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Diplomado en Teología Sistemática I: De-construir para re-construir los cimientos de la vida cristiana

El Centro de Formación Cebitepal ofrece un Diplomado Virtual en Actualización en Teología Sistemática I que se inicia el 1 de julio y finaliza el 26 de julio. Hablar de esta materia no resulta sencillo: su argamasa conceptual requiere un background muy específico. Sin embargo, fray Michael Moore OFM, profesor de este Diplo, nos recibe comprendiendo nuestra intención de hacer fácil lo que podría no serlo. Conversamos con él para ADN Celam y nos allanó el camino para trasladar con clara profundidad esta propuesta formativa a nuestros lectores.

 

Pregunta: De los 4 módulos que proponen para el Diplo, ¿cuál asume usted?

Respuesta: Este Diplomado de Actualización Teológica (que tendrá una segunda parte) aborda cuatro de las disciplinas más importantes dentro de la sistemática (también llamada —aunque de un modo un tanto ambiguo— “dogmática”): Teología fundamental, Antropología teológica, Eclesiología y Misterio de Dios. En esta primera etapa compartiré el primer módulo y, en la segunda, la Cristología.

P: ¿Cómo aborda sus ejes temáticos?

R: La Teología fundamental —como su nombre lo sugiere— se concentra en los fundamentos mismos de toda la teología: la revelación de Dios como propuesta de sentido creíble y la correlativa respuesta de fe del hombre como razonable. Por eso, he subtitulado este módulo: “creer lo creíble” con lo cual estoy insinuando que no estamos obligados a aceptar verdades o conductas que aparezcan como i-rracionales o in-significantes. Claro que ahí se presenta, precisamente, la dificultad de precisar quienes, cómo y desde dónde disciernen lo que puede ser revelado o no, lo que es de contenido y lo que es de forma, lo que es fundamental y lo que es coyuntural, etc.

Lo cierto es que el hombre del siglo XXI —nos guste o no— ya no acepta sin más las propuestas fundamentadas en el solo argumento de autoridad: “esto es así porque lo dijo el papa” o “porque está escrito en la letra de la Biblia”.  Como exhortaba el apóstol Pedro ya a los primeros cristianos, también hoy debemos estar preparados y dispuestos a “dar razón de nuestra esperanza a todo aquel que nos la pida” (1 Pe 3,15). Urge volver a preguntarnos: ¿por qué creo y espero en esto, y por qué no en esto otro?

Así, en este módulo decodificaremos cómo se da la revelación (donación, autocomunicación, encuentro) de Dios y cuáles son sus características principales. En un segundo momento, nos focalizaremos en lo que, para los cristianos, constituye la plenitud de la revelación: esto es el acontecimiento Jesucristo, presentado como “el rostro humano de Dios”. Y, finalmente, reflexionaremos en torno a la fe en cuanto respuesta integral y procesual del hombre que sale al encuentro de Dios… de un Dios que previamente ha salido a su encuentro. Pretendo mostrar la vida de fe como un camino de verdadera y plena humanización: creer nos hace más humanos y, por eso, más “divinos”.

 

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P: Más allá de su propio tema, ¿podría darnos algunas pistas sobre los otros tres módulos y contarnos de qué se trata cada uno de modo general?

R: No conozco los contenidos que cada profesor abordará en su módulo, pero a partir de los títulos propuestos, puedo imaginar algunas líneas.

El segundo módulo, que gira en torno a la Antropología, se centra en la categoría de “entrega”. Desde las primeras páginas de las Sagradas Escrituras, desarrolladas luego durante los veinte siglos de tradición, el ser humano es definido como imagen y semejanza divina. Y si Dios es percibido como aquel que gratuita e incesantemente se entrega en la creación, en la naturaleza, en la historia y, de modo particular, en la vida, muerte y resurrección de su Hijo Jesucristo, el hombre, hecho a su imagen, está vocacionado a “imitar” ese modo de ser que consiste en la donación sin medida.

El tercer módulo trata sobre la Iglesia como “constitutivamente sinodal”. Esta categoría está en las primeras páginas de la agenda católica desde los últimos años, especialmente con la convocatoria del papa Francisco al sínodo sobre la sinodalidad. En la línea abierta por el Concilio Vaticano II, dicho sendero de profundización señalado por el obispo de Roma, se impone como una dirección urgente y que no admite vuelta atrás. Pero, a pesar de esta convicción, y como se está notando por algunas reacciones en ciertos sectores eclesiales, no resultará tan fácil llevar adelante las reformas necesarias para re-pensar, re-sentir y re-vivir una iglesia fundamentada en la igualdad básica de todos los creyentes (pueblo de Dios) a partir de la cual se diversifican los distintos ministerios y carismas.

