En una mañana nublada, en Roma, fueron celebrados los funerales del Papa Emérito Benedicto XVI, este 5 de enero, presididos por el papa Francisco. De acuerdo con Vatican News, la eucaristía fue concelebrada por más de 120 cardenales, más de 400 obispos y aproximadamente 4.000 sacerdotes. Se estima que más de 60.000 personas participaron en la multitudinaria ceremonia, incluyendo a los miembros del cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, además de numerosas delegaciones oficiales de varios países.
Herencia teológica
A la hora de hacer balances sobre la prolija herencia de Joseph Ratzinger como intelectual y teólogo, se hace necesario revisitar sus numerosas obras, conferencias y escritos —traducidos a muchos idiomas y varios de ellos considerados best seller—, desde sus tiempos de profesor e investigador universitario, hasta los últimos días de su vida, pasando por sus casi ocho años como pontífice.
Solamente durante su Pontificado —entre 2005 y 2013—, el Magisterio de Benedicto XVI incluye tres encíclicas; cuatro exhortaciones apostólicas; 112 mensajes pontificios; 63 mensajes para jornadas mundiales —de la paz, del enfermo, de las comunicaciones sociales, de la juventud, de las misiones, de las vocaciones, de la alimentación y de las migraciones—; 8 mensajes para Cuaresma; y 15 mensajes Urbi et orbi (‘a la ciudad de Roma y al mundo’) para Pascua y Navidad.
También, durante su pontificado pronunció 349 homilías y nada más ni nada menos que 1.495 discursos, muchos de ellos durante los 53 viajes apostólicos que realizó dentro y fuera de Italia —29 y 24, respectivamente—, cuando visitó 22 países.
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Tras las enseñanzas de Benedicto XVI
Difícil calcular cuántas páginas sumaría el legado teológico y pastoral de Benedicto XVI si se contempla toda su vida y obra, con sus cientos de cartas, libros, artículos, conferencias y escritos académicos, desde sus tiempos de profesor en Alemania —muchos de ellos editados y publicados, posteriormente, en volúmenes que se tornarían en obras de referencia en seminarios y facultades de teología alrededor del mundo—, a lo que se añade su densa producción intelectual y académica durante casi un cuarto de siglo como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, siendo el autor de numerosas cartas, documentos y trabajos doctrinales de amplia repercusión, como el Catecismo de la Iglesia Católica que vio la luz en 1992, luego de seis años de intensos trabajos con un grupo de expertos, amén de cientos de contribuciones para libros, revistas y eventos académicos.
A partir de ahora, cuando los peregrinos visiten las ‘grutas vaticanas’, debajo de la Basílica de San Pedro, podrán observar el lugar donde reposan los restos de Benedicto XVI, que es el mismo que ocupó San Juan Pablo II antes de su beatificación.
Para quienes deseen ir tras el legado del ‘gran teólogo’ alemán, podrán acudir a los libros y escritos que dan cuenta de su aporte como “colaborador de la verdad” —que fue su lema episcopal— y al pensamiento social y doctrinal de la Iglesia. Muchos coinciden en que la mejor forma de conocer a un intelectual de la talla de Benedicto XVI es a través de su Magisterio. Afortunadamente todos los textos que corresponden a su pontificado se encuentran disponibles en el sitio web del Vaticano.
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