El primer Papa latinoamericano y jesuita cumple 10 años de pontificado, un tiempo en el que «estamos identificando en este pontificado de Francisco un gran proyecto que se traduce por la elección de su propio nombre, la elección del nombre Francisco, un proyecto de Iglesia, pero también un gran proyecto pastoral y un proyecto social que se está traduciendo en grandes documentos, pero también en la práctica, en la vida, en el testimonio del Papa Francisco», según el padre Elio Gasda.
Un cambio de estilo de vida
El jesuita brasileño afirma que «los grandes documentos nos están dejando grandes paradigmas, de cambio de civilización, de cambio de un nuevo estilo de vida, la ecología integral en Laudato Si’, el cuidado de la casa común, ahí tenemos Fratelli tutti, que es este gran proyecto de humanización, de humanidad, todos somos hermanos, generando una nueva cultura, la cultura del encuentro, en todos los ámbitos, en todos los sectores, con todas las personas, dentro de la Iglesia, fuera de la Iglesia, en todos los niveles, donde es posible encontrarse para hablar».
«En el campo del testimonio, en estos diez años de pontificado, Francisco nos ha dado gestos muy concretos, una vivencia muy fiel y coherente del Evangelio de Jesús de Nazaret, en el encuentro con los últimos, con los migrantes, con los trabajadores, con los refugiados, con un acento muy especial en la promoción de la mujer, rescatando toda la dignidad y el protagonismo de la mujer en la Iglesia y en la sociedad», insiste el profesor de la Facultad Jesuita de Belo Horizonte (FAJE).
Una Iglesia magullada pero comprometida con el mundo
Como se reflexionó en el Seminario Fratelli tutti, celebrado recientemente en la sede del Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (Celam), en el que participó el doctor en Moral Social, y en el que se destacaron elementos fundamentales en el pontificado de Francisco, como la economía, el trabajo, la ecología y la educación, la presencia de la Iglesia en estos ámbitos es otra expresión de la Iglesia en salida que quiere Francisco, «una Iglesia que no puede permanecer inmóvil dentro de los templos, de las sacristías. Ya lo dijo al principio de su pontificado, prefiere una Iglesia magullada, en el barro, herida, pero una Iglesia comprometida con el mundo».
El padre Gasda destaca que «el Papa Francisco, trata de llevar en su persona la concreción del Concilio Vaticano II, especialmente de la Gaudium et Spes, donde las alegrías, las tristezas, las esperanzas de la gente, especialmente de los más pobres, son las angustias, las tristezas, las alegrías de la Iglesia y de todo cristiano». Ve ahí «el gran foco de este Magisterio, que es el foco en la humanidad, porque para eso existe la Iglesia, la Iglesia es servidora de la humanidad, la Iglesia no existe para sí misma, existe para la humanidad, para seguir el ejemplo de Jesús, para ponerse en medio de la humanidad como la que sirve, como la que lava los pies de la humanidad, para que se salve de los sistemas de violencia, de los sistemas de muerte».
«Este movimiento, que es profundamente evangélico, que brota de su profunda espiritualidad, que tanto aprendió de los jesuitas, de San Ignacio de Loyola, para identificar una realidad a la luz del discernimiento cristiano, en realidad, esas situaciones de más violencia, de más agresión a la dignidad humana, a los derechos humanos», subraya Elio Gasda. Insiste en que «por eso el foco está puesto principalmente en la economía, porque es en la economía donde más se violan los derechos humanos, donde más se violan las personas, donde más se agrede a la naturaleza«. Por ello, afirma que, ante este sistema de destrucción, «los pueblos ya no aguantan más, los pueblos indígenas, las comunidades, ya nadie aguanta más este sistema, es necesario escuchar el grito de los pobres, el grito de la Tierra, que es un solo grito, es Dios quien grita en estas realidades».
La política en el corazón de Fratelli tutti
Junto a la economía, el padre Gasda destaca el tema de la política, que trae Fratelli tutti, una encíclica que considera mucho más política que Laudato Si’, considerando que «el corazón de Fratelli tutti es la política, el capítulo V«, afirmando que «toda restauración, el rescate de esta dimensión fundamental de la humanidad, de la persona, que es la política, que el camino principal logra generar la nueva civilización». Según el jesuita, «vivimos en un sistema en el que la política está sofocada, está presionada, está silenciada por la economía, necesitamos ‘liberar’ la política de este modelo de economía que excluye el sistema político, si no excluye, secuestra, controla el Estado, controla las instituciones en favor de los intereses del mercado».
Un tercer gran elemento del Papa Francisco, que Gasda considera la base de esta civilización, de esta otra comunidad, de esta otra humanidad, es la educación. Esto se concreta en el Pacto Educativo Global, que «lleva las directrices a los cristianos, al sistema educativo católico, a los colegios, a las universidades, herramientas para que, a través de la educación, y como brasileños lo sabemos muy bien, es a través de la educación que formamos personas para el cambio social«. Recordando que el Papa Francisco conoce un poco el pensamiento de Paulo Freire, «esa educación liberadora, que hace de los individuos agentes de su propia liberación, pero también de la liberación de la sociedad».
