.
Y simultáneamente tiene el deber de contribuir al diálogo y a la comprensión recíproca como elementos substanciales de la política. En consecuencia, el papel de la Iglesia puede contribuir fuertemente a sostener y profundizar la democracia en nuestra Patria Grande. Y proyectarse al mundo en la Asamblea Eclesial -esta vez universal- que convocó Francisco para octubre de 2028.
P.: ¿Qué significa hoy ser discípulos misioneros desde la clave de la sinodalidad y la transformación social?
R.: Ser mensajeros de esperanza y constructores de presente y futuro en un mundo que se desmorona y está próximo a un punto de quiebre, como denunció Francisco en Laudate Deum. No resignarnos ante los dolores y la adversidad, recordando siempre las palabras de Nuestra Señora a Juan Diego “¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?”. Ser capaces todos los días de escuchar juntos lo que Dios quiere decirnos como pueblo, expresando nuestra fe como comunidad creyente que marcha hacia una nueva sociedad humana de justicia y paz.
Un proceso de transformación
P.: ¿Cómo traducir el mensaje del Papa Francisco en acciones en las comunidades, especialmente en contextos de exclusión y violencia?
R.: Francisco nos ha dejado un instrumente valioso para decidir entre todos el futuro que queremos: la iniciación de procesos de transformación de la situación presente, por excluyente y violenta que sea.
Iniciar un proceso de cambio requiere reunirse, dialogar, proponer y decidir qué se va a hacer para comenzar a resolver juntos una necesidad común. Siempre acompañando la acción con la oración. También sumarnos con humildad a procesos ya iniciados. Y construir puentes y enlaces con otros procesos, movimientos y organizaciones populares, siempre con la mirada puesta en lo que nos rodea y nos dio origen, pero procurando que trascienda y haga posible participar en algún momento en las decisiones en los organismos de gobierno de nuestras comunidades, de nuestras provincias o estados, de nuestras patrias hermanas.
Fortalecer nuestra identidad como pueblo latinoamericano
P.: ¿Qué espera usted que los participantes se lleven al finalizar esta formación?
R.: Herramientas valiosas para fortalecer nuestra identidad como pueblo latinoamericano, como compatriotas del continente de la esperanza, como personas y comunidades capaces de construir juntas justicia y paz donde hay injusticia, exclusión, violencia. Entusiasmo, esperanza y decisión de construir como pueblos un multilateralismo desde abajo, como nos pidió Francisco, que sea capaz de promover un nuevo universalismo que preserve la vida sobre la tierra.
P.: ¿Podría invitar a los jóvenes católicos y a los agentes de pastoral a sumarse a esta propuesta?
R.: La invitación ha sido realizada y aceptada: nuestra Iglesia latinoamericana ha desarrollado y sigue desarrollando procesos de profunda transformación, inspirados en el Evangelio y simultáneamente hermanados a los creyentes de todos los credos y a todas las personas de buena voluntad.
Baste recordar el Sínodo de la Amazonia, cuyo documento de trabajo fue preparado por primera vez en la historia por miles de personas, que renovó el diálogo de la teología cristiana con las teologías de pueblos amazónicos, en el que la participación de las mujeres fue decisiva y que culminó con la creación de la Conferencia Eclesial de la Amazonia. O la Asamblea Eclesial de América Latina, la Remam o la Regchag.
Más información del Diplomado en el siguiente enlace: https://celam.haif.app/oferta/curso-cebitepal?YHMbjLRCLsbRn28SoTbQnQ==
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Escucha el Himno del Jubileo en su versión latinoamericana y caribeña https://bit.ly/41l312P
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