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El encuentro de Asís es algo más que un evento de tres días, mucho más, es un proceso en el que se han envuelto millares de jóvenes en todo el mundo, intentando construir propuestas alternativas que hagan realidad el Buen vivir de las personas.

En Brasil, donde Clara entró a formar parte de esta Economía de Francisco, la Articulación Brasileña de la Economía de Francisco y Clara junto con Iglesias y Minería han elaborado un material que quiere sea conocido por los participantes del encuentro de Asís y a través de ellos poder llegar a todos los rincones del mundo. Su nombre es “La Economía de Francisco y Clara: Denuncia de la violencia financiera y anuncio de economías para el Buen Vivir de las personas”.

Necesidad de lo femenino en la economía

Clara es alguien que ayuda a descubrir que “lo femenino es necesario para cambiar de paradigma en la economía”, para pasar de un sistema “puramente material y productivista”, que produjo “inequidad e infelicidad” a nuevos paradigmas que promuevan colaboración, sustentabilidad, distribución, comercio justo y consumo responsable. Algo urgente ante fenómenos como el cambio climático.

Lo que proponen desde Brasil es “una economía basada en lo femenino, en la acogida, el cuidado y el cariño”, que no use combustibles fósiles, que deben tener como alternativa las energías limpias, renovables y distribuidas, producidas de manera descentralizada, con justicia y equilibrio. Una economía “de lo colectivo, de lo común, de lo que es de todos y que hay que compartir entre todos”.

Fin de las economías extractivas en América Latina

Una propuesta que lleve a poner fin a las economías extractivas en América Latina, vistas en muchos países como motor del desarrollo, que son promovidas por todos los gobiernos, ignorando las leyes y cómo perjudica a la población. Una reflexión inspirada en Laudato Si, que advierte “sobre el capitalismo que depreda al planeta”, que es denominada como “economía que mata”.

La cartilla advierte sobre el Mundo Financiero y los Lucros Sucios, sobre cómo “el mundo corporativo financiero está controlado por grupos muy centralizados”, recordando la crítica al neoliberalismo en Fratelli tutti y cuestionando «¿Quién financia la destrucción de la Madre Tierra y el sufrimiento de tantas comunidades?«. Desde ahí se hace un llamado a desinvertir en Minería como herramienta de coherencia ética, pues con ello se combate “las violaciones a los derechos humanos y de la naturaleza perpetrados por las empresas mineras”. Desde ahí se propone una economía samaritana como alternativa y una opción por la casa común.

10 principios para vivir la Economía de Francisco y Clara

Para ello se proponen 10 principios para vivir la Economía de Francisco y Clara: creer en la Ecología Integral, en el Desarrollo Integral, en las alternativas anticapitalistas, en los bienes comunes, en que todo está conectado, en el poder de las periferias vivas, en la economía al servicio de la vida, en las comunidades como salida, en la Educación Integral y en la solidaridad y el grito de los pueblos.

Para hacer eso realidad proponen las Casas de Francisco y Clara, donde ven “un llamado a una economía de proximidad, cuidado y defensa de los derechos”, que se concretan en “una acogida popular, comunitaria y participativa” en busca de realmar la economía. Espacios en los que se “favorece la mística, el intercambio, el diálogo, la escucha, la planificación y la realización de proyectos”.

10 ejes místicos de las Casas de Francisco y Clara

Casas inspiradas en dos valores: que existen formas alternativas de hacer economía y reconocer la ciudadanía económica de todos los actores sociales, de los territorios. Casas que tienen como base diez ejes místicos: ser lugar de encuentro para los(as) empobrecidos(as); lugar de trabajo y contemplación; lugar de cultivo y preservación de la biodiversidad; lugar de innovación, con energías renovables; lugar para potenciar el desarrollo territorial regional; lugar para experimentar y profundizar el humanismo solidario del papa Francisco; lugar para conocer espiritualidades para la liberación; faro de esperanza para la juventud; lugar para compartir experiencias globales por otro mundo posible; lugar para escuchar los gritos de la tierra y la humanidad.

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Para ello se hace ver la necesidad de que estas casas se conviertan en ambientes de pertenencia, donde se desarrollarán iniciativas muchas de ellas ya conocidas. Casas que buscan sueños comunes con la sociedad, que anuncian la paz y fomentan una nueva mirada hacia la periferia. Casas que como reacción comunitaria, ecológica y humanista son “el soplo de la Ruah divina que inspira las luchas por nuestro ingreso definitivo al siglo XXI”.

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