En un mensaje de cercanía, gratitud y comunión, el Nuncio Apostólico en Brasil, Mons. Giambattista Diquattro, saludó a los participantes de la 40.ª Asamblea General del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), en el marco de los 70 años de vida del organismo. Su mensaje fue leído por Mons. Gabriel Pesce, Encargado de Negocios de la Nunciatura Apostólica en Brasil, ante las autoridades eclesiales reunidas en Río de Janeiro.
“Les doy una cálida bienvenida desde la Nunciatura Apostólica en Brasil”, expresó Mons. Diquattro, remarcando su deseo de estar presente en persona, “con un corazón lleno de gratitud y profunda comunión”, y enviando un afectuoso abrazo en Cristo a todos los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos participantes.
La autoridad eclesial agradeció especialmente al cardenal Jaime Spengler, presidente del Celam, por la invitación a esta Asamblea, y al cardenal João Orani Tempesta, arzobispo de Río de Janeiro, por acoger el evento “en el espléndido y simbólico marco de esa ciudad”.
Jubileo y camino sinodal
Mons. Diquattro resaltó el momento eclesial que se vive y recordando que “el Espíritu Santo de nuestro Señor Jesucristo llama al pueblo de Dios de América Latina y el Caribe al corazón del Jubileo y del camino sinodal, iniciado con sabiduría profética por el amado Papa Francisco, de venerable memoria, y hoy continuado con ardiente esperanza y celo pastoral por el Santo Padre León XIV”. En ese sentido, renovó el compromiso de fidelidad y afecto filial al actual Pontífice.
“Su asamblea es signo y semilla de un nuevo tiempo de gracia. Renueva el anhelo misionero de la Iglesia en nuestras tierras”, manifestó el Nuncio al conmemorar los 70 años del Celam, y reconociendo al organismo como “fruto maduro de la reflexión eclesial y de la experiencia concreta de fe de nuestros pueblos”.
Asimismo, expresó su deseo de que esta Asamblea sea un espacio de “escucha y discernimiento de la palabra, de fraternidad y alabanza”, capaz de renovar la colegialidad episcopal en servicio del Evangelio y de los sectores más vulnerables de la región, como “las familias, los pobres, los jóvenes, los pueblos indígenas, los migrantes y los excluidos”.
América Latina y el Caribe cada vez más santa, profética y pascual
El mensaje cerró con una exhortación a que la reflexión de estos días, guiada por las luces del Concilio Vaticano II, la encíclica Laudato Si’ y el proceso sinodal, abra “horizontes audaces para una América Latina y el Caribe cada vez más santa, profética y pascual”.
La participación del representante del Papa confirma el vínculo fraterno entre el Celam y la Santa Sede, y alienta a la Iglesia latinoamericana a continuar su caminar sinodal con esperanza, profecía y compromiso.
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