Todo esto es visto por el jesuita brasileño como «este gran paraguas que es la ecología integral, es el humano, es su entorno, una comprensión muy holística, de un pensamiento en el que todo está conectado, todo está interconectado, ya no podemos separar las cosas unas de otras, porque así sucede el plan de Dios, es una salvación integral de toda la humanidad, no salvamos sectores particulares de la vida humana. Nos salvamos integralmente y nos salvamos todos como humanidad, no podemos dejar a nadie en el camino, cuando dejamos a alguien en el camino, la parábola del buen samaritano que tanto le gusta citar a Francisco y que utiliza en Fratelli tutti, parte de la humanidad queda en el camino y nosotros también quedamos en el camino».
Las mujeres en la Iglesia
En cuanto a las mujeres, fue «un clamor en pontificados anteriores», dice el jesuita. Según él, el Papa Benedicto XVI no tuvo mucho tiempo para trabajar en esto y Juan Pablo II tenía una posición muy fija sobre el tema de la mujer. «Francisco viene de una experiencia pastoral muy grande como arzobispo de Buenos Aires, de diálogo, de encuentro, y es un hombre muy sensible frente al pecado de despreciar, de no valorar a la mujer en pie de igualdad con el hombre dentro de la vida de la Iglesia, un error muy grande, fue un pecado realmente, que tardaremos en corregir», afirmó.
Según el padre Gasda, «el gran proyecto de Francisco está en Gálatas 3,26-28, en Cristo ya no hay diferencia entre hombre y mujer, judío y extranjero, esclavo y amo, todos somos exactamente iguales en Cristo». Afirma que «desde el punto de vista de las mujeres y desde el punto de vista de las personas que piensan como Francisco, sectores de la Iglesia, por supuesto que podemos y vamos a avanzar más en este punto, y debemos avanzar mucho más, pero vamos a necesitar tiempo para este avance, porque este es un punto sensible de la Iglesia, necesitamos la prudencia propia del discernimiento del Papa Francisco, para evitar divisiones dentro de la Iglesia en torno a un tema, y este tema puede amplificar algunas divisiones que ya están ocurriendo alrededor».
Un camino sin retorno
El profesor de la FAJE, con relación al Papa Francisco, insiste en que «es firme, tiene esta convicción de que no podemos parar, es un camino sin retorno el que inauguró el Concilio Vaticano II. Recuperar el camino de la igualdad fundamental de todos los cristianos que se basa en el Bautismo, el Bautismo nos hace iguales dentro de la Iglesia. El acceso a los ministerios, el acceso a las funciones eclesiales, debe ser igual para todas las personas, dependiendo por supuesto de las capacidades y de lo que la persona se sienta llamada por el Espíritu Santo a realizar como misión dentro de la Iglesia. Cuando una mujer tiene una limitación canónica y es llamada por el Espíritu Santo, y hay una norma que le impide cumplir su papel de mujer cristiana, se sentirá reprimida, oprimida, y algunas se apartarán de la dinámica de la Iglesia y buscarán otras formas de vivir su Bautismo fuera de la Iglesia.
Sobre la sinodalidad y los pasos que se están dando en la dinámica del actual Sínodo, Elio Gasda dijo que «la Iglesia, por esencia, es de naturaleza sinodal. Desde las experiencias de las primeras comunidades, como muestran los textos, por naturaleza es sinodal. Y en la historia de la Iglesia esta esencia se fue borrando, desapareciendo por diversas razones, y ahora, con esta idea que surgió en el Concilio Vaticano II, no hay vuelta atrás, no hay camino de retorno, porque si la Iglesia no es sinodal, no dialoga, ni dentro ni fuera con la sociedad. Este proceso, que está en un punto inicial, no tiene vuelta atrás».
Los inicios de un proceso tienen dificultades
«Estamos en el inicio de este proceso y todo proceso inaugural tiene problemas, hay gente que no entiende qué es esto, qué es la sinodalidad, lo confunden con otras cosas, hay gente que no acepta la sinodalidad, siguen teniendo la idea de la Iglesia piramidal, no la Iglesia circular, sentados en la misma mesa hablando. Esta idea tan fuerte que existe dentro de la Iglesia es el clericalismo, que es el gran enemigo de la sinodalidad. Francisco lo llama una plaga, una enfermedad. Además del clericalismo tenemos el problema del patriarcado, una Iglesia muy patriarcal, estos son los grandes problemas de la sinodalidad», dijo el profesor de la FAJE.
Según el jesuita, «en estos procesos, primero regionales y ahora continentales, están apareciendo y se están debatiendo». Gasda insiste en que «en algunos países, en algunas regiones se ha avanzado, en otras no se avanzará, en otras las cosas serán más lentas, y espero que en nuestro continente, en nuestra querida América Latina, las cosas avancen un poco, pero dentro del tiempo necesario, el tiempo del Espíritu. El Papa Francisco dice que el tiempo es superior al espacio. Entonces el tiempo del Espíritu es el tiempo de Dios, veamos este proceso, habrá momentos de avance, habrá momentos de detención, pero no puede haber momentos de retroceso».
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Refiriéndose a las comunidades locales, a la base, el profesor de la FAJE insiste en que «este proceso todavía no ha llegado, y ahí es un poco tarea de los pastores, de los obispos, de las iglesias locales, de las conferencias, hacer aterrizar el proceso en aquellas comunidades que están más alejadas, o muy cerradas, o en aquellos movimientos eclesiales muy reaccionarios, muy conservadores, que no aceptan las líneas de este pontificado para concretarlas en sus realidades».
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