Este domingo 26 de enero, el Papa Francisco celebró en la Basílica de San Pedro la Santa Misa del Domingo de la Palabra de Dios, durante la cual instituyó a 40 nuevos lectores provenientes de diversas regiones del mundo, y también fue motivo para celebrar el cierre del Jubileo del Mundo de las Comunicaciones. “Respondamos con entusiasmo al gozoso anuncio de Cristo. El Señor, en efecto, no nos ha hablado como a oyentes mudos, sino como a testigos, llamándonos a evangelizar en todo tiempo y en todo lugar”, remarcó en su homilía el Pontífice.
En su homilía, el Santo Padre reflexionó sobre el pasaje del Evangelio según San Lucas, donde Jesús proclama: “Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír” (Lc 4,21). Resaltó que la Palabra de Dios está viva y que, en cada celebración litúrgica, somos contemporáneos de Cristo: “Cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura, es Él quien habla”.
El obispo de Roma enseñó cinco acciones del Mesías que Jesús realiza como cumplimiento de la profecía de Isaías: Llevar la buena noticia a los pobres, un llamado a la caridad, a condonar las deudas y al compromiso social; anunciar la liberación a los cautivos, una palabra de misericordia que invita a ser testigos de paz y reconciliación; dar la vista a los ciegos, iluminar el corazón y la mente para reconocer la presencia de Dios y atender a los débiles, dando testimonio de fe y coherencia de vida; liberar a los oprimidos, romper las cadenas de la injusticia y la opresión, manteniendo la perseverancia en la prueba; y proclamar un año de gracia del Señor, vivir el Jubileo “preparándonos con esperanza al encuentro definitivo con el Redentor”.
“El Evangelio no defrauda jamás”
El Papa Francisco recordó que el Evangelio es una palabra viva que nunca defrauda, a pesar de las guerras, injusticias y sufrimientos que persisten en el mundo: “Dios se acerca a nuestra pobreza, nos redime del mal, ilumina nuestros ojos, quiebra el yugo de la opresión y nos hace entrar en el júbilo de un tiempo y de una historia en los que Él se hace presente para caminar con nosotros y conducirnos a la vida eterna”.
“El Evangelio no defrauda jamás”, exclamó el Pontífice y alentó a que este domingo, dedicado de manera especial a la Palabra de Dios, se agradezca al Padre “por habernos dado su Verbo, hecho hombre para la salvación del mundo”. También destacó la misión de evangelizar en todo momento, agradeciendo a los 40 nuevos lectores instituidos durante la celebración, provenientes de diversos países.
“El Señor, en efecto, no nos ha hablado como a oyentes mudos, sino como a testigos, llamándonos a evangelizar en todo tiempo y en todo lugar”, afirmó. El Santo Padre concluyó con un llamado a transformar el mundo conforme a la voluntad de Dios: “Comprometámonos todos a llevar la buena noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos, a dar la vista a los ciegos y a proclamar un año de gracia del Señor”.
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