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Emilce Cuda, secretaria de la Pontificia Comisión para américa Latina (PCAL), ha cerrado el Simposio internacional de pensamiento social cristiano por los 40 años del Instituto Mexicano de Doctrina Social (Imdosoc) con una conferencia en torno al magisterio del Papa Francisco.

Inició su intervención con la reforma de la curia impulsada por el Papa en la que da protagonismo a los laicos en la evangelización y en puesto de alta responsabilidad, porque “siempre anunciar el evangelio será una buena noticia en medio de tantas tristezas” y como creyentes “no podemos ser indiferentes al sufrimiento ajeno”.

Lamentó cómo jóvenes de sectores vulnerables caen en las garras de la criminalidad y “caen en situaciones de pecado y como dijo san Juan Pablo II es un pecado estructural y ninguno de nuestros propios hijos están exentos de estas situaciones”. Por ende, debemos estar con ellos, porque “son el presente de nuestro continente”.

Muchas de las cárceles en la región están llenas de jóvenes y “eso no puede ocurrir, si somos la religión de la resurrección y la vida, no puede ser. Y no es que lo hagamos con mala intención o porque seamos corruptos, sino que nos falta comunicarnos, y eso se llama, hacer redes”.

Además apela al valor del trabajo, “ese también es un entrenamiento; pagar salarios justos, cumplir con las reglamentaciones labores, garantizar los beneficios, condiciones dignas, sistema de salud, jubilación”, puesto que “si logramos nuestros jóvenes no terminarán en el narcotráfico, las cárceles, en el suicidio o en el homicidio”. De allí que Francisco en Fratelli tutti plantea que el gran tema es el trabajo y, en efecto, “el trabajo es el centro de la prédica de la doctrina social de la Iglesia”.

Escuchar el clamor

Cuda explica que “cristianismo no es una religión, es más que una religión; la religión es un culto, un ritual”, en cambio, “el cristianismo es palabra viva, es otra cosa. A veces quedamos atrapados en lo puntual y olvidamos que el cristianismo es teología. Lo puntual nos hace caer en la trampa de las ideologías que tanto critica el Papa Francisco, que es tan solo el discurso sobre una idea, mientras que la teología es un discurso de Dios”.

Los obispos de América Latina –según la teóloga – “nos han enseñado en sus documentos reconocer la realidad”, por consiguiente, “debemos aplicar la misericordia de manera estructural y dejemos de criticar” y “eso es lo que plantea el Evangelio”.

Incluso la especialista señala que el pensamiento social cristiano “es considerado seriamente por aquellos que toman las decisiones sobre la vida y la muerte, algo que corresponde a Dios, pero que muchas han tomado como propio”.

En este momento de crisis hay que escuchar al subsuelo del planeta, es decir, quienes están “fuera del sistema”, quienes “han entendido que el todo es superior a la parte” y que posiblemente puedan sobrevivir ante una catástrofe pues han generado otro tipo de saberes.

Advierte que el mundo está cambiando y los problemas no están contenidos en las fronteras de un país, porque “los Estado- Nación tienen varios agujeritos en sus fronteras por donde no solo pasan seres humanos, también pasan divisas, riquezas, los cerebros, está muy agujereado, pasan personas esclavizadas, pasan las drogas”, entonces “la gente de abajo se dio cuenta primero que nosotros que el escenario político estaba cambiando”.

Sobre las redes eclesiales

Para responder a estos desafíos aparecen las redes eclesiales, en las que no solo hay obispos, sino que son los obispos con los laicos, con los movimientos populares, con las universidades, empresarios y hasta con otras confesiones.

Todos ellos se organizaron “y no son organización política, son eclesial; esa es la novedad, porque están convencidos que los mueve el Espíritu Santo por eso dicen que son una comunidad mística. El papa lo dice de otra manera o nos unimo o nos hundimos, pero esta gente se unio para no morirse y empezó a cuidar su casa a tratar que no destruyan los bosques, que no contaminen los ríos, que no destruyan con la minería”.

Y esa gente “sabe más que yo” y “se dieron cuenta que si seguimos avanzando con el mismo sistema esto se destruye y lo estaban diciendo desde hace largo rato”. Es así como se organizaron, inspirados por el Espíritu, y armaron las redes eclesiales, que no compiten con las episcopales, porque en sí ya forman parte de eso”.

Quiere decir que lo planteado en el magisterio del actual pontifice no es una idea que formatea la realidad. Él escuchó, vio esa realidad y la plasmó en documentos.

Entre esas redes eclesiales que mencionan están: la Red Eclesial Ecológica Mesoamericana (Remam), Red Eclesial Panamazónica (Repam), Red Eclesial del Gran Chaco y Acuífero Guaraní (Regchag), Red de Iglesia y Minería. Todas parten del territorio.

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