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En Asamblea 40.ª del CELAM, Iglesia del Caribe expone pobreza, migración, crisis institucional y esperanza pastoral persistente - ADN Celam

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En Asamblea 40.ª del CELAM, Iglesia del Caribe expone pobreza, migración, crisis institucional y esperanza pastoral persistente

Foto: ADN Celam

En el marco de la 40.ª Asamblea General del CELAM, que inició este 26 de mayo en Río de Janeiro, y que reúne a los presidentes y secretarios generales de los 22 episcopados del continente, los obispos del Caribe y las Antillas presentaron un profundo y preocupante análisis de la situación que atraviesan sus respectivos países.

Esta Asamblea, que es convocada cada cuatro años, en esta ocasión busca discernir las prioridades pastorales del continente en un contexto de profundas transformaciones sociales, políticas y climáticas. La misma se da en un momento donde la región enfrenta crecientes desigualdades, retrocesos democráticos, crisis migratorias y el impacto del cambio climático, es por ello que la voz de los episcopados caribeños cobra especial relevancia al representar realidades frecuentemente invisibilizadas dentro del concierto regional.

Antillas: Dolor social y empobrecimiento en la región

La exposición la inició la Conferencia Episcopal de las Antillas (AEC) quien, en su informe alerta sobre el deterioro socioeconómico en la región, manifestado por el alto costo de los alimentos, la inseguridad alimentaria que afecta a un tercio de los hogares y un desempleo juvenil que supera el 18 %. A estos problemas, se le suma una deuda pública inmanejable, que requieren —según los obispos— no solo respuestas económicas, sino una conversión pastoral centrada en la solidaridad y el fortalecimiento comunitario. Igualmente, el cambio climático, que impacta con dureza a los pequeños Estados insulares, este mal es reseñado como una emergencia moral que exige políticas sostenibles y participación ciudadana activa.

En materia geopolítico, la AEC manifiesta profunda preocupación por la violencia extrema y el colapso institucional en Haití, frente a lo cual indican que la Iglesia ha desplegado acciones solidarias y pastorales para acompañar al pueblo haitiano. Asimismo, la creciente tensión fronteriza entre Guyana y Venezuela ha sido motivo de llamados episcopales a la paz y al diálogo diplomático. En términos generales estos desafíos configuran un escenario que interpela a la Iglesia caribeña a continuar su presencia profética, comprometida con la justicia, la dignidad humana y la esperanza.

Puerto Rico: Elecciones polarizadas y crisis migratoria

De otro lado, el informe de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña hace hincapié en la polarización política marcadas por el período electoral en noviembre 2024, que favoreció de manera considerable a un grupo independentista apoyado por personajes influyentes como Bad Bunny, aunque la victoria fue para la candidata anexionista Jennifer González, quien asumió como gobernadora. Un referéndum simbólico que arrojó un 43% a favor de la independencia, expresando un cambio notorio. Por otra parte, se evidencia que, tras el cambio de gobierno en Estados Unidos, las redadas migratorias en Puerto Rico han aumentado, creando con ello temor en comunidades vulnerables, especialmente entre los migrantes dominicanos, y afectando la economía local con despidos y riesgo de recorte en fondos federales.

En medio de un panorama social marcado por los apagones, la privatización de servicios, un sistema de salud precario, la Iglesia católica sigue mantenido una presencia activa y comprometida con las comunidades. Misión que se ve reflejada en acciones concretas como VI Congreso Americano Misionero, la consolidación para un plan de formación sacerdotal y el acompañamiento a los migrantes que se hizo visible con un Viacrucis. A todo esto, los obispos insisten en la defensa de los derechos humanos y denuncian las políticas migratorias que afectan la dignidad de los más vulnerables.

Dominicana: Desigualdad y migración desafían el progreso económico

Por último, cierra la presentación de la región caribe, la Conferencia Episcopal Dominicana, quien reconoce como positivo el crecimiento económico de esta nación, así como los índices en la reducción de la pobreza, sin embargo, pone sobre aviso la persistencia en desigualdades sociales, especialmente en zonas rurales y entre mujeres. Evidencia su preocupación por el registro de tasa más alta de uniones tempranas, el embarazo adolescente y la violencia de género —con 58 feminicidios en 2024—, esto aseguran siguen siendo problemas graves que limitan el desarrollo pleno de las jóvenes y amenazan la unidad del tejido social.

En el ámbito político y social, la Iglesia destaca la reelección del presidente Abinader en un contexto de desconfianza institucional y cuestiona la política antimigratoria contra los haitianos. Al tener la Iglesia católica una posición destacada en la sociedad dominicana, con una alta confianza del 82% de la población, mantiene un trabajo activo en defensa de los derechos humanos, brindando ayuda humanitaria en la frontera, impulsando centros de asistencia y promoviendo los valores familiares. Hecho que le ha traído ciertos enfrentamientos con el Estado por políticas públicas en educación y salud, en un contexto de creciente secularización.

 

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