Y, el último módulo, aborda el Misterio de Dios (que en algunas facultades se conoce como la materia “Trinidad”), desde la perspectiva de la inefabilidad de todo lenguaje que intente de-finir (o sea, “poner límites”) a ese Misterio último de la realidad al que llamamos “Dios”. Personalmente, creo que esta es una dimensión que nunca debe olvidarse cuando nos acercamos a la cuestión última de toda teo-logía. Como la misma etimología sugiere, se trata de buscar un logos —esto es, una racionalidad, una argumentación significativa— sobre Dios. Siendo esta una labor necesaria, no debe perderse nunca de vista que estamos siembre “balbuceando” frente al Misterio. Como recordaba el gran San Agustín “si comprehendisti, non est Deus” [Si lo entiendes, no hay Dios], exhortación que nunca debería olvidar el magisterio jerárquico, el magisterio teológico ni el magisterio del sensus fidelium. Todos: pastores, teólogos, pueblo fiel frente al Misterio que siempre nos excede, nos envuelve, nos sostiene y nos seduce, atrayéndonos, para sentipensarlo cada vez más profundamente.

P: Al finalizar el Diplo, ¿cuál es su expectativa con respecto a lo que le gustaría que sus diplomandos se llevaran muy bien asimilado, comprendido, aprendido?

R: Más allá de los contenidos concretos que pueden ofrecer cada uno de los cuatro módulos, y como consecuencia de lo que afirmaba renglones más arriba, mi deseo primero es que se animen a dejarse cuestionar, a pensar y volver a pensar los fundamentos de su fe, a de-construir para re-construir los cimientos de su vida cristiana. No es una tarea fácil, sobre todo, para los que piensan que ya tienen todo más o menos claro en cuestiones de fe, ya sea porque han leído/estudiado mucho, o porque desempeñan ciertos ministerios dentro de la estructura eclesial.

Esta primera parte del diplomado es una excelente oportunidad para volver a repensar quién y cómo es el Dios en quien yo creo (Misterio de Dios), qué autocomprensión tengo de mi ser y quehacer como imagen de ese Dios (Antropología teológica), qué iglesia quiero conformar y habitar (Eclesiología)… estando siempre mejor preparado par dar razones razonables de todas esas cuestiones (Teología fundamental). Está en juego, ni más ni menos, que mi calidad de vida (cristiana). Conocer más para amar mejor.

“Destaco la importancia, en el horizonte de la Teología fundamental (que es el módulo que presentaré ahora), de aprender a ‘jerarquizar las verdades’, como recuerda el Concilio Vaticano II (cf. UR 11). El cristianismo como religión está conformada por un montón de ritos, mitos, doctrinas, instituciones, etc., donde todo puede ser verdadero pero no todo es igualmente importante. De aquí, puede surgir una pregunta provocadora para cada uno de nosotros: ¿cuáles son los ‘innegociables’ en mi vida de fe?”, cuestionaba fray Michael.

Ejes temáticos

  • Módulo 1- Teología fundamental: creer lo creíble 
  • Módulo 2- Antropología: a imagen del Dios que se entrega 
  • Módulo 3- Eclesiología: Hacia una iglesia constitutivamente sinodal 
  • Módulo 4- Lenguaje de lo inefable: introducción al misterio de Dios 

Formadores 

  • Dr. Michael Moore OFM (Argentina) 
  • Dr. Alejandro Bertolini (Argentina) 
  • Dr. Rafael Luciani (Venezuela) 
  • Dr. Félix Palazzi (Boston College) 

Consultas e Informes: 

Conozcamos a fray Michael Moore

Michael Patrick Moore es religioso franciscano, argentino, licenciado en Filosofía por la Universidad del Salvador (Buenos Aires) y doctor en Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana (Roma). Actualmente es profesor ordinario de la Universidad Católica de Córdoba, e invitado de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas y de la Universidad Católica de Bolivia. Forma parte de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Teología y del grupo de teólogos asesores de la CLAR (ETAP), y dicta cursos en el CEBITEPAL (CELAM). Sus intereses en la investigación y publicación se centran en cuestiones fronterizas de Teología fundamental, Cristología, Ecoteología, Franciscanismo y diálogo con la Literatura.

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